La Sociedad Civil y las Drogas
También, la sociedad civil se expresa en el asunto de las drogas, claro está si se le da espacio para ello, así durante el Sexto Encuentro Nacional sobre Drogas y Sociedad Civil convocado por Red Chilena de Reducción de Daños y el Observatorio sobre los Derechos de los Usuarios de Drogas y sus Familias, que el pasado 18 noviembre 2014 se realizó Universidad Católica Silva Henríquez, donde reunió a más de setenta dirigentes de las comunidades afectadas tanto por la provisión y el consumo de drogas de la Región Metropolitana y las regiones del país, como por las actuales políticas y normas para su control, ellos deliberaron en cuatro mesas de trabajo sobre jóvenes, mujeres, usuarios de drogas conflictivos y usuarios no conflictivos, concluyendo y recomendando lo siguiente.
“Para los jóvenes la ley de drogas es tener problemas con la policía y la perciben, junto con las políticas de drogas, como construidas al margen de la ciudadanía. Para ellos un factor de riesgo importante es la soledad de los niños y los jóvenes en la familia; muchos niños crecen en la cultura del narcotráfico que ven como un “trabajo más”. A la vez, como el Estado, las familias solo reprimen, castigan y culpabilizan a quienes consumen drogas sin acoger, ni escuchar, ni comprender que expresa el consumo. Para ellos es parte del aprendizaje juvenil experimentar y transgredir, lo cual no debe ser castigado o penalizado sino acompañado. Para que el consumo de drogas no sea problemático es necesario ofrecer a los jóvenes las oportunidades de construir otras identidades, el trabajo comunitario es un cambio tanto para los jóvenes como para hacer una sociedad mejor y más justa”.Para que el consumo de drogas no sea problemático es necesario ofrecer a los jóvenes las oportunidades de construir otras identidades, el trabajo comunitario es un cambio tanto para los jóvenes como para hacer una sociedad mejor y más justa.
“Las mujeres demandan programas integrados de usos de sustancias, embarazos y enfermedades de transmisión sexual, con oferta ambulatoria que les permita a ellas permanecer en su núcleo familiar y que tengan buena cobertura en regiones. Los programas de rehabilitación para mujeres están mal formulados y son ineficaces porque mayoritariamente son para infractores de ley, no intervienen los factores que motivan los consumos problemáticos y exigen requisitos burocráticos”.
“Desde la perspectiva de género las mujeres tienen dificultades para pedir ayuda por problemas de drogas, ya que la especificidad de sus problemas no son visibilizados. No hay redes comunitarias sobre violencia de género y usos de sustancias, esto debe ser implementado. Se necesita información sobre otras sustancias y recursos para manejar otro tipo de casos”.
“Las intervenciones comunitarias para personas con consumos problemáticos, deber ser hechas desde lo local considerando la opinión, ideas y necesidades de ellos. El vínculo de ellos con la población es una estrategia fundamental, en la recuperación de los espacios públicos en autogestión de los usuarios con sus comunidades”.
“Es necesario un cambio de paradigma en los tratamientos, los cuales deben ser diferenciados en función de las necesidades específicas de cada cual, se debe abandonar la imposición modelo único de intervención terapéutica, abrir tratamientos alternativos y despatologizar a los usuarios de drogas. Es necesario sistematizar y compartir las experiencias terapéuticas, instaurara espacios de debates que incluya la vos de los usuarios. Socializar investigaciones sobre distintos tratamientos y situaciones críticas.”
“Para las personas que no hacen usos problemáticos -que son la inmensa mayoría de los usuarios-, se debe legislar sobre el uso de sustancias que garanticen tanto el acceso como el uso de ellas. Es necesario revisar las políticas públicas para garantizar tratamientos a adolescentes que no son infractores de ley, realizar programas de prevención que eduquen en el uso adecuado de sustancias, con enfoque en poblaciones vulnerables y aplicaciones descentralizadas. Es urgente fortalecer las intervenciones en drogas usando las sistematizaciones de los trabajos directos con los usuarios de drogas, considerando al ser humano, con su aspecto emocional, como eje de la intervención”.
Finalmente, según estos representantes de las comunidades de base afectadas por la actual política de drogas: “En la representación social del uso de drogas es necesario romper el estigma y el prejuicio sobre los usuarios, generando discursos y debates más inclusivos de ellos”.
La sociedad civil cuando se expresa muestra gran síntesis testimonial por sus padecimientos a causa de las drogas y las intervenciones del Estado, así como gran sensatez propositiva.
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