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¿Dictadura o dictablanda?

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La reciente muerte de Kim Jong Il ha puesto sobre el tapete el tema de las dictaduras. Como si nosotros no hubiéramos tenido ninguna. El fallecimiento del líder norcoreano y la carta de condolencias que el Partido Comunista chileno envió al gobierno de Corea del Norte encendió la polémica.

Porque claro, para algunas personas el acto del PC criollo es una aberración a la democracia. Sin embargo muchas de esas mismas personas avalan a Pinochet. ¿El argumento? Dicen que, dados los resultados económicos no es posible comparar a Jong Il con Pinochet, siendo el primero mucho, pero muchísimo peor que el segundo.

Ello me llevó a pensar sobre qué hace peor o mejor a una dictadura.
¿Los años de duración? ¿La intensidad de la represión? ¿La extensión que abarcó dicha dictadura? ¿El número de muertos?
¿Es acaso Hitler mejor que Mao? ¿O será que al lado de Stalin resulta que Franco es un angelito? Y, si lo traemos al plano latinoamericano ¿Es Fidel mejor o peor que nuestro Pinochet?
Cada uno de los mencionados tuvo horrorosas particularidades que los identifican y destacan, grabando más a sangre que a fuego su nombre en la memoria colectiva del siglo XX. Cierto es que el holocausto judío y la represión estalinista, por ejemplo, superan a Pinochet o Videla en términos cuantitativos. Pero cualitativamente todos los mencionados y los muchos que se me quedan en el tintero y que son de su misma estirpe tienen dos características que, a mi parecer, basta para ser condenados moral y cívicamente.
Por un lado, atentaron contra los derechos humanos. Sí, esos que se suponen inalienables, inherentes e imprescriptibles. Esos que fueron violados tanto en Auschwitz-Birkenau, como en los Gulag soviéticos y Villa Grimaldi. En esos lugares, por pensar distinto o simplemente por ser diferente se torturó, violó y asesinó a seres humanos. No importa el número de personas y no cuentan los años. Con que se haya hecho una vez a una persona ya es suficiente, al menos para mí, para condenarlos al menos pública e históricamente.
Por otro, sus dictaduras emanadas de golpes de estado, revoluciones o guerras civiles son anti republicanas y, por cierto, antidemocráticas. En todos estos regímenes las libertades individuales y colectivas fueron cercenadas y se impuso la censura y la cultura del terror. El hablar bajito porque nos pueden escuchar y acusar, el no poder circular libremente ni decir lo que se piensa. El temer del vecino, del hermano del amigo. Se instaló la desconfianza en la política y se desprestigió la cultura cívica. Tenemos claro que la democracia tiene enormes falencias, sobre todo la nuestra, pero sin duda es el mejor sistema que tenemos o, en su defecto, el menos malo.
Todas estas dictaduras están manchadas con sangre. Justificar a una por sobre otra en función de avances tecnológicos o macroeconómicos es una estupidez. Es como que la mujer avale que su marido le pegue sólo porque la mantiene con un status económico elevado.
Patrañas.
Los Derechos Humanos no se venden y no se transan. Es cierto que en Chile no murieron tantas personas como en China, URSS, Alemania Nazi o Camboya. También es cierto que la dictadura de Pinochet duró muchos menos que el régimen estalinista o que Franco en España y que Chile es un país mucho más pequeño que Rusia. Todo lo anterior es cierto, sin embargo ello no justifica ni por un mini segundo a la dictadura de Pinochet respecto a la de Kim Jong Il.
Es por ello que no me cuadra cuando fervientes admiradores de Pinochet condenan a Fidel o cuando el Partido Comunista se apena por la muerte del dictador norcoreano y descorcha champaña en el funeral de Augusto José Ramón.
Dictadura es dictadura aquí y en la quebrada del ají y el color político no es excusa para validar una por sobre otra. Eso no es ser republicano ni democrático y de paso, es ser bastante hipócrita. Los derechos humanos no son acomodaticios y la historia tampoco.
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21 de diciembre

Yo sí creo que hay una diferencia sustantiva entre una dictadura y un régimen totalitario como el que parece existir en Norcorea (si lo que nos dicen de ella es cierto). El criterio de violación de derechos humanos es demasiado amplio. De hecho, en Chile hoy se violan sistemáticamente (basta pensar la negación de los derechos territoriales del pueblo mapuche, la negación de la libertad de expresión, etc).

