Recientemente hemos visto un fenómeno no menor en relación al “boom ecológico” desatado por la aprobación del proyecto de la termoeléctrica en Punta de Choros. Videos, causas, mensajes de famosos, fotos, afiches, incluso protestas, manifestaciones, no pasaron inadvertidas y finalmente se logro el objetivo, impedir el desarrollo del famoso proyecto y desplazar el mismo hacia otro sector.
Destacaremos que Punta de Choros, había ganado en el último tiempo gran popularidad como destino en esta nueva forma de turismo social, en donde se pretende una "conexión con la naturaleza" y la "vuelta a las raices" de quienes viven en la capital entre semáforos y paredes.
El punto está, y de ahí el origen de este artículo, en que es sorprendente como la desinformación puede llegar a ser contagiosa a la hora de defender algo que es inevitable, vale decir la construcción del proyecto. La demanda energética del país sube a diario, y se hace imperioso contar con nuevas fuente de energía que puedan cubrir las necesidades, no solo actuales, sino las que tendremos en los años venideros. El desarrollo de nuevas formas de energías aun está en pañales y, si bien los avances de las leyes cortas I y II de electricidad, dan para pensar un futuro auspicioso, la necesidad es actual y apremia.
Es por ello que este pequeño triunfo de quienes tanto quieren a Punta de Choros, no evitará que se construya otra central en alguna playa (de lo contrario habrá que indemnizar los perjuicios y gastos a la empresa que cumplió con todos los requisitos), que tendrá tanta o mas diversidad ecológica que la primera, pero que no gozará con tanta popularidad como para salir en Facebook, Twitter o para poder provocar una manifestación en el Paseo Ahumada. Así, los mismos que se colgaban el cartel de ecologistas ayer, ni siquiera se enteraran del sector donde finalmente, pase lo que pase, se instalará la termoeléctrica y abastecerá de energía sus hogares para que puedan seguir organizando campañas antojadizas por las redes sociales a través del computador.
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Comentarios
28 de agosto
Concuerdo contigo, Nicolás. Me parece super lúcido todo lo que dices, lo que describes es muy sintómatico de esta sociedad civil de consumidores; ecologistas de ocasión. Sólo haría una acotación, sin duda, habrá que «indemnizar» a la empresa, pero por alguna u otra razón pareciera que el presidente Piñera «finteó» bien el asunto, ¿no?
De cualquier modo, y para no mirar tanto a huevo, dentro de esos manifestantes hay gente que ha reclamado por más de algún desastre ecológico, que se ha pronunciado contra las hidroeléctricas, las represas en la patagonia, pascua lama, etc. Así que igual le pondría matices, porque sin duda que los hay… me parece tan antojadizo como los ecologistas de ocasión, decir que este movimiento es un mero y puro antojo.
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29 de agosto
Karen, es evidente que el articulo se dirige a aquellos que no tienen una dilatada trayectoria ecologista. Se dirige al que protesta por punta de choros y luego apaga el cigarro en el suelo o esconde el papel del helado en el asiento de la micro.
De todas maneras agradezco tu acotación y me parece atinada.