El tercer año de gobierno de la Nueva Mayoría y probablemente el último de la concertación -o lo que queda de ella- un tercer año de gobierno bastante cegado y lleno de complicaciones, triunfos, (re) vueltas, de la mala farándula política y con último cambio de gabinete que a muchos nos dejó con gusto a poco; un tercer año de gobierno que desde el punto de vista ciudadano la aprobación ciudadana fue bastante irregular (que típico chileno) pero ojo gente, no como gobierno sino que como política desde la institución, que importante palabra.
Recordemos que hace un gobierno atrás, hablar de educación publica y una nueva constitución, era una semi utopía progresista.
Muchos dicen: «Sabemos como viene el próximo año», que el estancamiento económico, que la delincuencia, que la corrupción, que la colusión, que las malas reformas y comentarios derechistas por aquí y por allá… pero este año no hemos visto quién sea el ente que llegue con las soluciones más que el mismo gobierno, uno que otro parlamentario y también uno que otro dirigente de partido, los cuales hemos y han jugado un rol importante no solo este año sino que todo el período de gobierno. Unos han hecho de pelea de matrimonio y otros han hecho de ente consolador pero jamás lejos del gobierno, tuvimos perdidas necesarias y otras que lamentar, como el subsecretario de la prevención del delito Antonio Frey, también el PS que perdió a un gran senador como Fulvio Rossi y el PPD que perdió un llanero solitario como Pepe Auth.
Sin duda el 2016 fue un año clave para el gobierno y el mundo político chileno (pero sin embargo un año universalmente malo para la política) fue un año transcendental para el país en todos sus aspectos. Fue un año donde se concluyó que la desconfianza y la incertidumbre estuvieron a la orden del día y muchos sacaron provecho de ello para echar abajo todo un proyecto país, un proyecto con el cual mas de algunos levantaron más de una bandera de lucha, pero aquello no fue motivo para mirar atrás y quedarse ahí, se siguió adelante y con mas ímpetu, con una mujer como líder impulsando reformas transformadoras, que hoy por hoy vamos e iremos viendo sus frutos en esta sociedad tan cercana y paralelamente ajena a lo contemporáneo, en una república que desde su concepción ha sido significado de patriarcado, en un país que desde su independencia -Republicana- ha estado propenso a grandes cambios, al igual que este gobierno el cual ha impulsado más de una reforma, de las cuales han sido el mejor medicamento para un país enfermo y una república que estaba avejentada.
Recordemos que hace un gobierno atrás, hablar de educación publica y una nueva constitución, era una semi utopía progresista y muchos estuvimos en la calle para luchar por ello, hoy tenemos a más de 3.500 alumnos y familias que pueden y estudiaran gratis. Siempre es bueno ser autocrítico, no es la cantidad que a todos nos gustaría escuchar, pero no somos Finlandia, ni mucho menos Holanda, somos Chile y somos un país nuevo. Este ha sido un gobierno y una coalición el cual, sin duda alguna, se ha encargado de combatir el populismo barato, el descrédito del progresismo y la mala fama a las reformas a través de acusaciones anticonstitucionales al TC y bueno, no solo el gobierno, sus partidos y sus juventudes, sino que también los partidos convencionales y los no convencionales también (pero hoy que es lo convencional y que no).
Agréguese a este cuadro, que ya estamos Ad Portas de empezar a escuchar las propuestas para una política de futuro, para proyectos que conlleven una mayoría social, porque seamos sinceros, sin mayoría social no se pueden lograr grandes transformaciones, y este gobierno junto con más de un partido han tenido el suficiente liderazgo conllevado por una mujer, de hacer todo lo posible por siempre llevar la mayoría. Nos queda un año de gobierno el cual ya está en la retina de todos y en la opinión pública, todos expectantes a los cambios, posibles errores que se cometan y a las prontas soluciones que se les presentarán.
En síntesis, se nos va un año en el que aspectos claves de procesos políticos y sociales quedaron definitivamente instalados para incidir con fuerza en los desafíos que vienen en el futuro, en un año en que la izquierda -tal vez- ya no sea lo que era antes. Se viene un año en el que se seguirá impulsando y defendiendo las reformas, será un año en el cual nacerán nuevos municipios y muchas calles serán grandes alamedas. Y por ultimo les guste o no, se ha sabido cambiar muchas realidades país en un Chile que se adapta a la nueva generación y al siglo XXI. Se ha sabido dar soluciones rápidas a micro y macro problemas, familiares, naturales, del gobierno pasado y de este gobierno también, somos propensos a grandes cambios y transformaciones ícono de esta generación y del presente siglo. Al fin y al cabo, después de todo, la política del 2016 fue universalmente trágica.
Comentarios
09 de enero
Como el pico
+2
09 de enero
Gracias 🙂