Nuevamente aflora una controversia al interior de la Iglesia, por el desencuentro que se produce entre tres conocidos y valorados sacerdotes de la iglesia chilena -José Aldunate, Felipe Berríos y Mariano Puga- con el Arzobispo Monseñor Ezzati. Este conflicto parece tener su raíz más profunda entre la valoración y el reconocimiento de la diversidad de los hombres y sus culturas, versus posiciones tradicionales que tienden a ser más hegemónicas.
La lucha de los tres sacerdotes mencionados, en diversos momentos de la historia de nuestro país, ha sido en torno, fundamentalmente, al respeto de los derechos humanos y su diversidad ontológica y al respeto a esa dignidad humana que hemos estado aludiendo.
El tema de la diversidad ya está planteado en el Concilio Vaticano Segundo, al definir y reflexionar lo que se debiera entenderse, como Pueblo de Dios. Ese Pueblo de Dios, en la visión del Concilio está constituido por creyentes, no creyentes o creyentes en diversas opciones, es decir, todos los seres humanos en general, en palabras del Concilio. Es decir, el ser humano es igual en dignidad, y la diversidad hace parte constitutiva de la esencialidad del ser humano; con todos los derechos y obligaciones que ello implica. Esta es una de las diferencias de criterio que se establece entre los sacerdotes ya mencionados, que valoran esta diversidad versus la tendencia hegemónica, que tiende a ver al ser humano, como una expresión histórica común y por lo tanto con una visión integrista de lo que este ser humano debe ser.
Entra en este juego, en este debate, lo que estamos entendiendo, o lo que debiéramos entender, como dignidad humana y desde ahí que los sistemas éticos y democráticos, buscan cada día con mayor intensidad fortalecer los derechos políticos, sociales, morales, culturales, económicos y otros. Por lo tanto, en reconocimiento de la vida y de las condiciones para ella, con todo lo que esto implica, es la base del acuerdo entre los seres humanos para la constitución de una sociedad en la cual el pluralismo, en todas las dimensiones, se encuentra respaldado por el concepto del respeto a la diversidad y a la dignidad del ser humano. Estos conceptos no son opuestos a la idea de identidad, porque la identidad, sólo es posible en medio de la diversidad, lo contrario es promover la hegemonía valórica como forma de ser y esto es promover sociedades homogéneas con valores hegemónicos.
La dignidad humana no puede ser menoscaba si se pretende poner límites a la vida plena. En consecuencia, cualquier doctrina que proponga el sometimiento del otro o la segregación del otro, con su correspondiente marginación, es una forma de violencia explícita o implícita, que debiera estar por fuera de una democracia que reconoce los valores de la pluralidad de la diversidad y la dignidad. Obviamente debería estar excluida al interior de cualquier comunidad, sea cual sea su origen, sea cualquiera su propósito.
La lucha de los tres sacerdotes mencionados, en diversos momentos de la historia de nuestro país, ha sido en torno, fundamentalmente, al respeto de los derechos humanos y su diversidad ontológica y al respeto a esa dignidad humana que hemos estado aludiendo. Nos parece que lo sucedido es un gesto de equivocada percepción de lo que es el poder o la jerarquía, aún al interior de la Iglesia.
Doy por sentado de que estamos en medio de un debate al interior de la comunidad nacional, pero también instalado en todas partes del mundo. Sin duda que son temas a debatir, temas que hieren las suceptibilidades principalmente de personas, autoridades o ciudadanos más conservadores. Es y ha sido la eterna marcha de la historia desde los inicios de nuestra civilización. Desde que el poder político y económico estaba junto al poder religioso, y donde hay procesos de descubrimiento y de construcción de la historia de occidente y de las historias particulares de los pueblos. Historia de hegemonías diversas. Historia de descubrimiento, conquista y dominio forzoso del mundo americano. Historia de grandezas, atrocidades y pequeñeces. En medio de ello la marcha por un camino de liberación de servidumbres económicas, políticas y religiosas.
