Y vino CAVAL, también SOQUIMICH y PENTA que abrieron el vendaval de corrupción a fines del 2014 e inicios del 2015. También irrumpieron las precampañas, se sumaron a los escándalos eclesiásticos, producto de la pedofilia. Se sumaron a la colusión de farmacias la de los pollos y la de los papeles higiénicos. El ex Senador Longueira nos regaló el “Longueiragate” gracias a su relación con SQM, a propósito del artículo Contesse en la ley de Royalty. También se sumó el “incólume” MEO con sus viajes en avión brasileño y vínculo con SQM. Como estos, otros y otros escándalos que indudablemente vendrán.
Como efecto inmediato: impopularidad de la incombustible Presidenta Bachelet. No supera hace meses el 30% de aprobación, acompañándole una serie de indicadores muy bajos. Pero en esa condición se encuentran también todos los actores que integran el sistema político, cuando a representación política se refiere y a diferentes escalas.Los actores socioterritoriales, si tienen capacidad de movilización en los territorios, ¿pueden capitalizar de forma participativa, democrática y efectiva los diferentes encuentros planificados territorialmente?
En ese marco político se instala el Proceso Constituyente, el cual, ante la evidencia de la debilidad del Ejecutivo se alzan estridentes las voces críticas sobre el proceso mismo, encontrándose muchas de esas voces tanto o más en el suelo en cuanto popularidad, que quien promueve el proceso. Entre las afirmaciones se encuentran las manipulaciones ideológicas, metodológicas, gastos excesivos… necesidad de acudir a la Contraloría General de la República para que revisen la procedencia del video que ayuda a sumarse al proceso. Finalmente, están aquellos y aquellas que indican que la improcedencia del proceso es de fondo, producto de la temporalidad electoral en la cual nos encontramos. Sólo ajustes constitucionales y plebiscito y no Proceso Constituyente, nos indicarán.
Ya, después de lo anterior, con más o menos críticas, parece ¿evidente? que hay que echarle una mirada al territorio. Si bien estamos sumidos en escándalos, también estamos ante la necesidad de la crítica democrática, cada uno de los dispositivos institucionales en las diferentes escalas operará en la temporalidad en la que se planificó. Por lo tanto, operarán los encuentros locales, los provinciales y los regionales para lograr un consolidado que se constituirá en la expresión ciudadana que tanto necesita la Presidenta para activar la etapa conngresal del Proceso Constituyente.
El territorio tiene actores de carne y hueso, siendo muchos funcionales a los escándalos antes indicados, como también a las críticas muy sesudas, las que provienen de todo el espectro político, institucional y no institucional. Esos actores socioterritoriales, funcionales a esas circunstancias, acaso, si tienen capacidad de movilización en los territorios, ¿pueden capitalizar de forma participativa, democrática y efectiva los diferentes encuentros planificados territorialmente?
Si eso es así, en términos de contenido, capaz que los ciudadanos que provienen desde sensibilidades más democráticas tengan menos presencia en esta etapa del proceso, permitiendo así, paradójicamente, que la disputa ideológica en esta cobertura sea capitalizada por sectores más conservadores, impidiendo de este modo el logro de una nueva moral pública más democrática. Si eso es así, el territorio y la capacidad de su movilización sí importa.
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