El abogado Jared Gensen interpuso ante el Grupo de Trabajo de desapariciones forzosas e involuntarias de las Naciones Unidas, en las últimas horas, una queja en favor de la desaparición de Liu Xia, quien se encontraba con arresto domiciliario y bajo custodia de las autoridades Chinas; ella, según consta en la denuncia, fue sacada por sus cuidadores y hace ya varios días se encuentra en un destino desconocido.
Liu Xia es una poetisa disidente china, viuda del fallecido literato y premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, muerto el pasado 13 de julio debido a un cáncer mal tratado y en reclusión por actividades pro libertad de expresión consideradas subversivas por el régimen de ese país.
Tanto el extinto Liu Xiaobo como su mujer participaron activamente de las movilizaciones que desembocaron en la matanza de la Plaza de Tiananmen en 1989; de ahí en adelante y debido a su persistente lucha pro derechos humanos, fueron objeto de persecuciones y diversos encarcelamientos.
La desaparición de la viuda forma parte de una política de acoso que el Gobierno de Pekín desplegó con ocasión de diversos homenajes a Liu Xiaobo que se realizaron en ese país con ocasión de su muerte. Activistas pro derechos humanos denunciaron que, hasta el 25 de julio pasado, seis eran los detenidos y 2 personas estaban desaparecidas luego de participar en actividades de ese tenor.
Aunque Liu Xia ya no se encuentra en la casa que habitaba con su fallecido esposo varios medios dan cuenta del control que impide acceder siquiera al edificio, agentes que no se identifican amedrentan a quienes se acercan al lugar.
La poetisa china, estaba recluida en su casa, pese a que no existía ninguna causa administrativa o acción judicial conocida. Mo Shaoping, su abogado aclaró que esta reclusión arbitraria no está, bajo ningún aspecto, considerada siquiera en la legislación china vigente; hecho que confirma que la dictadura china está al margen incluso de su propia normativa.
Tanto el extinto Liu Xiaobo como su mujer participaron activamente de las movilizaciones que desembocaron en la matanza de la Plaza de Tiananmen en 1989; de ahí en adelante y debido a su persistente lucha pro derechos humanos, fueron objeto de persecuciones y diversos encarcelamientos. Al momento de su muerte el Premio Nobel de la Paz 2010 se encontraba cumpliendo una pena de 11 años por labores consideradas subversivas por la el Gobierno de Pekín.
Ambos son un ejemplo de resistencia y lucha en los escenarios más duros y peligrosos. Pudiendo haber permanecido en occidente, ayudando a la causa desde la distancia, optaron por vivir con los suyos. Desde ahí siguieron creando no sólo para su obra literaria, sino para la conciencia libertaria de las nuevas generaciones chinas.
Mientras tanto occidente actúa tímidamente, desvía la vista y se convierte en cómplice de estas flagrantes violaciones de los Derechos Humanos.
Escribo estas líneas en son de protesta, desde la ingenuidad quizá, porque no asumo el poder de la influencia económica de esta mega potencia. Llámenme como quieran, siento que es lo mínimo que se puede hacer ante este testimonio y reivindicación de ese ancestral deseo de libertad.
Comentarios
04 de agosto
Esperaremos que la derecha chilena, especialmente la derecha económica alce su voz ante este atropello.
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