La diferencia entre una dictadura sangrienta como la de Pinochet, y un régimen totalitario está en el papel que juega el terror en ella. En la primera se utilizó para desarticular al movimiento popular, sus expresiones partidistas y en definitiva, para derrotar el proyecto socialista. En el totalitarismo, como el Soviético (1937-1952) o el de Nazi (1939-1945) (afortunadamente parecen no haber más ejemplos a parte del norcoreano), el terror ocupa un papel central en la destrucción del individuo y para ello se utiliza frenética y arbitrariamente. En la dictadura de Pinochet, si tu no te metías en política, sabías que no tendrías problemas con la DINA. En el caso de la Rusia de Stalin, nadie, pero absolutamente nadie (ni los miembros del politburó ni de la familia del dictador) estaban a salvo de la policía política. La detención te podía caer por cualquier comentario (incluso privado), o gesto inadecuado (¿no lloraste bastante la muerte del Lider?). O sea, nadie está a salvo y sobre las cabezas de todos pende la amenaza del Gulag y la desaparición. Además, en el régimen totalitario desaparece la vida privada, el Estado se mete en tu cama. Dicen que en Norcorea los afortunados que viven en la capital tienen un radio-receptor incrustado en la pared de la cocina. Solo una tiene una frecuencia (la oficial) y no pueden apagarlo en ningún momento.

Como se ve, se trata de una diferencia cualitativa.

21 de diciembre

No voy a hacer distinción entre dictadura o régimen totalitario, lo que sí puedo asegurar es que en Chile, la dictadura de Pinochet no sólo persiguió y masacró a sus adversarios políticos, también fueron asesinados muchos campesinos que con suerte sabían lo que era un partido. Niños, jóvenes y hasta mujeres embarazadas fueron asesinadas o desaparecidas por el régimen. Ud. me está diciendo que un hijo no nato de una mujer se metía en política y por eso fue muerto. La verdad es que cuando se trata de violaciones a los derechos humanos las comparaciones se vuelven odiosas y muy poco pertinentes. La vida privada poco importa cuando te matan a tus hij@s, espos@s y familiares, la vida se convierte en una busqueda infinita y dolorosa de un ¿Porqué? que nunca tendrá respuesta.

21 de diciembre

para sintetizar mi punto, se puede discrepar en torno a si tal o cual gobierno es o no dictartoria. Incluso se puede discutir si es éticamente aceptable una dictadura bajo determinadas circunstancias, o si existe una dictadura democrática como decía Marx. Lo que nunca tiene justificación es el totalitarismo.

24 de diciembre

El totalitarismo sí puede tener justificación, el asunto es cuál es aquella justificación o la razón que la sustenta, porque se entiende que si se expone algún orden totalitario este ha de tener un motivo, un por qué y un para qué… Para referenciar mi punto de vista, podría mencionar la poca cabida de diálogo, debate o discusión que había entre las leyes de Dios y la forma de vida o conducta del pueblo de Israel, caso en el que se entiende que había una diferencia sustancial, sino acaso inconmensurable, de sabiduría entre Dios y el pueblo de Israel. Así, si extrapolamos a algo más cotidiano, actual o terrenal, creo que se debiera entender que las posturas totalitarias sí pueden tener justificación cuando las sustenta una razón que las justifique y una parte las comprenda y pueda ejercer el totalitarismo y la otra no…

jlgkfl

21 de diciembre

Buen artículo de Mariel Rubio. Las opiniones acomodaticias que he leído y he escuchado por estos días referente al tema, me demuestran que hemos avanzado muy poco en valorar los derechos humanos. Muchos hablan de la boca para fuera, pero no entienden que una dictadura en cualquier parte nunca puede ser buena para el desarrollo de la sociedad. La revolución puede ser una respuesta a la opresión y debe por consiguente dar paso a la democracia para asegurar la igualdad, pero la opresión en cualquiera de sus formas sólo puede sustentarse en el desprecio a la humanidad y a los derechos fundamentales del hombre. Alguien me decía el otro día en twitter que con la plata que se gasta en El Museo de la Memoria podríamos construir casas mejor para la gente pobre. ¡Como si de casas sólo viviera el hombre!. Es necesario invertir en educación de derechos humanos, para que nuestros hij@s no cometan los mismos errores del pasado y aprendan que no se puede tener doble estandar cuando se trata de la vida de las personas y de construir una sociedad justa, tolerante y democrática.

