¿Cuál es la diferencia entre el 8 de marzo y el día de la madre? Esta pregunta me ronda la cabeza mientras veo que se han organizado varios eventos conmemorativos del día de la mujer con grupos de cumbias y música romántica. Lo que me parece horroroso por varios motivos.
Primero porque siento que se está volviendo una fecha igual de comercial que el día de la madre, en donde las grandes tiendas se aprovechan de los estereotipos maternales para vender, así como los municipios y el oficialismo aprovecha de sacar ventajas políticas el 8 de marzo, sobre todo en este año político tan relevante, utilizando la palestra previa a la presentación de Américo y La Noche para hacer campaña política dirigida a la “esforzada mujer chilena”.
Segundo, me provocan nauseas los estereotipos y alegorías referidas a “la mujer”. ¿Qué es eso de “la mujer”? Me parece que cuando de esencialismos femeninos se trata, existen lugares comunes: el referente de la maternidad; a la mujer “fuerte y abnegada”; a la dueña de casa porque como dijo Zalaquet “la mujer es el alma del hogar”. Todo generalmente va acompañado de la clásica flor abogando a que “cada mujer es una flor” o el chocolatito. Porque se supone a las mujeres nos encantan las flores y los chocolates, así como a los varones prefieren el futbol y el whisky.
Creo que hay que reparar en que el concepto de “la mujer” no existe. No existe la mujer como sujeto singular puesto que la construcción de lo femenino es justamente eso: una construcción, no una naturaleza. Lo que sí hay es “mujeres”, mujeres diferentes que viven aún con diferencias de clase, de cultura, de geografía. Tampoco existen “gustos femeninos”, sino que existen campañas en torno a tales o cuales símbolos asociados a la feminidad, así como evidentemente lo hay en torno a la masculinidad. El error es seguir validándolos.
Por último, el 8 de marzo tiene un matiz histórico conceptual que debe ser recordado. La conmemoración surge a raíz de demandas sociales enmarcadas en la situación de explotación laboral que vivían las mujeres como parte del proletariado ya organizado a principios del siglo XX. Y como se trata de un evento de demanda no de complacencia, la tarea es conmemorarlo no celebrarlo. Conmemorarlo sin perder de vista que la explotación aunque muchas veces velada, existe y se invisibiliza entre flores, chocolates e invocaciones a la “mujer abnegada, alma del hogar”.
Nota elquintopoder.cl: Te invitamos a revisar nuestro saludo en Facebook a las mujeres de nuestra comunidad con ocasión del Día Internacional de la Mujer.
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Comentarios
09 de marzo
Hola Caro!!!
Genial tu columna. Sobre todo porque aplica a la gran mayoría de las «celebraciones» que han aparecido durante los últimos años.
Sigue así.
Saludos
Victor
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