No tengo herramientas como para intentar una comparación seria entre los dos gobiernos, pero sé detectar cuando frente a mis ojos hay una cuchufleta. Esta consiste, en la forma, en adjudicarle todos los problemas de esta administración a la comunicación, “lo hicimos perfecto pero no supimos mostrarlo”.
El ministro Larroulet ha presentado un documento titulado “Chile 2010-2013: Así ha avanzado el país y la calidad de vida de los chilenos durante el gobierno del presidente Sebastián Piñera”. En él, se compara en 35 indicadores la actual administración con la anterior. En los 35 Piñera gana. Salvo que en la última elección presidencial la mayoría de los chilenos haya decidido alegremente que es mejor estar peor, el documento tiene un sesgo bastante similar al que ese mismo sector político detecta en Cristina Fernández, Evo Morales, Nicolás Maduro y varios otros presidentes que forman parte de su panteón de incivilidad, faltas a la democracia y caos. Fuera de los familiares y amigos de quienes redactaron ese documento, es muy difícil que alguien conozca a un compatriota que crea seriamente que el gobierno de Piñera le ganó 35 a 0 al de Bachelet.
¿Cómo se puede escudar un tongo semejante para que tenga algún viso de verosimilitud? Con el maquillaje favorito de los tecnócratas de todas las tendencias, las cifras. Allí donde campean los porcentajes y los gráficos, pareciera que no se está frente a burda propaganda política, sino ante la transparente verdad. Para determinar que han triunfado en “emprendimiento”, comparan el número de sociedades constituidas. Da lo mismo cómo les haya ido a esas empresas en su primer año, los números de sus balances, la innovación que propusieron. Da lo mismo incluso que sean reales, cuando todos sabemos que un gran porcentaje de las sociedades que se crean en nuestro país son en realidad ficciones destinadas a la elusión de impuestos. Si se trata de comparar educación y salud, lo que se compara es el gasto público. Ellos gastaron más, por lo que ganaron. El sensato argumento de la derecha desde siempre (no se trata de evaluar gasto, sino el resultado de ese gasto) aquí no corre. Tampoco corre el que, salvo durante la época de Pinochet, esos gastos han aumentado año tras año junto con el crecimiento del país, por lo que declarar ese triunfo es igual a adjudicarse la salida del sol de esta mañana. Otro tanto ocurre con uno de los indicadores más pintorescos en el que se autodeclaran ganadores, el item “calidad de vida”: durante estos cuatro años la venta de automóviles se duplicó con respecto al cuatrienio anterior. Si usted está leyendo esto tras cumplir la primera de las dos horas que se demora en llegar a su trabajo no se aflija, es su calidad de vida que aflora en toda su magnitud. Por no engolosinarme, termino con el item “acceso a la cultura”: en este período fue más gente al cine. No importa quíenes fueron, qué vieron y cuánto costó la entrada, sólo importa el número. 200.000 espectadores en “La Guerra de las Hamburguesas 7” es motivo y razón.
El párrafo anterior es tan tendencioso y mal intencionado como el documento, sólo que en un sentido inverso. La única diferencia es que no lo redacté en mis horas de trabajo, en el marco de mis funciones de gobierno, ni pretendo establecer una verdad oficial. No tengo herramientas como para intentar una comparación seria entre los dos gobiernos, pero sé detectar cuando frente a mis ojos hay una cuchufleta. Esta consiste, en la forma, en adjudicarle todos los problemas de esta administración a la comunicación, “lo hicimos perfecto pero no supimos mostrarlo”. El fondo es mucho más claro, y se remonta a la única experiencia previa Larroulet en lo público. Se trata de pensar que lo que queremos escuchar fuerte y claro, antes de cualquier consideración política, es que “Chile es un país ganador”. En ambos casos, la desmesura de la propaganda es proporcional a la derrota de sus ideas.
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Comentarios
03 de marzo
Mis respetos. Hay que tener realmente mucho estomago (o un muy buen antiacido) para haber hecho el ejercicio de leer “Chile 2010-2013: Así ha avanzado el país y la calidad de vida de los chilenos durante el gobierno del presidente Sebastián Piñera”.
Porque lo que es yo, ni de chiste lo leeria, ni siquiera envolveria pescado en el. Ya suficiente tengo con el titular de la Segunda online: «Adimark: Piñera finaliza su gobierno con un 50% de aprobación» http://www.lasegunda.com/Noticias/Politica/2014/03/918188/Adimark-Pinera-finaliza-su-gobierno-con-un-50-de-aprobacion
No se que diablos se fuman algunos personajillos de derecha, pero es increible que nos crean tan idiotas.
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03 de marzo
Gracias por la lectura, Marcela. En realidad lo leí para ver hasta dónde podía uno reírse con él, y en ese sentido fue una lectura grata.
La mitad del vaso lleno, que ve La Segunda.
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04 de marzo
el exitismo miope de este gobierno es enervante,los progresos en ingresos percapita solo llegaron a los bolsillos de los poderosos;el resto solo migajas que el mercado deja caer de lamesa de los opulentos;hospitales nuevos sin especialistas,concesionados;un estado represor,con carabineros que solo saben sacar partes y apalear;calidad de vida,donde debo trabajar horas extraordinarias para alcanzar a llegar,a penas,a fin de mes;donde el pasaje me cuesta $850,solo de ida,y las horas de viaje un infierno…..este gobierno y los otros solo saben de numeros, que los acomodan de acuerdo a sus intereses……nada saben de nosotros los simples ciudadanos, de nuestra realidad.
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04 de marzo
Patricio, se te quedaron en el tintero las dos lucas del menu de Lavin y hace poco me entere del programa Noche Digna, creado por Lavin y su equipo para dar una noche digna a las personas con situacion de calle, pero OjO, solo una. En esta Administracion se realizaron un sinnumero de politicas publicas con la profundidad de una piscina de niño.
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04 de marzo
Hola Pedro, gracias por la lectura, la palabra con la que das, «exitismo», es precisa para describir el problema. Hola David. No tenía idea del proyecto «noche digna», es genialmente patético! Podría llamarse «la noche chilena».
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08 de marzo
Al presimiente Piñera no le cree nadie.. y tampoco preocupa lo que digan estos erselentes 24/7 que se van con una gran PLR de La Moneda.
Ah!… Piñera ya aclaró que eso de trabajar 24/7 era una «metáfora» -así le dice a la mentira Piñera- que es una metáfora.
Lo aclaró en el lanzamiento de su «libro» sobre él por supuesto.
Agregó que «¿Quién puede ser tan estúpido de pasarse 24 horas al día trabajando, siete días a la semana? Es imposible“-
revoluciontrespuntocero.cl/pinera-y-sus-frases-cuando-deciamos-esto-de-24×7-gobierno-de-excelencia-obviamente-que-no-es-24×7-quien-puede-ser-tan-estupido/
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