Estamos ante una intensa ofensiva de poderosos consorcios empresariales, que están empujando al Gobierno, luego de que se confirma desde la elección municipal pasada que la derecha está perdiendo la hegemonía del Gobierno. El empresariado duro sabe, por tanto, que debe instalar ahora todas las medidas necesarias para garantizar su poder e influencia.
El acuerdo del Senado, aprobando la nueva Ley de Pesca, que otorga concesiones por casi medio siglo a siete poderosas familias económicas del país (20 años renovables automáticamente), nos deja con una sensación amarga. Esperábamos de la oposición una postura congruente con la defensa de nuestras riquezas marinas. La mayoría de los partidos de centro-izquierda sostuvo una postura coherente, pero un sector opositor (Senadores DC, además, con alguna forma de relación o intereses en el área) acordó votar a favor del cuerpo legal, entusiastamente promovido por el Gobierno conservador y con ello, se ha dejado a la oposición en un delicado escenario.
Con pocas horas de diferencia, y a propósito de la cena anual de la Asociación de compañías mineras de Chile, un poderoso bastión empresarial, el vocero de las mineras, Joaquín Villarino, confrontó al Presidente de la República, conminándolo a “acelerar” los procesos administrativos tendientes a “resolver” lo que ellos denominan como entrampamiento de los permisos necesarios para el desarrollo de megaproyectos que, en particular, tendrían que llevarse a cabo en tierras indígenas. La frase para el bronce fue muy clara: “Los derechos de estos pueblos no pueden estar por sobre la legislación vigente que rige a todos los chilenos”. Para Villarino y las mineras el crecimiento es imperativo.
Estamos ante una intensa ofensiva de poderosos consorcios empresariales, que están empujando al Gobierno, luego de que se confirma desde la elección municipal pasada que la derecha está perdiendo la hegemonía del Gobierno. El empresariado duro sabe, por tanto, que debe instalar ahora todas las medidas necesarias para garantizar su poder e influencia.
Esta abre una lucha política con efectos muy profundos. El país debiera poder confiar en la oposición, pero si un sector es incongruente, la confianza ciudadana seguirá fracturándose. No por nada millones de chilenos se abstuvieron de votar el 28 de octubre y eso parece no ser suficientemente comprendido. Por otra parte, el empresariado minero resucita o restablece un argumento decimonónico cuando apela al “interés nacional” o el “bien común” de todos los chilenos al argumentar que derechos de orden menor, como supuestamente lo serían los derechos indígenas, tienen un valor distinto y vulnerable cuando se trata de escoger entre crecimiento económico (entiéndase permisos para ejecutar megaproyectos en tierras indígenas) y las trabas que, por ejemplo, impone el Convenio 169 de la OIT y que –paradojalmente- es Ley de la República.
Si el ritmo de estos acuerdos espurios entre Gobierno y sectores de la oposición, destinados a consolidar la hegemonía empresarial por sobre los derechos de los chilenos y de los pueblos indígenas a gozar del bien común de sus riquezas naturales continúa de manera tan escandalosa, será inevitable levantar con mucha fuerza el imperio de la nacionalización como único medio político para recuperar parte de nuestro patrimonio como país. Esto no está considerado en los debates programáticos de la oposición como camino, pero tampoco hay que descartarlo.
Comentarios
25 de noviembre
La nacionalizacion de los recursos naturales es mas que inevitable, es necesaria, y politica y moralmente justa e inprescindible, si queremos de verdad alcanzar un grado de desarrollo que nos permita terminar con las desigualdades que afectan a los chilenos desde que somos pais y que se han hecho mas violentas e indignantes a partir de la dictadura de Pinochet y la derecha neoliberal, de no ser asi terminaremos en la absurda situacion de llegar a convertirnos en un´´ pais privado´´ donde el abuso y la corrupcion reeplazaran al Estado y sus instituciones no seran mas que testaferros de los detentadores del poder, con las consecuencias de todos conocidas, donde un pequeño grupo se adueña hasta de las migajas del sistema y lleva a las sociedades al despeñadero, primero politico y luego economico y moral.
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27 de noviembre
Es aceptable la propuesta de nacionalizar recursos, pero esta accion esta sujeta a muchas variables, el desarrollar una coherente interpretacion y analisis de los distintos problemas que afectan a nuestra sociedad y Estado, es un tema mucho mas prioritario al momento de activar esta respuesta, no desafectando el analisis previo, del cual, se desprende este comentario. No es mi objetivo, restar legitimidad a la postura que se sostiene, pero si ampliar una vision de la consecuencia de esta clase posturas en la opinion publica. Tema que no se exime de ser afectada por otra clase de reacciones e intereses. Esto lo sostengo desde varias perspectivas, no todo el sector privado se expone a esta clase de malas relaciones empresariales, entiendase que el proceso de nacionalizacion no solo nos indica ser afectados por malas praticas y antivalores foraneos. Mucho del proceso de nacionalizacion esta sujeto a ser adquirido por capital privado nacional, el cual, no siempre representa valores propios al interes ciudadano, digamos recursos adquiridos por sectores que no han desarrollado un valor empresarial a la altura de los requerimientos sociales actuales. No siempre todo lo que se nacionaliza se incorpora al Estado. Lo que es un tema critico. Generalmente lo que se nacionaliza se incorpora a los intereses de los sectores que se instalan un periodo de tiempo especifico a la cabecera del Gobierno.
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27 de noviembre
Evidentemente el autor, al hablar de «nacionalización» se refiere a estatización. Obviamente tiene el prejuicio de que no hay nada mas inteligente que hacerse se los recursos naturales del país, y explotarlos en forma estatal. En ese sentido la conversación sobre si eso genera menos empleo, si altera los equilibrios económicos internos, etc, no están bajo su lupa, pues la lucha es solo por generar un gran hermano que cuidará de todos.
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