Así como existe el mercado de la carne, también existe el «mercado político», donde coexisten relaciones de intercambio de bienes y servicios entre electores -potenciales «vendedores de votos»- y candidatos. Este mercado es por demás, imperfecto; y es que presenta un conjunto de barreras de acceso para nuevos actores o competidores.
Países como Chile no son la excepción a esta regla, y es que si bien presenta una democracia con cierta alternancia, plena separación de poderes, elecciones libres y transparentes, partidos políticos (fuertes pero cuestionados); al preguntarse cómo solucionar el problema del financiamiento de las campañas -con casos como el «Pentagate»- simplemente se piensa si aumentar el número de «outsiders» o simplemente seguir con una política de élite que autores como Wohlgemuth (1), catalogan de esclerótica.Así como existe el mercado de la carne, también existe el «mercado político», donde coexisten relaciones de intercambio de bienes y servicios entre electores -potenciales «vendedores de votos»- y candidatos.
Las opciones, guardando las diferencias, serían algo así como: o los Walker, los Monckeberg y los Allende -familias de políticos con varias generaciones en el poder – v/s «outsiders desestabilizadores del sistema», al estilo Chávez y Correa.
Las barreras en política son variadas, y van desde acceso a capital para fundar y mantener una organización; contar con recursos e influencias para lograr algún tipo de visibilidad en medios de comunicación; financiamiento para desarrollar investigación y desarrollo en encuestas.
Por citar un ejemplo: solamente el gasto total en publicidad de la Presidenta Michelle Bachelet, es equivalente a 2/3 del total de su patrimonio declarado; el aviso de prensa más barato de Evelyn Matthei es equivalente a 14 sueldos mínimos actuales. Se necesitarían 11.885 personas -2 veces la población electoral de la Comuna María Pinta- dando íntegramente su sueldo mínimo bruto para poder reunir lo que se gastaron Bachelet y Matthei en campaña.
¿Cuál es la solución para este problema de acceso? Principalmente, asumir sin complejos que la política es un mercado y es un negocio, y que como tal, requiere transparencia y competitividad, donde es imprescindible derribar los cercos de información y acceder a la información de los aportes a las campañas, hacer obligatorias y minuciosas las declaraciones de intereses de nuestras autoridades, dar cuenta a la ciudadanía de lo gastado, entre otras acciones,
Que los candidatos se hagan responsables de los financiamientos que reciben en sus campañas, y que no se escuden en la útil figura del chivo expiatorio de los pecados cometidos por otros.
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(1) Wohlgemuth (1999) «Entry Barriers in Politics, or: Why Politics, Like Natural Monopoly, Is Not Organised as an Ongoing Market-Process» Review of Austrian Economics, 12: 175–200.
Comentarios
28 de octubre
En mi opinión lo bueno sería que cerráramos ese boliche, con un financiamiento de campaña exclusivamente de fondos públicos y un mayor acceso al debate, en los medios de comunicación
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28 de octubre
buen articulo!
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