24 de diciembre

Comprendiendo que lo que entendemos por democracia es mejor que una dictadura, no por ello creo que en términos prácticos podemos hablar con propiedad de que sea posible «asegurar la igualdad» bajo la mirada y la práctica de algún sistema humano de convivencia social…

También creo que de una u otra forma siempre está presente entre nosotros y en los sistemas educativos la «educación tipo derechos humanos», sin embargo, la naturaleza carnal del hombre lo hace malvado y lo que se puede apreciar en los colegios, especialmente en los niños que abusan de otros niños, es precisamente una manifestación de falta de bondad que difícilmente podría alguien corregir, a pesar de todas las charlas que se hayan llevado a cabo… Una vez que crecen los niños, no se cambia gran cosa y esto se expande a través de la sociedad a todos sus estratos, al punto que hablar de una «sociedad justa, tolerante y democrática», es más bien una utopía que algo que podamos alcanzar vía una reflexión semi colectiva…

gfdgdf

22 de diciembre

No hay dictaduras buenas o malas, toda dictadura es criminal, nefasta.

Un hecho interesante es que tanto los autoritarios de derecha como izquierda, justifican ciertas dictaduras en base a la finalidad que dicen defender (la revolución, la contrarrevolución, la justicia, igualdad, libertad), el ethos que dicen tener, o los resultados económicos obtenidos o esperados.

Cualquiera sea el caso, les importa un carajo la libertad política de las personas (libertad de pensamiento, de expresión, reunión, movimiento, etc.), y sólo les importa la base económica, su modelo económico respectivo (modos de producción socializados, o mercantilismo neoliberal).

Por eso me parece irrisorio un homenaje a un violador de derechos humanos, y me parece irrisorio enviar condolencias por la muerte de otro violador de derechos humanos. Derechistas e izquierdistas incoherentes en cuanto a los Derechos Humanos.

Por otro lado, no sé si sea adecuado intentar hacer distinciones entre totalitarismos y dictaduras (gobiernos autoritarios) porque finalmente, se termina por justificar regímenes que aunque no son comparables con el totalitarismo nazi o el soviético, son igualmente autoritarios, agresores, y violadores de derechos.

Y esos regímenes donde el poder se transfiere entre hermanos o de padre a hijo, no son iguales a las democracias.

Es claro que las que consideramos democracias también violan derechos humanos (el poder político siempre lo hace), pero en las democracias (con separación de poderes, elecciones constantes, libertad civiles básicas) al menos existen instancias para denunciar tales atropellos e incluso apelar judicialmente por éstos. Incluso la gente puede escribir que se violan derechos, denunciarlos, como se hace en este sitio, sin temor a ser detenido más rato por emitir tal opinión.

Una dictadura democrática es un oxímoron.

Siempre hay que tener presente que todo gobierno provisional tiende a volverse permanente…ese es el riesgo siempre.

El problema sigue siendo que al Estado y los gobernantes se les conceden derechos que ningún ser humano tiene.

Saludos

22 de diciembre

Las dictaduras, las torturas, las violaciones de RRHH, etc, son todas aprobadas o rechazadas dependiendo de la ideología del observador. Es impresionante ver como, aquellos que parecieran ser adalides de los derechos de las personas, justifican o en el mejor caso, bajan el perfil, a aberraciones y violaciones sistemática de estos. Luego del golpe militar en Chile, cosas que podía saber la opinión pública, como eran allanamientos con «enfrentamiento» donde 8 a 10 «terroristas» aparecían muertos, eran mirados sin arrugarse por casi todos…era parte de la «guerra» publicitada por el Gobierno. En el caso de Corea del Norte, Cuba o demases, los campeones de dar libertades justifican plenamente el férreo control estatal sobre la vida de todos y cada uno. Y se hacen los ciegos y sordos a aniquilaciones, falta de justicia, etc.
Lo que hay que entender es que, si hay algo MENOS universal, son los derechos humanos y el valor de la vida; es uno de los valores mas relativos que existen. Mucho mas relativo que el robo (que es penalizado en prácticamente todo el mundo . Basta ver como Pinochet perdió el apoyo de la derecha cuando se mostró que había robado; apoyo que no perdía cuando se supo mas de detenidos desaparecidos, comisiones Rettig y demases.

22 de diciembre

Matías, tienes toda la razón en que un regimen totalitario es distinto en uno autoritario, sin embargo dicha diferencia es sólo de forma pues en el fondo son exactamente iguales: represivos y violentos y ello basta para condenar a ambos tipos de dictadura por igual.

