#Política

Liberalismo partidista: ¿Para qué?

0 |
COMPARTIR
EN WHATSAPP
COMPARTIR
EN WHATSAPP

El liberalismo, por lo tanto, no viene a inventar la rueda, sino sólo a reconocer y darle sentido a una realidad que ya existe. Obviamente, y quizás esta aclaración no debería ser necesaria, los liberales creen en una libertad responsable, lo que supone pensar, asimismo, en los límites de la libertad de los demás y en responder por los errores que se cometen en el ejercicio de la propia.

Alberto Edwards en su «Bosquejo histórico de los partidos políticos chilenos» publicado en 1903 planteaba que si se quiere que el liberalismo sea uno de los partidos del futuro, es necesario responder algunas preguntas, entre otras la siguiente: ¿qué acontecimientos nacionales lo justifican?

Esta pregunta es interesante, porque siempre los partidos han nacido y se han desarrollado como respuesta a acontecimientos históricos determinados y no a partir de proyectos exclusivamente ideológicos. De hecho, no pocas veces (los comunistas de hoy son un ejemplo) los partidos han traicionado sus principios. O dicho más elegantemente, se han acomodado al contexto particular en que están insertos. Esto, en todo caso, no necesariamente es malo. La sobre-ideologización y el abandono del acomodo —de lo que Arturo Valenzuela llama el “centro pragmático”— es lo que llevó al quiebre de nuestra democracia en 1973.

Pero yendo a la pregunta, y partiendo de la base que su respuesta no es simple, distingamos al menos dos planos: uno de orden sociopolítico y otro de carácter sociocultural. En el primero, constituye un lugar común sostener que la democracia que nos rige no es representativa, principalmente por no dar cuenta de la diversidad social y territorial de nuestro país. La respuesta liberal, me parece, debe ser doble.

Por una parte, los liberales deben defender la democracia representativa y hacer ver la utopía de una democracia directa, al menos como régimen regular. La democracia directa (por ejemplo, a través del mecanismo plebiscitario), si bien en algunos casos es necesaria, siempre será excepcional y es imposible —políticamente imposible— que se configure como regla general.

Pero, por otra parte, y precisamente tomando en cuenta los tiempos que corren, caracterizados por un fuerte empoderamiento de la ciudadanía y de una pérdida del carácter intermediador de los partidos, los liberales deben ayudar al fortalecimiento de la sociedad civil. ¿De qué manera? No sólo apoyando la construcción de mayores instancias formales de participación ciudadana (distinguiendo los niveles de vinculación, según los casos), sino también resignificando el rol subsidiario del Estado. La Teletón y Bomberos de Chile constituyen dos ejemplos de que la sociedad civil funciona bien en la solución de problemas públicos cuando el Estado así lo permite. La existencia de una sociedad grande, más que de un Estado grande, es la repuesta que los liberales están llamados a dar. Esto, en todo caso, no implica la supresión del Estado, sino valorar, de manera preeminente, el papel que las personas voluntariamente asociadas pueden cumplir en el espacio público.

¿Y qué decir del plano sociocultural? Si el liberalismo supone una alta valoración de la liberad del ser humano, resulta claro que defiende también el derecho a la identidad personal, la facultad de las personas a ser quienes quieren ser. Y que esto no sea visto como una amenaza para una (supuesta) unidad de la sociedad, sino como una fuente de riqueza. La sociedad es, de hecho, un crisol multicolor. El liberalismo, por lo tanto, no viene a inventar la rueda, sino sólo a reconocer y darle sentido a una realidad que ya existe. Obviamente, y quizás esta aclaración no debería ser necesaria, los liberales creen en una libertad responsable, lo que supone pensar, asimismo, en los límites de la libertad de los demás y en responder por los errores que se cometen en el ejercicio de la propia.

Es importante empatizar con las llamadas “minorías”. Las personas no eligen identidades minoritarias por masoquismo. Tampoco, como ciertos sectores conservadores acostumbran a insinuar, por caprichos burgueses. Mirar las cosas así, supone no meterse en la realidad, muchas veces cruda, que enfrentan algunas personas en este país. Los liberales deben estar ahí, deben estar junto a quienes lo están pasando mal.

