Tal como lo mencionáramos en nuestro Twitter, lo de Punta de Choros venía con un insoportable olor a tongo político de mala clase, burdón, casi como maniobra grácil de un elefante morado en una tienda de copas finas.
Porque no me puedo imaginar una situación más extraña, a saber:
• Todos los adláteres designados y alineados por, para y con el gobierno de la Alianza por el Exchange Money, votaron a favor de un proyecto que había sido rechazado en varias pasadas por todos lados.
• La aprobación de produce justo, pero justo, casi justito después que el representante de la compañía se topara de casualidad con nuestro inefable Presidente.
• SP venía con la desesperación sudándole por el rostro para subir unos puntitos en las encuestas, sobre todo en los atributos que menos tiene, como la cercanía (que no es andar pegado a la “gente”) y la simpatía, con la que se nace o no.
• En esta carrera por la ascensión al Everest encuestomático, llega la tragedia de los mineros y su posterior encuentro, donde, como escalerita al cielo, lo esperan a que llegue para dar la noticia y robar un poquito de cámara. Pero algo sale chanfleado y el que sube como espuma de cerveza es Laurence de Arabia y, aunque algo le chorrea a nuestro benemérito, no es todo lo que pretendía y necesitaba.
• Volvemos entonces al minuto de la aprobación: por algún ignoto medio, llegan a Twitter dos noticias en paralelo, una: la aprobación del engendro anti natura y dos: las bellas y conceptuosas palabras de una funcionaria de la CONAMA, tratando de hippies de mierda a los opositores de la Central.
• Esto se desparrama por la red a gran velocidad y en pocas horas se arman varias marchas a través del país, guanaco, palos, zorrillo y Marcela Sabat incluidos en el paquete anti carbónico-energético.
• Entre medio aparece infaltable Hinzpotter con correspondiente cara de compungición (compungido con emoción) diciendo que , a veces, al gobierno le tocaba enfrentar situaciones duras por el bien del país.
• Al poco andar, don Sebastián aparece en cámara trayéndole a nuestros enfervorizados ciudadanos la buena nueva: EL, se había comunicado con los dueños del negocio y éstos, amable y raudamente, decidieron trasladar la planta otro sector aún no determinado. Esto dicho en tono de solemnidad y en defensa de la fauna, la flora y los hippies floripondiados y defecados.
Hasta aquí todo iba saliendo como una respuesta ciudadana al aburrimiento de que a los habitantes de este rincón del planeta les metan el dedo en la boca a destajo, seguida por la feliz y acertada respuesta de la cabeza del país. Agreguémosle a esta maravilla el hecho que los de la Central acceden en cosa de minutos a perder todas las lucas que habían invertido en sesudos estudios y las otras varias que “generosamente” dieron para arreglar cositas por aquí, cositas por allá. Milagro de los milagros: empresarios depredadores dispuestos a perder, quién lo hubiera imaginado, cosas que se dan sólo en Chile.
En resumiendo: ¿cómo no creer que era un tongo de proporciones para la encuestonometría pertinente? Policía malo, policía bueno y el último se lleva los créditos, en este caso, los puntitos de subida. La respuesta ciudadana fue notable, el poder de la redes, sobretodo de twitter, impresionante, pero seamos realistas: si Bachelet se sentó en los miles de pingüinos, profesores y otros que protestaban por algo tan profundo como la porquería de educación, no me voy a tragar que 5.000 personas en Santiago y otras miles repartidas por las ciudades generaran un violento cambio en pocas horas, luego de las que los empresarios se retiran sin discutir.
Nunca tan inocentes, nunca tan hippies y nunca tan floripondeados o choripondeados.
(*) Publicado en www.elpilin.cl
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