Era verano de 2014. Yo me encontraba en una feria artesanal de Villarrica, apreciando los tallados en madera que vendía un hombre mapuche. Entre ellas, el hombre tenía unas máscaras mapuche, denominadas “kollón”, que eran utilizadas en el ritual del Nguillatún. En eso, llega un turista chileno a preguntar cuánto valían las máscaras, el mapuche respondió la pregunta y comenzó a relatar el significado que tenían estas máscaras. El turista claramente no lo estaba oyendo, esperó a que terminara su discurso y le pidió una máscara, y que le escribiera detrás “el nombre de este puestito y la fecha”. Y así como compra una lata de atún en un supermercado, compró una máscara ritual mapuche.
Tarea para la casa para “Paz en la Araucanía”. Que a todos nos quede claro que lo que en realidad quieren es “paz”, y no “pacificación”.
“Pasamos de ser dueños de todo esto a vendedores de cilantro en sus calles”, agrega tratando de ponerse serio. “Yo trato de tomarme las cosas con humor pero a ratos da rabia la cosa, peñi. El winkerio foraneo llega, se pasea como Pedro por su casa, con cuea te compra algo, más encima te miran feo y dale con el ‘indio tal por cual’. Son harto patúos los turistas, que quiere que le diga, peñi”. Es parte de un artículo escrito hace un par de años por Pedro Cayuqueo (y que por supuesto recomiendo leer).
Entre todo este escenario existe una organización llamada “Paz en la Araucanía”. Probablemente si usted ha visitado el sur se ha encontrado con lujosas casas que tienen el cartelito con la banda verde en su cerco de entrada. La consigna de esta organización es que quieren vivir tranquilos y en paz, sin terrorismo ni extremismos de ninguna especie. Es más, el logo de Paz en la Araucanía ya no es solo un signo de que se adhiere a esta causa, sino que se ha convertido en un símbolo de “status”. Es un signo de pertenencia a una cierta elite, y así también es usado para que los demás les identifiquen como tales, y así también lo usan varios adolescentes en sus páginas de redes sociales.
En Facebook existen dos “fanpages” del movimiento Paz en la Araucanía, uno tiene más “fans” que el otro. El que tiene menos, se define como una “Página informativa sobre la realidad de La Araucanía, Terrorismo y Atentados que el gobierno y la prensa central no informa.” (muy necesario pues Canal 13, Chilevisión, Mega, El Mercurio, Las Últimas Noticias, La Tercera, La Cuarta y La Segunda están todos a favor de las demandas mapuche). En la otra página, no es difícil encontrar comentarios de los internautas del siguiente calibre:
Diego S.S. Lo más triste es que para los que realmente nos gusta la cultura chilena y sus raíces, es prácticamente imposible encontrar una comunidad mapuche como tal: Rucas armadas con cholguán cerca del Lago Budi, «joyas» hechas en Ecuador que se venden en ferias de artesanía, y una tradición idiomática que poco o nada se cultiva.
Sería bueno que si es un tema de propiedad de tierras y dinero, lo digan derechamente, pero no disfrazándolo de lucha cultural.
Andrea A. Uff ke resentido como si los indios de mierda trabajaran las tierras!!!! Por Dios.
Andra L.D. Miren yo les sacaría la mierda a los mapuches con tanta manda que tienen en su mente resentidos de mierda yo los matarías a todos
Al parecer este movimiento poseía una página web, sin embargo a la fecha en que escribo tal página se encuentra caída. Navegando por los fanpages no se encuentra ninguna propuesta, ningún documento, absolutamente ninguna proposición. Solamente exigencias, “que el gobierno venga a solucionarnos este problema”. Es cierto, es una deuda gigante con nuestros pueblos originarios (no solo con los Mapuche), el actuar de los distintos gobiernos a lo largo de la historia de Chile (basta ver el trato represivo que dio la Concertación), que ha significado un desprecio por parte del Estado de Chile. Sin embargo, pienso que los ciudadanos no son entes inertes a la espera de que el gobierno de turno venga a traerles la panacea a sus molestias. Estas han de construirse entre todas y todos, y son aún más valiosas cuando provienen de la propia autogestión de sus peticionarios. En el caso de “Paz en la Araucanía” aquello no existe, pareciese que solo les interesa que de un momento a otro el gobierno les traiga “paz”, pero poco importan las medidas con las cuales se obtenga esa paz. ¿Existirá la disposición a dialogar y ceder en algún punto? Es una pregunta que ellos han de hacerse.
