El poder de la verdad

No es menor bajo ningún punto de vista que el recién elegido Presidente Sebastián Piñera, haya ganado en todas las regiones del país menos en Aysén y Magallanes. La no aprobación de su candidatura en el mundo Austral, es el resabio natural que dejo su primer gobierno en las comunidades de ambas regiones, donde la característica que más complicó a estas comunidades fue la falta de respeto y donde la intransigencia muchas veces fue el denominador común, en territorios que por su diferenciación geográfica, climática y cultural son muy diferentes al resto del país. Mucho del “no a Piñera”, se sustentó en la forma en como su primer gobierno trató al mundo regional y que por mucho que sus huestes digan lo contrario, ese primer gobierno no fue todo lo bueno que dicen que fue y en regiones dejo mucho que desear en forma y fondo.

Con la llegada de ChileVamos a la Moneda en marzo del 2018, queriendo ser positivo, viendo el vaso medio lleno, desde un punto de vista netamente ciudadano, sin ningún interés creado que no sea el bien de Chile, del mundo regional en general, escuchando el discurso pos victoria de los que acompañan a Sebastián Piñera, se me da, que existe la posibilidad cierta que ChileVamos haya tomado conciencia de los profundos errores cometidos en su primera administración con el mundo regional y quiera rectificar en el nuevo periodo y pasar a la historia como el Pdte de todos y no solo de algunos y llevar adelante la verdadera reforma que el Chile moderno proyectado al futuro necesita para enfrentar los desafíos y se planificará como corresponde para fortalecer las regiones con medidas que permitirán hacernos olvidar que el conglomerado que en ese ese entonces se llamaba Alianza por Chile, consideraba a las regiones como “zonas de sacrificio” y que en base a ese nefasto paradigma, se cometieron muchas atrocidades hacia las comunidades regionales y tendrá la capacidad de proyectar la sustentabilidad que necesita el mundo regional para desarrollar su futuro y por ende del país. 

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La verdad muchas veces puede ser dura y difícil de enfrentar, porque devela lo que somos y no la máscara de lo que queremos creer que somos, pero es indudable que nada puede ser más revelador que ir por esa verdad cueste lo que cueste.

La verdad muchas veces puede ser dura y difícil de enfrentar, porque devela lo que somos y no la máscara de lo que queremos creer que somos, pero es indudable que nada puede ser más revelador que ir por esa verdad cuesta lo que cueste, aunque muchas veces esa verdad no acomode nuestros intereses y nos obligue a replantearnos en forma y fondo de lo que queremos y cómo lo queremos. Uno de los mayores problemas que enfrenta el mundo organizativo del ser humano siempre, es que la mayoría de las veces no se enfrenta la verdad y creamos una mentira acomodada a nuestros intereses del momento sin proyectar el futuro y como debe suceder, con esa base de sustentación terminan surgiendo falsas concepciones que terminan debilitandonos, desatando las grandes crisis existenciales de las regiones, de los países y en última instancia del planeta en general. Porque en el fondo acomodamos las realidades, creemos que son invariables y muchas veces insuperables, cuando eso no es bien así y nunca lo será. Nos cuesta entender que todo es cambiante, que nada es invalorable, que nadie es insustituible y menos ahora, donde los escenarios cambian constantemente y muchas veces para peor, sino se tiene la capacidad de entender el poder de la verdad.

Nada puede complicar más que esconder una verdad y creer que no existe como si fuera un paradigma inamovible. A nivel País, cuando los líderes no entienden la verdad en la que están y no la asumen como corresponde, todo lo que puedan planificar estará falto de consistencia estructural y lógicamente por mucho que se trabaje por conseguir esos objetivos nunca se consolidará hasta que se enfrente la verdad y nuestro deber es aceptarlo para ir por esa verdad que es de todos y no solo de algunos.

Nada puede ser más categórico que apesar de todo y de todos, Chile en los últimos cinco años cambio y para mejor. Si lo comparamos con las realidades pasadas, en temas que antes eran tabú en nuestra sociedad y que por mucho tiempo pensamos que eran realidades inamovibles y que en la actualidad han pasado a ser parte de la agenda social de manera inexorable en lo que a temas culturales, formas de vida, sexualidad, ambientales y sociales se refiere. El país ha entrado en modo aprendizaje para entender que la diversidad existe, que debemos respetarla y no sólo tolerarla, haciéndola parte de nuestras vidas, sin importar el credo ideológico, político o social que se represente.

La realidad del mundo presente proyectado al futuro, es un avance magnífico para todos y un gran momento para la sustentabilidad de los procesos de los formatos de desarrollo; haciéndonos entender que llegue quien llegue a la Moneda, la reestructuración del modelo social, económico, cultural y ambiental, debe ser ajustado para hacerlo más propio y de acuerdo con los que somos y con nuestras ventajas comparativas, con reformas que vengan desde adentro y no desde afuera como suele suceder.

El mundo político en todas sus formas ideológicas y políticas si quiere ser respetado por el mundo ciudadano y que el país avance de verdad y literalmente, deberá poner en práctica el respeto por los intereses sociales de todos y no solo de algunos, con la obligatoriedad de ir por una representación honesta y ética en todos los conceptos arriba mencionados, para encauzar al Chile de hoy en lo verdadero y no el imaginario y elitista creado por los políticos en el mundo de los hemiciclos del congreso.