Genera serias dudas que el objetivo final de la teatralización que asistimos por parte del Consejo de Ministros, haya sido sólo una estrategia disuasiva y que el verdadero objetivo continúe siendo represar el Baker y el Pascua.
En el mundo de la política existen innumerables intereses creados que transitan en los oscuros pasillos del Congreso nacional, con diversos mensajes subliminales en los discursos y en las actitudes políticas, en donde la mayoría de las veces estos no responden a las lógicas normales del mundo ciudadano. El actuar de todos los políticos sin excepción de una manera u otra siempre tienen una intención que no sabemos, vedado para los simples; nada es al azar, es un mundo donde nadie da puntadas sin hilo, lleno de implicancias y toda actitud pública es pensada y analizada, por intentar demostrar algo que muchas de las veces no lo es.
Por eso me parece altamente sospechoso, que el Ministro de Energía Máximo Pacheco, haya aceptado que el ex Ministro de Economía, Pablo Longueira, llegue a su ministerio como asesor. Es difícil verlo como una simple coincidencia, lo que más preocupa es que se haya dado a conocer la noticia precisamente un día antes de la decisión del Consejo de Ministros por HidroAysén y como es lógico no puedo dejar de preguntarme, cuál fue el objetivo del Ministro y a quien iba dirigido el mensaje; entendiéndose que perfectamente se pudo haber anunciado una semana después; en el mundo de los simbolismos de la política chilena, presentar a Pablo Longueira como asesor es un guiño al mundo que él representa, que no todo está perdido y que todos los caminos llevan a Roma por muy intrincados que estos sean.
También nos acabamos de enterar que un día antes de la reunión del Consejo de Ministros que “rechazó HidroAysén”, el gobierno a escondidas de la opinión pública en una actitud extraña por decir a lo menos, modificó el reglamento sobre la re-localización de las comunidades afectadas, alterándose completamente el texto original, que decía que cuando una iniciativa no podía determinar los sitios de acogida de la población re-asentada, el dueño del programa debía incluir los criterios que guiarán la posterior sección de predios.
Longueira es un representante de las transnacionales; como Ministro de Economía, no dudó en entregarles el mar a los industriales pesqueros y salmoneros con la nueva ley de Pesca que tanto buscó y que fue su objetivo al llegar a Economía y que hoy es conocida como la Ley Longueira; ley que, bajo mi opinión, destruyó la vida de los pescadores artesanales de todo Chile, permitiendo que se pudiese trabajar el mar con la técnica de arrastre, altamente destructiva para el medio ambiente marino
Longueira desde el Ministerio de Economía siempre estuvo totalmente a favor de construir HidroAysén, lo afirmó innumerables veces y no tuvo recaudo en decir que no le importaba que la gente se movilizara, fue enfático y tajante que el proyecto aunque no reuniera las condiciones y fuera deficiente estaba aprobado.
Es difícil a esta altura de los acontecimientos y sobre todo en materia energética, donde existen suculentos y grandes intereses financieros, creer que el Ministro de Energía no haya consultado a la Presidenta Bachelet la posibilidad de incorporar a Longueira al equipo de su Ministerio. Que la UDI no haya sabido que el gran líder iría a presentarse a la Moneda, a sabiendas que este partido político es una organización de rigurosa disciplina, que, a mi parecer, es financiado por las transnacionales que representa Longueira y que nadie mueve un solo dedo en la UDI sin previa consulta al consejo del partido.
No tengo ninguna duda que Longueira hoy es un caballo de Troya y un representante de las transnacionales en el gobierno de la Nueva Mayoría; que su llegada fue parte de la negociación por HidroAysén y que su supuesto nombramiento fue para transmitir tranquilidad a los actuales inversionistas de HidroAysén que aunque digan lo contrario, aún siguen muy interesados en represar los ríos Baker y Pascua. No olvidemos que aun los derechos de agua de los ríos de Aysén están en poder de ENDESA y AESGENER y no hay que ser muy inteligentes para entender que podrán surgir grandes cambios en nuestra sociedad, pero para llegar al punto de nacionalizar de hecho las aguas y quitárselas a las transnacionales, mucha agua deberá pasar por los ríos Baker y Pascua antes que logremos ese objetivo.
El discurso del Ministro de Energía por los diferentes medios en Aysén cuando nos visitó, no dejan dudas que el gran objetivo de Máximo Pacheco es represar el Baker y el Pascua a como de lugar , con diferentes socios, pero sus actos dicen que esta trabajando enconadamente para involucrar al mismo Estado en el negocio y con ese objetivo llegó Pablo Longueira, como un enlace entre el gobierno y las transnacionales y sacar adelante la intención.
HidroAysén deberá apelar a los tribunales ambientales; la transnacional tiene plazo de 30 días hábiles desde la entrega en forma oficial de la resolución y el gobierno informó la semana pasada que sólo entregará la resolución en forma oficial en julio a HidroAysén, dándole aun más tiempo para desarrollar una buena defensa estratégica a la decisión del Consejo de Ministros; entidad que por lo demás tiene la suficiente jurisdicción, potestad y la autoridad necesaria para revertir el fallo del Consejo y dictaminar lo contrario; el gobierno en forma diplomática podrá lavarse las manos y aducir que no puede ir en contra de las resoluciones de los tribunales; como sucedió con Punta Alcalde en agosto del 2011, donde la Corte Suprema anuló una decisión del Consejo de Ministros.
Lamentablemente aún no está todo dicho en lo referente a HidroAysén, las señales que ha entregado el gobierno no han sido del todo satisfactorias y para quienes entendemos los intrincados vericuetos de la política y que estamos en esto por largos ocho años sin intereses creados solo por el bien de Aysén, genera serias dudas que el objetivo final de la teatralización que asistimos por parte del Consejo de Ministros, haya sido sólo una estrategia disuasiva y que el verdadero objetivo continúe siendo represar el Baker y el Pascua.
—
Imagen
Comentarios
16 de junio
Tiene toda la razón. Son demasiados los intereses existentes como para pensar que quienes quieren construir Hidroaysén no van a pelear hasta el final con todos los recursos corruptibles que poseen.
Ánimo, que no se acaba hasta cuando se acaba.
0
16 de junio
Tienes mucha razón Andrés. Leí un artículo que escribió Longueira en el Diario Financiero respecto a su «asesoría», que dice es ad honorem, por el bien del país y con una mirada de Estado. Es difícil creer que no hay gato encerrado en el asunto.
0