Podrán llevar al ejército a Wallmapu, declarar estado de sitio y poner un militar en cada latifundio, sin embargo el problema entre los mapuche y el estado chileno va a subsistir. Esto no se soluciona con pataletas como la de Paz en la Araucanía, tampoco con represión ni militarización. Probablemente suene como una frase cliché, pero en este caso es realmente acertada, y es que hay que atacar el problema social que subyace en este conflicto. Mientras no desmenucemos ese problema y no exista un gobierno que tenga como uno de sus pilares fundamentales un nuevo trato para con nuestros pueblos originarios y no reformas “para la galería” y hacer el visto bueno en la lista de medidas, seguirán estos hechos por largo tiempo.
Tarea para la casa para “Paz en la Araucanía”. Que a todos nos quede claro que lo que en realidad quieren es “paz”, y no “pacificación”.
Comentarios
11 de febrero
En Chile es una tremenda osadía educarse, capacitarse para aspirar a una mejor calidad de vida, sanarse en algún hospital público sin morir en el intento, jubilarse y trabajar. Lo es porque quienes vivimos de un salario, al depender del mismo, estamos expuestos a una serie de situaciones que se caracterizan por una violencia sobrecogedora y por formas de humillación que cada vez son más evidentes. Es decir, la propia irracionalidad del neoliberalismo, su corrupción endémica, sus negociados e impunidad, su libertinaje del mercado y demás, es quien nos ayuda a tomar conciencia de lo que pasa a nuestro alrededor.
Dije todo lo anterior porque la forma en que el Estado de Chile ha manejado el conflicto en la Araucanía refleja una situación muy grave que nos demuestra la tremenda estupidez, la soberbia y la prepotencia de esa derecha duopólica que se cree parte de una élite superior que de ese modo desprecia a los trabajadores; si además se pertenece a los pueblos originarios ni hablar. No nos consideran en absoluto: por eso son autoritarios, pedantes, altaneros, arrogantes, engreídos, presuntuosos, inútiles, corruptos, brutos e ignorantes.
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18 de noviembre
Carlos, no sé cuando escribiste este artículo, pero quiero aclarar a la comunidad que la cinta verde de Paz en la Araucanía representa a una agrupación civil ciudadana y no a una élite. No he visto casas lujosas con este símbolo en sus cercos. Probablemente hablas desde la ignorancia porque sentado en la tranquilidad de tu hogar sin temor a vivir lo que muchos mapuches y no mapuches viven día a día es fácil opinar.
Lo que un día se inició espontáneamente con el asesinato del matrimonio L.M. ha generado la reacción de muchas personas que no tienen voz ni participación alguna en las decisiones y errores que han cometido el estado chileno y los gobiernos de turnos. En esta región no necesitamos gente que encienda más odio como tu, con comentarios basados en opiniones de los que escriben en los medios sociales irresponsablemente. Paz en la Araucania ha trabajado arduamente tratando de aportar a la solución de un conflicto que nadie conoce mejor que sus propios habitantes. Desde acá estoy segura que nacerá una nueva esperanza basada en propuestas reales y no populistas. No necesitamos el aporte de gente que se cree todo lo que lee mirando con recelo y apabullante resentimiento a los «latifundistas» que producen el alimento de Chile. Desde la Ref.Agraria..practicamente no hay
latifundios.
Construir cuesta mucho.. esfuerzo, sacrificio,tenacidad y destruir se hace fácil…, con un teclado basta.
PAZ EN LA ARAUCANIA es el compromiso de todo chileno bien nacido somos un solo país.
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