Estoy convencido que los tres sacerdotes mencionados, a los cuales se les admira profundamente por ser parte de la lucha por la dignidad de las personas, por la liberación de las servidumbres de los poderes políticos y económicos, y por la inspiración que significa para ellos y para muchos, todo el proceso de humanización de la sociedad y de la evangelización, que fue la base de la propuesta a partir de la experiencia de la Conferencia de Medellín. Da la impresión que nuevamente algunas autoridades de la Iglesia y también de otros centros de poder, se equivocan cuando se trata de abordar los temas a partir del respeto de la dignidad de las personas, al valor de la diversidad y al derecho de seguir expandiendo la conciencia y el espíritu en un viaje de la humanidad que nunca acabará mientras exista como tal.
—
Imagen: zazzle
Comentarios
14 de octubre
El hecho de que tres acusados sean admirados y reconocidos como luchadores por la libertad y reconocimiento de la dignidad del pueblo chileno, desconocida por la dictadura, se convierte en un gesto de respaldo; pero ¡nada mas! Son muchos que los ad-miran (los miran de lejos) pero no los acompañan en su lucha, ni menos en los cambios que hay que producir en la misma Iglesia. ¿Por qué el Cardenal llegó a ser Cardenal? Quien los designa. Por supuesto, el Papa. Pero la iglesia de los pobres, solo tiene pobres en el Hogar de Cristo. No tienen derechos electorales, ni asegurada su participación. Se guían por el principio del centralismo cupular y la co-optación entre designados de confianza. ¿Quien designó en Santiago, al Cardenal de Santiago? La ciudad fue fundada para honrar al Apóstol Santiago. Se bendijeron las armas de la conquista, gracias a los invasores llegó a Chile la democracia designada en el gobierno y en la iglesia.
+1
15 de octubre
Quiera o no reconocerlo la derecha duopólica, su gobierno y su régimen, desde hace bastante tiempo (diría que desde la irrupción de los estudiantes en la vida pública nacional) que Chile viene cambiando. Lo importante es que lo hace en favor de los sectores democráticos, es decir, en beneficio del respeto por el otro, por la defensa de la diversidad cultural y sexual inclusive y también por la plena manifestación de la voluntad popular. Insisto en esa transformación porque a partir de ahí es posible entender la ola de indignación que provocan las acciones, los dichos y las tomas de posición de Ezzati en particular y de la Iglesia chilena en general que percibimos como ampliamente conservadora en esta nueva etapa de la historia nacional. Ya no es tan fácil que digan lo que les plazca porque la impunidad retrocede, por lo menos la condena social existe y eso desde todo punto de vista es bueno para mejorar la convivencia colectiva como paso previo para la reconstrucción de la cultura popular.
0
31 de octubre
De ser como ud asevera en el párrafo que expresa,: «La dignidad humana no puede …, «. Todas la leyes deben ser abolidas.., porque atentan contra las libertades…, contra la diversidad y los derechos individuales; porque desde su perspectiva, así se desprende; ¿Pero de que estamos hablando?. ¿Ud conoce, a que niveles a llegado esto de «la diversidad sexual», la igualdad.., la pluralidad…, la dignidad y el derecho?. Esto ha llegado a una «enajenación aberrante» que se contradice con los principios de la moralidad y la decencia, de las llamadas «buenas costumbres», a la que le han dedicado su atención y estudio, muchos grandes pensadores de reconocimiento mundial.., de todos los tiempos. Ahora ud., con un leguaje nuevo, pretende borrar de un plumazo lo que Dios mismo ha aconsejado como «bueno para el hombre», y que el hombre, en su instinto natural, a adoptado de manera espontanea. Dentro de las libertades, considero que el hombre es dueño de elegir, en la forma y en el fondo de la cuestión, mientras esta, no afecte a los demás, pero, si afecta a los niños en su vivencia diaria, aun más, en su formación y si viene a trastocar los valores de «la familia», y alterar la sana convivencia..!!, debo sospechar que esto no es más que las maquinaciones de Satanás, para destruir al hombre; ¿Y que hombre es ese, que por hacer derroche de modernismo y de una elevada intelectualidad, se inventa valores y derechos de dudosa comprensión?. Es aquel que se a degenerado..!!
-1