Saludos

gabmarin

22 de diciembre

No es solo una diferencia de forma, Mariel. Lo que plantea Matías, que resume en parte lo que Hannah Arendt y otros han estudiado, plantea una diferencia conceptual de fondo. A la hora de explicitar una condena, regímenes autoritarios y totalitarios merecen, en la medida que ambos vulneran los derechos humanos, idéntica reacción. Pero minimizar sus diferencias puede llevar, cuando se quiere pasar de la condena moral a otro tipo de acción, a confundir la manera de combatirlos.

22 de diciembre

¿Cuál es el límite entre un régimen autoritario y uno totalitario? Difícil saberlo, cuando intentas encontrarlo…ya están tocando a tu puerta…

22 de diciembre

Gabriela, no minimizo las diferencias, pero no me quedo en ellas para validar a uno por sobre otro. Toda dictadura, independiente de su origen es condenable desde la vereda de los DDHH

Jorge, hay diferencias formales. la existencia o no de un partido unico, por ejemplo. Pero, personalmente, no me quedo ahí y mi condena es parejita

23 de diciembre

Las diferencias formales existen, pero eso no implica que régimen de dictadura o un gobierno autoritario, sin partidos o de partido único, de derecha o izquierda, de uniforme gris o verde olivo, no sean brutales, criminales e ilegítimas. Concuerdo con tu condena y de hecho me parece que eso es lo que se debe hacer.

Mi reparo es el uso que se da a esas diferencias formales, para justificar en ciertos casos, la transferencia de poder entre familiares, la supresión de las disidencias, la no existencia de medios de comunicación no estatales, libertades civiles y políticas básicas y un largo, etc.

24 de diciembre

Es evidente que el sentido común condene a un régimen dictatorial, totalitario o autoritario, que causa violaciones a los derechos humanos, porque toda clase de abuso y maltrato no es algo que las personas deseen para sí mismo u otras personas, en términos generales.

Tal vez cabría hacer la mención y salvedad de la «justicia divina» que, a veces, según cuenta la Biblia y evidencia la historia, ha producido estragos en algunos pueblos o naciones, comprendiendo que tal mención se basa en una razón que posiblemente no haya estado al alcance del entendimiento que cualquier persona poder lograr. Esto tiene la particularidad de que en muchos casos un pueblo se levantó contra otro, un gobernante fue injusto, hubo un atropello o una maldad de la que no todos se enteraron, etcétera, y finalmente la opinión pública que se enteró del hecho lo juzga como un hecho terrenal, sólo con la información que tiene, y así, uno u otro eventual dictador, tal o cual, acumula observaciones y opiniones negativas que lo hacen parecer como «el malo de la película», pero, obviamente cabe preguntarse si acaso realmente tenemos presente y consideramos en la debida proporción todo lo necesario al emitir nuestra opinión o juicio, incluyendo lo no evidente que hay detrás de todo lo que el hecho en cuestión involucre, y no digo precisamente que el hombre sea capaz de juzgar con la debida sabiduría todo lo que esté a su alcance, aunque no por ello deje de ser efectivo el sentido común y el de justicia que por naturaleza también vive en nosotros y que nos hace distinguir el bien del mal, a no mucho andar de habernos enterado y acumulado información acerca del suceso…

Aparte de ello, creo que los maltratados físicamente por un régimen, que imagino son la masa mayoritaria por la que se levanta el artículo y las opiniones generales vertidas, no son la única forma de abuso de los derechos humanos, o de atentado contra la capacidad de vivir en una sociedad en la que los unos no abusen de los otros, porque constantemente ocurren estos abusos, no precisamente físicos, pero, atentan contra el derecho de los pueblos y de las personas de una u otra forma, cosa con la que deseo expresar que constantemente vivimos en una sociedad que coarta el derecho de las personas a ser más de lo que son; que limita a ellas el poder disponer de más «recursos» de los que tienen; que nos restringe a vivir dentro de un marco social de orden nacional en la que claramente podemos tipificar a ciertos estratos de la sociedad como abusadores y a otros como abusados y que por cierto no forman parte de un régimen específico que ostente un poder que concedan las personas a través de un voto, sino que constituyen un estrato social que domina el área de decisiones que tienen injerencia en la vida de las personas y en las formas en que interactúan y qué es lo que pueden hacer o lograr las instituciones que están al servicios de la gente y de los territorios…

