Según datos de Fundación Ciudadano Inteligente, la discapacidad es un área en la que el gobierno reporta un 0% de avance respecto a lo comprometido en su programa. En el discurso del 21 de mayo, la presidenta Michelle Bachelet anunció el envío de un proyecto sobre inclusión laboral para personas con discapacidad. “Nada justifica”, señaló, “que discapacitados reciban menos que el salario mínimo como remuneración. Estableceremos, además, un porcentaje de contrataciones para personas en situación de discapacidad en las instituciones y empresas públicas”, agregó.
Hace más de un año se aprobaron en la Cámara de Diputados los proyectos de ley que modifican el Código del Trabajo, estableciendo una cuota mínima obligatoria de trabajadores con esta condición en medianas y grandes empresas. Estos proyectos de ley refundidos sobre discapacidad y empleo no se limitan sólo al sector público, sino que apuntan a una cuota que varía según el tamaño de la plantilla de la empresa. Así y todo, no incorporan la capacitación al sector productivo.Resulta insuficiente imponer una cuota mínima, sin diseñar políticas que prevean los mecanismos necesarios para financiar los servicios de apoyo que necesitan no sólo las personas con discapacidad y sus familias, sino que también las empresas para su inserción laboral.
De acuerdo a estudios de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, 14 países en la región cuentan con una legislación que obliga a la contratación de un porcentaje de personas con discapacidad, así como ocho dan preferencia en procesos de licitación pública a empresas que les contraten, y quince dan incentivos por hacerlo. Sin embargo, en países como Estados Unidos o España, la cuota tampoco se cumple siempre pues resulta beneficioso elegir entre las medidas alternativas que estipula la ley.
Hoy se requiere no sólo forzar un cambio mediante una ley de cuotas, para así generar también un cambio cultural respecto a esta temática, sino que a su vez, capacitar a las organizaciones que recibirán a estos trabajadores con discapacidad, para se garantice una cantidad mínima de personas incluidas, y a la vez, generar procesos de calidad que resulten positivos tanto para el nuevo trabajador y su familia, como para la empresa donde se incorporará.
Modelo de inserción más inclusivo
El Empleo con Apoyo es una tecnología social que constituye un modelo de inclusión en España y Estados Unidos, donde se encuentra regulado por ley y funciona a la par con otros sistemas de inclusión financiados por el gobierno. Desde sus inicios, es el modelo que más resultados positivos ha tenido a largo plazo en la inclusión de personas con discapacidad en el mercado laboral abierto, entregando apoyos tanto a la persona con discapacidad como al entorno donde será incluido.
Habiendo ratificado en 2008 la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, nuestro país se encuentra obligado a adaptar su legislación laboral, para que estas personas accedan junto a los demás ciudadanos, al mercado laboral ordinario.
En esta línea, resulta insuficiente imponer una cuota mínima, sin diseñar políticas que prevean los mecanismos necesarios para financiar los servicios de apoyo que necesitan no sólo las personas con discapacidad y sus familias, sino que también las empresas. Así se dará un salto cualitativo hacia un Estado moderno que cumple la Convención de la ONU y que, en consecuencia, propone una vía única de acceso al empleo para todos sus ciudadanos.
Comentarios
30 de mayo
Muy buena y oportuna su columna. Esperemos que la autoridad asuma con seriedad sus compromisos internacionales no sólo por la obligatoriedad de cumplirlos, sino por un imperativo de responsabilidad moral y política para con los ciudadanos con capacidades diferentes. Como país tenemos un lastre vergonzoso en estos temas. Felicito a su organización por sus desvelos pues su misión, así como la de otras organizaciones y particulares, serán finalmente las herramientas que permitan trocar la letanía de la palabra y la pasividad de la obra por el compromiso del discurso y la gestión concreta.
Hago votos para que el mágico espíritu de la empatía, llave maestra de todo proceso evolutivo, alcance a quienes tienen en sus manos las herramientas políticas y legales para alcanzar una patria inclusiva no sólo en el discurso.
Saludos
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