«Todo Vale», es una modalidad de combate. Su particularidad radica en que los luchadores pueden usar cualquier arte marcial o deporte de contacto, las reglas permiten casi cualquier técnica, hasta el combate en el suelo.
Luego del negativo impacto y altos costos políticos hacia la UDI producido por el llamado caso Penta, la idea del “todo vale” terminó por cercenar la ilusión de una derecha moderna y democrática. El “Pentagate” dio un golpe mortal, se dejó de imponer vía el poder del dinero, un resultado institucional hacia un orden inmutable.Remecer el campo del poder vía “Todo Vale” movería el termómetro ciudadano, y así desequilibraría la realidad de las cosas. O al menos las confundiría.
La estrategia de una derecha popular, propositiva, que aspiraba a gobernar nuevamente, giró brutalmente hacia la política del escándalo y el “Todo Vale”. Con el único propósito de conseguir un empate simbólico y mediático que diera un respiro al sector, empezaron a escudriñar en los rincones de la vida pública y privada, en la historia familiar y personal de los adversarios.
A la ofensiva iniciada con el «Caso Yate», donde el Servicio del Departamento del Tesoro de EE.UU. tuvo que tomar un rol acogiendo la denuncia presentada por la UDI para indagar antecedentes, se añadió la polémica por los negocios de la sociedad CAVAL que terminó con la renuncia del hijo mayor de la Presidenta. Incluso recientemente, la UDI y RN han pedido aclarar el papel de Rolando Jiménez dirigente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) en el atentado a Pinochet.
Según esta lectura, erosionar y desprestigiar a las personas suele darse con gran ansiedad y generar como “efecto colateral”, la inédita levedad y fluidez de un “prestigio público” fundado en la credibilidad y confianza cada vez más difusa, errante y evasiva. Remecer el campo del poder vía “Todo Vale” ayuda en este camino, puesto que movería el termómetro ciudadano, y así desequilibraría la realidad de las cosas. O al menos las confundiría.
“El ataque personal y familiar” ha sido una dimensión en este proceso. Una práctica que llegó para instalarse. También parte de la coreografía de interés de los medios de comunicación, y por ende, de las noticias, y amplias audiencias.
Se ha señalado que, el “estilo personalista de la política”, genera desarrollos estratégicos y diseños específicos para enfrentarlas. Una referencia nos remonta a Stephen Marks. Este asesor norteamericano dedicó su vida profesional a “investigar a la oposición”. Durante los años 1993 y 2006 “hurgó en la basura” para atacar las alternativas electorales de su rivales, y también las de su propio partido, el republicano.
Stephen Marks señaló en sus publicaciones que “exponer la naturaleza de los políticos equivale a prestar un servicio público”. El guión de esta línea táctica suele fundamentarse en que: siempre da buenos dividendos, ya que siempre encontraremos algo sombrío en la vida de los políticos.
Varios son los caminos de esta “estrategia”, veamos algunos:
Primero: Una notica “sensacionalista” puede ser el insumo básico para saciar el apetito de las cada día más informadas audiencias. Su principal nudo es que, chocan entre sí y sus acciones pueden ser opuestas y contradictorias, esto significa muchas veces que cada una de esas pautas han sido despojadas de su poder llamémoslo “estimulante». Al sufrir un giro, su esencia cambia, lo que lleva a una suerte de reclasificación, y su principal repercusión es que son sólo un inventario de los golpes al adversario, sin reglas (todo es cancha), dejando de lado proyectos o ideas.
Segundo: Una senda es la filtración a los medios de comunicación y no exponerse directamente. El “off the record” o fuentes con atribución de reserva total, son los informantes que desean permanecer en el anonimato, y es un dato que está en el ambiente de la llamada técnica de “Deep Throat” o “Garganta Profunda”.
Tercero: Un episodio en boga son las noticias o comentarios en internet . Esto permite eludir el filtro de los medios de comunicación y de algunas líneas editoriales.
Problema complejo para acciones que en algún momento requieren un cierto “compromiso” o “acuerdo” para enfrentar y superar las tensiones presentes en la arena de las decisiones y la llamada gobernabilidad, por ejemplo, de tipo legislativo, altamente normativo y de actores diversos en su elaboración. Un juego que podría ser suma cero, para la democracia y su legitimidad.
Finalmente, por mucho tiempo en el “Todo Vale” no se usaban guantillas y las únicas reglas consistían en no meter los dedos en los ojos y no morder. Vaya deporte.
Comentarios
24 de febrero
El PS inicio la Campaña de «Todo Vale», como señala el columnista Francisco Olea.
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