Es decir, vivimos en un medio en el que el abuso es un forma constante de atropello a los derechos humanos y a la dignidad de las personas, en las que muchas no tienen defensa posible y ello a pesar de que esto sea denunciado e incluso reclamado por alguna de las vías existentes, o incluso juzgado por los tribunales pertinentes y todo ello no deja de constituir una forma de maldad que la sociedad rechaza, pero, a fin de cuentas, no vivimos en un mundo ideal y ni siquiera en uno que podamos modificar a la altura o medida de nuestras aspiraciones, porque, y aunque no compartan mi opinión, el gobierno que se ejerce sobre el mundo no es del bien, sino que es ejercido por el mal, específicamente por quien señala la Biblia que lo hace…

Lo que sí creo que se puede hacer es avanzar hacia una sociedad mejor, creando, paso a paso, modificaciones a los sistemas sociales existentes que permitan generar mejores condiciones para una convivencia más aceptable por todos, sin embargo, decir esto no es nuevo y a pesar de ello y de los muchos esfuerzos que hayan hechos las personas más notables o convencidas de ello, llenas de altruismo y buenas intenciones, y de todas las capacidades y atribuciones de los organismos existentes al servicio del país y de las personas, no por ello podemos decir que estamos al borde de sostener que hayamos tenido un avance significativo que permita mitigar efectiva y notoriamente todas las formas de abuso que nuestro sentido común no acepta de buena gana o usando la razón…

Por lo tanto, creo que las formas de dictadura, autoritarismo, régimen y semejantes, no necesariamente presentan la forma de gobiernos institucionales dirigidos por alguien que sostiene una vara de hierro feroz con la que oprime a una minoría que no es de su agrado, sino que vivimos en una sociedad en la que de una u otra forma todos podemos sufrir potencialmente las consecuencias de un sistema que no está a nuestro alcance modificar para que sea más benigno para con todos y así, hablar de este tema y de dictadores más o menos, todos con casos de atropellos a los derechos humanos, y de los que repetirse el plato en observaciones y posturas, comentarios y expresiones, no tiene mayor sentido práctico, en definitiva, que hablar del abuso que cometían los mayas con algunas personas, o los egipcios con otras o los sirios, o los afganos, etcétera…

El tema está agotado… Existen y han existido abusadores de los derechos humanos y se podría decir «¿y qué jue?», porque, así como ellos, existen otros tipos de delitos no menores que nuestra sociedad tampoco ha sido capaz de extirpar a pesar de todas las leyes en vigencia o la policía activa, o los juzgados en ejercicio e incluso la mejor de las intenciones de quien llega al poder y se hace cargo del Ministerio del Interior y Seguridad Pública…

De todas formas, es lógico aceptar que haya quienes desean expresar su opinión respecto de este tema divulgando su postura anti dictatorial y condenatoria de toda clase de atropello a los derechos humanos, sin embargo, me parece que si esto tanto nos disgusta, al revisar la historia y proponer frases póstumas y definitivas respecto de nuestra posición frente a las dictaduras, bien merece la pena darse la oportunidad de cuestionarse si acaso el repasar la historia una vez más es más importante que procurar pensar en los mecanismos que harían de nuestra sociedad una en la que nos sintiéramos más a gusto con ella, con un simple cambio que se efectúe en el lugar y en el momento adecuado, para que visualizando esa posibilidad, una pequeña luz al final de un túnel tan inmenso y avasallador, podamos hacer algún descubrimiento intelectual que proponerle a la sociedad para que esta se convierta en el reflejo de nuestros mejores deseos y la fuente que dé vida a nuevas virtudes…

Es necesario pensar positiva y propositivamente, ya que nuestras neuronas tienen la capacidad para ser exigidas al límite y nuestra determinación y deseos de participación bien las puede poner contra la espada y la pared, exigiéndoles resultados, ya que revisar la historia es sencillo, pero, sigue siendo un problema no resuelto o consensuado el proponer las condiciones adecuadas para que nuestra nación sea un lugar más digno de el que todos nos podamos sentir orgullosos…

kljkljsdlk

Susy Andai

24 de agosto

Te acabo de descubrir .Me encantaron tus publicaciones sobre el origen Incaico de Piñera y el de Dictadura o Dictablanda.Escribes muy bien.Te felicito.Abrazos.
Susy

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