Los “actos caritativos” del ex líder de la Alianza, se basan en la clásica figura del chorreo, en el que si se tiene suerte se puede agarrar uno que otro centavo, de lo que unas pocas familias reciben en grandes cantidades.
Joaquín Lavín, una vez más, ha estado en la palestra de las redes sociales y los medios de comunicación. La razón es que el ex creador de aviones que tiran agua y playas santiaguinas, sumó otra extraña idea asu repertorio. El ahora titular de Desarrollo Social del gobierno, entregó una dieta con la que, según él, una familia puede comer con la suma de dos mil pesos.
Independiente de los ingredientes y el énfasis que puso el ministro Lavín en su preocupación por los que menos tienen, la iniciativa claramente fue leída como una burla, como una falta de respeto hacia la gente que gana menos del sueldo mínimo. Pero también fue la evidencia de algo que ya muchos sabíamos y que el oficialismo se niega a aceptar: es decir, fue la prueba empírica del nulo entendimiento del gobierno en temas de pobreza y desigualdad.
Tal vez sin quererlo, don Joaquín trasparentó los más ocultos deseos de un sector que aún cree que los temas sociales se tratan con paracetamoles y no con intervenciones quirúrgicas. Con pequeñas ayuditas propias de las señoras de la caridad, pero sin entender la importancia de la intervención del Estado en materias regulatorias.
Este simple acto, que parece bien intencionado e ingenuo, refleja una determinada estructura piramidal de sociedad y una arquitectura de país que transmite los valores y las creencias de quienes lo edificaron. Muestra claramente esa sociedad de las “oportunidades” de la que tanto se hablan maravillas pero que, al mismo tiempo,tan pocas garantías entrega, porque solamente algunos tienen el derecho a disfrutar de ella.
Los “actos caritativos” del ex líder de la Alianza, se basan en la clásica figura del chorreo, en el que si se tiene suerte se puede agarrar uno que otro centavo, de lo que unas pocas familias reciben en grandes cantidades. Es ese afán que tienen algunos de enseñar, a una mayoría carente dedinero, la virtud casi budista de vivir con menos de doscientos mil pesos mensuales. Todo esto, para así alimentar sus egos justicieros de hombres de bien.
Pero lamentablemente, con demostraciones como la señalada,únicamente se logra que nos demos cuenta de lo poco equitativa de nuestra sociedad y del carácter casi burlesco con el que, tal vez sin quererlo, las autoridades manejan temas de tanta importancia. Por lo mismo, es indispensablere plantearse los objetivos, pero sobre todo focalizar programas y gestiones gubernamentales en intereses de largo plazo, y no en parches curita que muchas veces agrandan la herida.
Comentarios
17 de abril
Excelente y precisa obsevación acerca de este «bien intencionado» acto.
La economia de Chile y su distribución no es la piñata con que debiamos haber celebrado el tan bullado éxito.
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20 de abril
Además de una absoluta falta de sensibilidad social sus comentarios son reflejo de su falta de inteligencia..Queda en evidencia cada vez que da una opinión.La derecha chilena solía tener entre sus filas algunos personajes con peso intelectual,pero ahora navegan en la superficie de todo.Es una vergüenza !!
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