«Pese a los avances en materia del ingreso, la reducción de la desigualdad se ve tan cercana como la llegada de Godot “Hoy no vendrá, pero mañana seguro que si”»
Crecimiento, pleno empleo y #TiemposMejores serán parte de los mantras que protagonizarán la agenda programática de Sebastián Piñera, ya se advierte, en la célebre frase “porque no hay mejor política de desarrollo que el crecimiento, ni mejor política laboral y social que el pleno empleo”. El crecimiento económico es necesario para financiar las políticas sociales, en eso no hay que perderse, el clásico “para distribuir riqueza, primero hay que crearla” desde Raúl Castro hasta la SOFOFA coinciden con dicho principio.
No obstante, hay que tener cuidado con la autosugestión digna de sectas que creíamos extintas, sugerir en una frase que crecimiento, pleno empleo y tiempos mejores, son tres términos lineales y causales que nos llevarán a Felicidonia, rebasa con creces, los límites ambientales de venta mayorista de humo, al que la clase política nos tiene (mal) acostumbrado, sobretodo en época de elecciones.
Si bien, la curva de Kuznets, establece que llegado un determinado nivel de ingreso, la desigualdad se reduciría, el punto es que pese a los avances en materia del ingreso, la reducción de la desigualdad se ve tan cercana como la llegada de Godot “Hoy no vendrá, pero mañana seguro que si”
Los neoliberales, asumen que la desigualdad es inherente en los mercados y es necesario para motivar a los actores económicos, también creen que todos los ciudadanos tiene el deber de asegurarse que tengan suficiente ingreso. (Jenson, 2010) Sin perjuicio de lo razonable de lo último, ignoran fatalmente la posibilidad de que pese a tener un trabajo formal, el ingreso podría no ser suficiente para vivir. Algunas leyes laborales, contratos colectivos, son percibidos por los menos ortodoxos, como rigideces del mercado laboral, que desincentivan la inversión, y comprometen seriamente el crecimiento del país (Morel et al, 2012:12) Los más exaltados, no trepidan en recurrir a Cubazuela del Norte(sic)
En esa línea, no es descabellado estar de acuerdo con una declaración de Michelle Bachelet donde señala que “No me interesa para nada un crecimiento económico brutal si no hay mejora en la vida de las personas”
Respecto al pleno empleo, lo primero es que el trabajo dignifica, sin duda. Aunque, cabe cuestionarse el modo de medición: Si con declarar haber trabajado un par de horas a la semana, es suficiente, me permito el beneficio de la duda. Alcanzar empleos de calidad, no se logra exclusivamente aumentando el tamaño del Estado, ni bajando los impuestos, es fruto de diálogos y compromisos sinceros entre empresarios, trabajadores y gobiernos. Adelantado a su tiempo, el S.J Alberto Hurtado, siendo de filas conservadoras en su juventud, comprendió que el trabajo no es solo un medio para ganar la vida, sino también un forma de colaboración social.
¿Tiempos mejores? Por supuesto, tenemos la fortuna de vivir en un país decente: los eventuales terroristas (gallardos y belicosos, según la historiografía) no se dedican al secuestro, ni al crecimiento exponencial de la industria funeraria. A diferencia de nuestros vecinos, afortunadamente no hemos avanzado en democratizar el acceso de corromper a nuestras policías. Aunque sin duda, hay que consagrar los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Asimismo, nuestro periodistas gozan de una saludable esperanza de vida, aún hay indignación (aunque sea líquida, y poco organizada) por los episodios de corrupción.
Sería injusto no reconocer la conveniencia del crecimiento económico y el pleno empleo, para alcanzar mejores niveles de bienestar, no obstante, los frutos, tienen que ser para todos, sin dejar a nadie atrás. Prosperidad compartida, le llaman en los países preocupados por ver un poco más allá de sí mismos. Una comunidad política que delibera y comparte principios, valores, cultura e historia, tiene que buscar la forma de cuidar y proteger a todos y cada uno de sus integrantes. Los riesgos sociales, ya no son los mismos (Rosanvallon, 2009)
Referencias bibliográficas.
Pierre Rosanvallon (1995) La nueva cuestión social: Repensar el Estado providencia
Morel, Palier, Palme (2012) Towards a Social Investment Welfare State?
Comentarios
31 de mayo
Señor me parece que se olvida que la «mejora en la vida de las personas» se logró con mayor desigualdad. Todos los indicadores le dicen que el bienestar de los mas postergados se logró aumentar cuando la desigualdad aumetaba. Todo demuestra que la frase correcta de Bachelet, si viviese en la realidad seria: “No me interesa para nada la igualdad si no hay mejora en la vida de las personas”. Porque esa es la real interrogante que vivimos porque los datos reales demuestan que es asi.
Nunca logrará pleno empleo buscando la igualdad, excepto en la pobreza absoluta para todos.
Saludos
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