Liberalismo no es sinónimo de egoísmo, aunque este eslogan ha sido recurrente en sectores de la izquierda. Nunca lo fue en sus orígenes —en las nacientes democracias del siglo XIX— y no tiene por qué serlo ahora, precisamente en un momento histórico en que algunos sectores hablan (o insinúan la idea) de refundar la República. La valoración de la diferencia, de las cualidades y potencialidades de cada cual, es siempre un acto de generosidad, porque supone salir de sí mismo y mirar al otro en toda su complejidad. La abolición de la esclavitud en el siglo XIX es un ejemplo de esto. Para los liberales de la centuria antepasada, la dignidad humana tuvo más peso que el derecho de propiedad (o a una indemnización) de los dueños de los esclavos.

Por supuesto los desafíos del liberalismo partidista del Chile de hoy no se agotan en los temas anteriores, pero constituyen elementos que podrían ayudar a la construcción de su identidad. Identidad que debiera complementar lo liberal y lo social. La verdad, y a la luz de lo arriba dicho, no existe una contradicción esencial entre ambos elementos.

Imagen: Wikimedia Commons

TAGS:

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras  Reglas de Comunidad

Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Quedan 1500 carácteres.

#NuevaConstitución

VER TODO
Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repeti ...
+VER MÁS
#Política

De vuelta a la rotonda política

Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repetir el ciclo interminable de esfuerzo y fracaso

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado
+VER MÁS
#Política

El mito del cierre definitivo del proceso constituyente/constitucional

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo
+VER MÁS
#Política

¿Nos jodimos todos?

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no ...
+VER MÁS
#Política

Las lecciones del plebiscito

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no se han visto por ningún lado

Nuevos

Existen en Chile experiencias concretas respecto a la participación de trabajadores y trabajadoras en los directorios de empresas de las que se puede aprender y ampliar
+VER MÁS
#Política

Cóbrenos la palabra

Se diría entonces que los humanos somos en sí mismos, como especie ajedrecística, en este caso, el medio, y cada jugada, un misterio hacia adelante o hacia atrás que nos contesta a ratos; con un poco de ...
+VER MÁS
#Deporte

Sonja Graf: Un retrato a lo Peaky Blinders del ajedrez

Lo que necesitamos como sociedad, es que gobierno y oposición, actúen con responsabilidad. El flagelo de la delincuencia, afecta todos los aspectos de nuestra vida, y era que no, produce severos efectos e ...
+VER MÁS
#Internacional

El legado de Cúcuta

Es urgente que las autoridades den el ejemplo y que el Estado de Chile haga rendir cuentas a los responsables de estos crímenes con premura y determinación, pues la impunidad no puede continuar en el paí ...
+VER MÁS
#Justicia

Una más del general Yáñez

Popular

Según la Encuesta de Bienestar Social (2021), en Chile las personas dedican más de un tercio de su tiempo diario a labores de cuidado, y un 85% de aquellos que pasan más de 8 horas al día en esta labor ...
+VER MÁS
#Sociedad

Avances y retos en el cuidado familiar en Chile

Los empresarios, por la gran responsabilidad que cae sobre sus hombros, no tienen que ambicionar ser los mejores y más ricos del planeta, sino que ser los mejores “para” el planeta, colocando a las per ...
+VER MÁS
#Sociedad

Razas y subhumanos una creencia para justificar atrocidades

La información pluralista y de calidad, la cultura de buen nivel, los valores democráticos y de civilidad, deben ser considerados igualmente derechos de todos los chilenos, y un deber a cargo de los recur ...
+VER MÁS
#Política

Tv pública, una reforma pendiente

Existen en Chile experiencias concretas respecto a la participación de trabajadores y trabajadoras en los directorios de empresas de las que se puede aprender y ampliar
+VER MÁS
#Política

Cóbrenos la palabra