Los próximos años de Revolución Democrática

Revolución Democrática es un partido que nace entre caminando y corriendo. Al querer ser un partido transformador y nunca testimonial, no quisimos perder ninguna opción de incidencia, y como suele pasar en política eso significó responder rápido a las coyunturas quedando poco tiempo para proyectar el futuro y cuidar nuestra orgánica interna, es decir nuestras relaciones, comunicación, y la generación de una estrategia post electoral para nuestro partido, que es donde nos encontramos hoy. Conseguimos varias victorias concretas, en 2013 elegimos nuestro primer diputado, nos constituimos como partido político, disputamos las elecciones municipales teniendo resultados importantes en ciertas comunas, formamos un conglomerado político que alteró el duopolio de más de 25 años y, finalmente, el año pasado logramos tener 8 diputados electos y un senador, aunque nuestra corta historia tiene múltiples interpretaciones teñidas por las disputas políticas interiores en RD, es innegable que a grandes rasgos nuestro partido no sabe de derrotas, y emergimos como un nuevo actor en el tablero institucional. El desafío actual, entonces, es construir una estrategia basada en un nuevo análisis para ganar en la política nacional, que se piense más allá de las elecciones y que ponga en el centro el objetivo de aportar y conducir los movimientos sociales.

Luego de emerger y encontrarnos con coyunturas distintas, las premisas que actualmente importan para proyectar el camino de nuestro partido por lo menos los próximos dos años son: (1) Tenemos un gobierno de derecha conservador en lo ético, cultural y económico (ultra neoliberal) que buscará frenar y retroceder en los pocos avances hechos por la NM en los últimos 4 años. (2) Revolución Democrática junto al Frente Amplio deben seguir consolidándose como alternativas políticas siendo capaces de ganar las elecciones presidenciales, obtener mayorías en el congreso para el año 2021 y dar un buen gobierno al país (3) Existen organizaciones civiles que se encargan de la política no institucional a nivel local de muchas comunidades, juntando fondos para quienes tienen alguna enfermedad o sufren algún hecho desafortunado, administrando bibliotecas comunitarias, cuidando a los niños de la comunidad, entre otras formas de organización vecinal, que actualmente no encuentra una articulación nacional.

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Dos espacios de vital importancia para la sobrevivencia de un proyecto revolucionario como el que aspira RD sobre todo en esta etapa son su Frente Estudiantil y el Equipo de Formación del partido.

Estos hechos o premisas nos arrojan lo que para mí deben ser las metas de Revolución Democrática en los próximos años como son (1) convertirnos en un partido político de masas capaz de movilizar a la ciudadanía y los movimientos sociales que nos mantengan en las dinámicas “limpias” de la política y no permita desviar el camino proyectado, a diferencia de lo que se suele creer, las organizaciones políticas existen en sus niveles no institucionales y en el barrio, nuestra misión es apoyarlas, darles herramientas y conectarlas con la política institucional (2) Fortalecer el frente amplio manteniendo nuestro liderazgo en este, apuntando a la unidad de sus fuerzas políticas y encausando nuestra hegemonía institucional hacía la estabilidad de la coalición, llevando al FA a instalarse como un conglomerado donde exista directiva, la gente pueda militar, dibujando márgenes formales en los que este se mueva ideológica, estratégica y éticamente permitiendo la trascendencia de este más allá de lo que son los conglomerados políticos conocidos hasta el momento, producidos por las coyunturas electorales y la mantención del poder institucional. Si logramos estas 2 metas podremos ser un aporte al movimiento social en resistencia al gobierno de Sebastián Piñera y podremos proyectar un futuro donde podamos ganar el poder institucional con la capacidad para llevar las reformas que hace años deseamos.

Para esto es necesario tener introspección y fortalecimiento que nos permita llegar al sentido común de los Chilenos más allá del cuarenta y tanto porciento de votantes de las últimas elecciones, una introspección que ordene nuestros territorios, vitales para interactuar con la persona que vive las desigualdades del país y que tiene mucho que decir a la institucionalidad, nuestros frentes de acción importantes para impulsar agendas como educación, previsiones, protección infantil entre otras, y para que las comisiones, necesarias para crear alternativas serías en cada materia, puedan dialogar y ofrecer alternativas a los espacios anteriormente mencionados.

Dos espacios de vital importancia para la sobrevivencia de un proyecto revolucionario como el que aspira RD sobre todo en esta etapa son su Frente Estudiantil y el Equipo de Formación del partido, el primero es un espacio que como todos los militantes sabemos el pasado 2017 no pasó su mejor momento, mientras que el último, el cuál por vernos con otras metas se ha visto en tercera línea constantemente. El espacio estudiantil de nuestro partido tiene la importancia que tienen las juventudes de los partidos tradicionales, es el alma, corazón, motor y futuro de la organización, un secundario convencido hoy, es un militante capacitado y comprometido mañana, es por lo anterior que no debemos descuidar más este espacio vital para RD. Por otro lado, formación, debe hacerse cargo de democratizar todo el contenido generado por distintas instancias y comisiones del partido el cual hasta el momento solo se ha mantenido guardado en carpetas lejanas a los militantes, debe responder a las necesidades de cada espacio del partido, supliendo el contenido que el militante no puede obtener por sí solo, generar espacios de discusión permanentes que nos lleven a ser críticos de nuestra propia ideología, estrategia y estructura, convertirnos en un partido de masas nos debe forzar a mejorar nuestro trabajo en la formación de militantes éticos, que destruyan las lógicas económicas neoliberales y machistas en las que funciona actualmente la mayoría de los Chilenos.

Para terminar, me gustaría llamar a reflexionar sobre nuestro propio partido, sobre su democracia, alcance, proyecciones, lógica y futuro. Nuestras votaciones internas aún cuentan con baja participación y no representa los más de 30 mil militantes que somos alrededor de Chile, los canales de comunicación no dan abasto para encausar los flujos de información, como partido no hemos tenido la capacidad ni hemos intentado activar conflictos sociales fuera de las ya instaladas y tampoco hemos dado intenciones robustas de trabajar con las fuerzas del FA más allá de lo electoral, hecho fatal si queremos ser más que un pacto electoral. Nuestro partido tiene el rol histórico de cambiar Chile y su forma de hacer política, pero la meta será imposible si nos quedamos en lo que somos, dar el ancho será difícil y depende de todos.