Parece que el ministro del Interior acertó al referirse al lenguaje destemplado propio de nuestros personajes públicos en verano. Partimos con las declaraciones del rector de la UC Ignacio Sánchez desde Maitencillo, quien se apropió del uso institucional exclusivo de la sigla PUC, anunció la negativa a practicar eventuales abortos despenalizados por la ley en trámite en las clínicas de la universidad y auguró la intervención papal en nuestro proceso legislativo, previa gestión del cardenal Ricardo Ezzati en el Vaticano.
Luego, le tocó el turno al diputado socialista Marcelo Schilling, quien reaccionó contra Sánchez anunciando la eventual expropiación de la Universidad Católica, en una ridícula actitud estalinista y totalitaria muy propia de quienes vienen de la desaparecida RDA, con las honrosas excepciones de la canciller Angela Merkel y la presidenta Michelle Bachelet, en quienes prima la templanza y la sobriedad.
Finalmente, el diputado DC Pablo Lorenzini aportó su cuota de incontinencia a este tórrido verano, aunque mitigada en su caso por su pronta retractación y disculpas.
Todos ellos con el telón de fondo del caso PENTA y su retahíla de mentiras, acusaciones, silencios culpables, desmentidos y mucho dinero mal habido.
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