En la izquierda chilena podemos notar dos grandes coaliciones, el Frente Amplio (FA) y la Nueva Mayoría (NM), esta última cada vez más cercana a la «centroizquierda» que el FA, quienes agrupan una coalición con movimientos tanto marxistas como no marxistas. Mucho parecía diferenciar a estas dos coaliciones en las cuales la NM representa la vieja izquierda y el FA la nueva que se supone que está renovada y que no se parece en nada la NM de la cual intentan desmarcarse radicalmente.
Pero este último tiempo han ocurrido situaciones que me han hecho pensar que estas dos coaliciones por muy distintas en cuanto a contenido y proyecto político, tienen un par de cosas en común, las peores prácticas de las cuales la política y la izquierda en general no han podido eliminar, me refiero a la hipocresía de los políticos y la nula autocrítica hacia la izquierda internacional.
Con respecto al primer punto, me parece importante mencionar lo ocurrido dentro del FA con respecto a la candidatura de Alberto Mayol por el distrito 10, donde ya estaban acordadas las candidaturas de Giorgio Jackson y Francisco Figueroa, pero yo logro recordar que luego de las primarias, cuando a Mayol se le ofreció ir por Valparaíso y por tanto bajar a Octavio Gonzales del Partido Humanista, Mayol dijo que no quería caer en la vieja política de romper acuerdos preestablecidos y por tanto no ir por Valparaíso, pero ahora quiere ir por el distrito 10 sin importar los acuerdos anteriores de FA y no acordar junto con los demás partidos una candidatura por otro sector, me parece preocupante que una práctica así de alguien que critica tanto a la NM, y si el FA quiere realmente convencer a aquellos izquierdistas decepcionados como yo, o gente que no se identifica con ningún color político y que simplemente quiere creer en un proyecto social (pero que con situaciones así comienzan a decir «Viste, son todos iguales»), si realmente quieren construir un proyecto colectivo, deben erradicar los individualismos que empañan su lucha.La ideología no es algo malo, sin ella no existiría la política y los movimientos sociales y políticos no tendrían una base de la cual hacerse fuertes y defenderse, pero el problema de la ideología es cuando está vacía de autocrítica.
La segunda práctica tiene que ver con el tema de la ideología y la autocrítica, donde en estos últimos tiempos la ideología se está usando como insulto, ejemplo de esto es cuando desde la derecha dicen que el gobierno de Bachelet está «cargado de ideología» como si ellos no siguieran ideologías como el gremialismo o el liberalismo (el neoliberalismo), pero la ideología no es algo malo, sin ella no existiría la política y los movimientos sociales y políticos no tendrían una base de la cual hacerse fuertes y defenderse, pero el problema de la ideología es cuando está vacía de autocrítica, ejemplo de estos son los comunistas que desde la vieja izquierda están defendiendo a muerte la asamblea constituyente de Nicolás Maduro y a su gobierno que cada día se torna más autoritario y también a gobiernos como el de Cuba que de democrático no tiene mucho pero que el PC, haciendo gala de su slogan como partido más democrático de Chile o algo así no tienen problemas para darle a apoyo a estos gobiernos autoritarios.
Pero no solo de la vieja izquierda hay apoyo al gobierno venezolano, sino que también dentro del mismo FA, donde por ejemplo Nueva Democracia o Revolución Democrática han emitido comunicados defendiendo la legitimidad de las medidas que está tomando Maduro para concentrar su poder, estos movimientos que llevan la palabra democracia apoyan las medidas más antidemocráticas que existen donde una Asamblea Constituyente es elegida sin la participación de la oposición y las marchas opositoras son brutalmente reprimidas, no sé que tan democrática sea pero si estos movimientos saben tanto de democracia (porque la llevan en su nombre) significa que, o yo entiendo mal la democracia o ellos la malinterpretan.
El punto es que si como izquierdistas, que seguimos una ideología, que tiene límites y malas interpretaciones no logramos tener una autocrítica con respecto a estos proyectos no democráticos como Cuba o Venezuela, caeremos en el adoctrinamiento que ciega nuestro juicio y nuestra libertad de pensamiento que nos permite renovarnos para ajustar a la izquierda a las condiciones del siglo XXI y abandonar el estigma de la izquierda del siglo XX. La revolución armada y el proletariado ya no existen y debemos construir un proyecto que luche por una revolución distinta y por sectores que ya no son la “clase trabajadora” sino que somos todxs, los estudiantes, los empleados, los pueblos indígenas, los inmigrantes, las poblaciones y las demás que se puedan y quieran incluir. Hay que luchar por los problemas que nos son comunes, y por tanto luchar de manera colectiva y así construir el nuevo comunismo.
Comentarios
07 de agosto
Hola
«La revolución armada y el proletariado ya no existen»
el proletariado si existe. no se acabo, solo que cada vez es menos y mas educado y con mas recursos y ya no son «tan de izquierda» como cuando eran pobres por lo que ya no son «de las bases» sino burgueses y es mejor apuntar el foco a otras areas que den mejores resultados, quizas no en votos pero si en palmaditas de espalda como inmigracion u orientacion de genero.
es mas facil cambiar el foco que llegar hasta el final… nunca la izquierda erradico la pobreza, nunca genero trabajo digno ni nada y ahora se dan por satisfechos por marcvhar una vez al mes por las mascotas. a mi juicio eso mato la izquierda.
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