Sentirnos representados por estos textos que dan ciertos atisbos de ideología y de realidad es lo que hoy forma parte de la discusión.
Leí los dos escritos que llamaron la atención de muchos. «Mi manifiesto» de Felipe Ward, y el Discurso de Licenciatura del Instituto Nacional de Benjamín González.
Hay considerandos que se deben tener en cuenta previo a una crítica o alabanza. En esencia, ambos expresan ideas de los autores que le representan yobligan a defender, sin embargo los lectores podemos hacerlas nuestras si nos sentimos identificados con ellas, mas ninguno de los textos tiene la obligación de representar a otros, pues tienen origen en una rama de la comunicación, el discurso. Distinto sería una Declaración Pública donde tienen como responsabilidad el ejercer la representación de sus grupos de interés, mas en estos casos son personales y emiten una perspectiva única de ciertos temas. Cualquier crítica a los textos debe ser por su contenido.
Distinto es lo que me produce cada uno de estos textos, pues, al leerlos uno tras el otro, no me deja más opción que desear compartirlo en estas líneas. Partiré por el texto de Felipe Ward.
No veo problemas en todo lo que expone, pues, no me extraña que su vida sea tal como lo explicita, tampoco me extraña lo que piensa de algunos temas,aunque creo que le faltaron un par más para darse a conocer mejor, pero con lo leído es suficiente. Nació prácticamente un año antes del golpe de estado, es decir, fue criado en dictadura, lo que da a entender parte de su pensamiento. Desde joven le gustaba la UDI y lleva vida de UDI, lo que no permite grandes transformaciones de su pensamiento, he ahí las explicaciones de su desafortunado comentario sobre Camila Vallejo que debió arreglar en un café con la ministra del Sernam.
Que dependa tanto de su celular habla de su crianza con la tecnología,tal como todos quienes hoy no nos despegamos de él, y es esa misma dependencia la que le otorga ese grado de juventud necesaria para entender la vida como lo hace gran parte de la población de hoy, sin embargo, hay formas de expresión que no corresponden a la realidad sociocultural actual.
Benjamín, en cambio, es capaz de presentar una crítica que parece local,pero que en su seno no debe ser distante de la realidad nacional. Quienes nos criamos con la revolución pingüina vemos en su discurso la efervescencia del 2006, notamos las críticas que hoy se hacen no sólo al sistema educativo, sino lo precario que sigue siendo la forma en que recibimos la educación.
Seguir escondiendo en la asignatura de historia parte de nuestra verdadera historia, seguir discriminando sin tomar nota de ello, continuar siendo precarios en la pedagogía y asumir que la enseñanza de nuestros profesores es muy antigua, y generar una crítica a los gastos económicos en desmedro de la calidad de otros establecimientos, es el mejor llamado de atención a todos los que vienen y a los que aún asumen que su colegio, liceo, o instituto es como es y no debe cambiar.
Sentirnos representados por estos textos que dan ciertos atisbos de ideología y de realidad es lo que hoy forma parte de la discusión. Si nos sentimos representados por ellos, o nos producen cierto rechazo, no debemos sentirnos ni mal ni bien, sólo reafirmamos nuestras convicciones, expandir el discurso es la tarea.
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