Ezzati ten piedad de nosotros… o no tendremos piedad contigo

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El prelado parece creer que es un funcionario público o que ha sido electo por la mayoría católica que cree representar. En este sentido opina sobre cuestiones que no le corresponden e influencia al Estado a defender principios que no procede que ningún Estado defienda.

Estamos en período de elecciones y el próximo fin de semana muchos marcaremos el voto con un AC independientemente de nuestras preferencias electorales. Sin embargo, en una institución muy influyente y eminentemente no democrática, los obispos han ratificado a monseñor Ezzati como presidente de la conferencia episcopal.

No soy católico y esta elección no debiera interesarme, sin embargo, este sacerdote envió una carta al Presidente de la República para que Chile no firmara la Convención Interamericana contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia, lo cual es en una intromisión indebida de la Iglesia en la administración del Estado, al mismo tiempo que invoca el principio de separación entre la Iglesia y el Estado para no asistir a la investigación del SENAME por abusos a menores, sin contar con su curiosa actuación en el caso Karadima.

No tendría el menor interés en lo que quieran creer los católicos si se limitaran a creerlo y practicarlo en sus hogares y parroquias, sin embargo, la Iglesia Católica hace un uso ilegítimo de su influencia en el Estado chileno para obligarnos a todos a vivir bajo sus normas. El presidente Piñera no patrocinó el aborto terapéutico aludiendo a sus convicciones católicas y me cuesta imaginar razones fuera de la religión para que no exista el matrimonio igualitario o para considerar a una célula recién fecundada como una persona.

La gran mayoría de los chilenos cree ser católica o quiere aparentar serlo por motivos sociales, aunque una minoría evangélica crece semanera preocupante al mismo tiempo que otra minoría escéptica crece más lento. La fe parece ser un valor deseable y el común de la gente cree que es mejor tenerla que no tenerla, por mucho que la mayoría sean católica a la chilena, es decir usen anticonceptivos, no vayan jamás a misa, pequen impenitentemente y crean cuestiones que muchas veces la propia iglesia podría considerar herejías. Conozco a un par de devotos católicos que creen que Jesús y Dios padre son entidades diferentes, contradiciendo el dogma de la santísima trinidad.

La fe consiste en aceptar algo sin evidencia, porque una convicción interior no es evidencia que apoye nada. ¿Cuánta gente que ha tenido la firme convicción de la fidelidad de su cónyuge ha descubierto consternada su error? En el monoteísmo cristiano se acepta por medio de la fe que existe un hombre invisible en el cielo que, a no ser que aceptemos su existencia por medio de la fe, o sea porque sí, nos enviará al infierno para que ardamos eternamente, pese a que amó tanto al mundo que mandó a su único hijo, que es él mismo, que nació de una virgen que embarazó también él mismo, para que fuera crucificado y perdonarnos por un crimen cometido miles de años antes por una pareja humana que se atrevió morder el fruto del conocimiento. Este hombre invisible es omnipotente, excepto cuando se trata de dinero, como decía George Carlin, porque siempre lo está pidiendo a la feligresía por medio de sus sagrados portavoces.

No quisiera que un médico me tratara con esta clase de fe o que un abogado defendiera mi causa por medio de oraciones. Sin embargo, la oligarquía chilena está bien dispuesta a dar millones como caridad a estos señores y creen que ello incluso puede compensar impuestos u otras labores filantrópicas. Son escasas las fundaciones de gente adinerada que tengan que ver con arte o con ciencia, sin embargo, los millonarios llegan a declarar heredera universal a su Santa Madre Iglesia, ante el silencio complaciente de un sonriente Ezzati.

El prelado parece creer que es un funcionario público o que ha sido electo por la mayoría católica que cree representar. En este sentido opina sobre cuestiones que no le corresponden e influencia al Estado a defender principios que no procede que ningún Estado defienda. Es por ello que los derechos reproductivos de las mujeres están firmemente limitados, que no existe absorto terapéutico y que no se avizora en el corto plazo la existencia de un matrimonio igualitario.

Dado que vivo en una sociedad en la que la Iglesia tiene voz e influencia en cuestiones seculares, me gustaría entonces tener también voz en las cuestiones sacras y decir con Epicuro, por ejemplo, que su dios es absurdo ya que si es bueno, no es omnipotente puesto que permite el mal en el mundo y si es omnipotente entonces no es bueno, por la misma razón, y si no es ni bueno ni omnipotente, entonces no hay razón para llamarle Dios. Me atrevo a señalar que ha sido la iglesia la que ha sido la fuente de discriminaciones a lo largo de toda su historia y que es la fuente del antisemitismo que llevó al católico Hitler a perfeccionar los autos de fe de Torquemada. Agradezco la actuación de la Vicaría de la Solidaridad durante la dictadura, pero me gustaría saber más del rol del Opus Dei y de los capellanes castrenses en esa misma época, mientras calmaban las consciencia de los devotos torturadores. Señalo, sobre todo, que estoy convencido de que en el cofrecito llamado Santa Sanctorum, o Santísimo desde el Concilio Vaticano Segundo, no hay más que una especie de galleta de agua sin demasiado sabor y escasas propiedades alimenticias. Si les molesta que opine sobre las creencias de su secta, es lo mismo que yo siento cuando se inmiscuyen en nuestra sociedad civil. Separemos aguas, no nos molestemos.

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