El resultado del llamado cónclave de la Nueva Mayoría, como era de esperar, no le gustó a nadie. Nadie tiene muy claro si las medidas de cobertura en educación se mantendrán o se volverán a cambiar en una futura reunión. Nadie sabe si habrá otra reunión en el futuro que replantee o perpetúe la hoja de ruta del gobierno. Nadie sabe nada, o mejor dicho: todos adentro del oficialismo, se compraron la histeria que la oposición empresarial logró meterles en la cabeza, y hasta colaboraron con el relato.
Lo que se intentó hacer fracasó. Así nomás. Pero no tanto por las ideas que se pretenden hacer y se pretendieron, sino porque no hubo la claridad mínima para enfrentar lo que se venía. No se entendió que la derecha no es solamente ese grupito de parlamentarios venidos a menos y que muchas veces parecen estar hablando solos. Se olvidó que los del poder son los que están detrás de esos otros partidos de derecha llamados CPC y Sofofa, entre otros. Esos que fueron adquiriendo más poder del que tenían, en esa transición que se hizo para reafirmar su pensamiento y convertirlo en la realidad, en lo posible, en lo único que se debía hacer.El fracaso del gobierno no está en haber querido plantear estas reformas, como plantea el discurso oficial de la derecha, sino en no haber hecho política.
La otrora Concertación entendió menos de lo que se esperaba cómo debía enfrentar a la hegemonía cultural de la derecha. Muchos pensamos que veinte años de conversaciones harían que ellos supieran, como nadie, enfrentar a tan poderosísimo adversario; pero lo cierto es que más bien siempre los concibieron como jefes, como los garantes de esta democracia que se pretendía construir con muy pocos márgenes para buscar la realidad real, dentro de una inventada. Y eso también pasa por la ingenuidad -o tontera, usted decide-, de no haber comprendido el aparato comunicacional que se sustentaba sobre la base de años en donde lo verdadero y lo falso estaba marcado como si las instituciones y la economía chilena fueran algo inamovible, que no necesita ni siquiera repensarse, porque cualquier intento de hacerlo sería considerado una pataleta extremista.
En Chile es imposible el debate así. Creímos por años ser una sociedad democrática, pero lo cierto es que con el tiempo tengo cada vez más dudas al respecto. El debate no existe, porque no se puede debatir con quienes creen que tienen respuestas a todo. Con quienes en vez de plantear el “yo creo”, se adelantan de manera inmediata a decir un “así es” o “así tiene que ser”. Y debido a esto, es que para intentar mostrar un matiz, se necesita más que tener buenas intenciones. Es necesario, además, tener conciencia de quién es el que está al frente, como también entender la historia reciente de nuestro país y no relativizarla. Recién en ese momento podremos llevar a cabo lo que se quiere.
Se pueden hacer miles de cónclaves o reuniones; pero si no se tiene conciencia histórica, estamos perdidos si es que queremos democratizar las ideas y romper con ciertos paradigmas establecidos. Este gobierno no ha sabido instalar la necesidad de cambios como lo hizo el movimiento estudiantil en el 2011. Curiosamente estos casi niños tenían más conocimiento de cómo está estructurada la institucionalidad en este país, o por lo menos estaban más dispuestos a reconocerla como tal, para así pretender reformarla. Había más despliegue político, más inteligencia y menos miedo a plantear las ideas. No se hablaba de “realismo”, porque cuando este se conoce a cabalidad no es necesario mencionarlo.
El fracaso del gobierno no está en haber querido plantear estas reformas, como plantea el discurso oficial de la derecha, sino en no haber hecho política. En haber sucumbido ante un cuento hegemónico empresarial que muchas veces se cae a pedazos frente a nuestros ojos y sin embargo no queremos verlo. Tenemos miedo de verlo.
Comentarios
05 de agosto
Pienso al igual que tú, que este conclave muestra la cara visible de un fracaso, claro que sí, es un fracaso, pero quizás tus argumentos no sean los que expliquen la situación, quizás no sea la causa del fracaso lo que argumentas sino lo que fracasa es la falta de liderazgo, de aquel vector que debe ordenar muchas fuerzas en juego y que en este caso, recurre a una suerte de cuerpo colegiado para buscar ayuda y soluciones que se debían tener claras, y claro, de las mentes politizadas y que viven en burbujas consultadas, sólo era esperable un más de lo mismo.
Probablemente la lectura que haces, al atribuir a la CPC, a la Sofofa, al empresariado, quizás a las AFP´s, Isapres, la Banca y la derecha organizada en partidos políticos etc, unos méritos de generar turbulencias y en consecuencia atrasar o evitar de realizar las reformas que supuestamente nos harán mejores, situación que dudo porque pienso que el tema va por otro lado, es la misma que hace el gobierno y sus asesores, pero se olvidan del país real, y no me refiero sólo a los miles y miles de emprendedores, empresas familiares, gente del comercio, profesionales liberales etc., sino que también de los miles y miles de funcionarios, trabajadores administrativos, obreros etc, que buscan estabilidad, reglas del juego claras, tranquilidad en el seno de una sociedad cambiante pero no revolucionaria.
La idea de que la gente que se toma la calle, vocifera en grupos, debate en la internet en sitios como estos, es el país real, me parece peregrina, y se debería haber dado de baja cuando se conocieron los resultados de las posturas más radicales en la última elección presidencial, ( caso Claude) pero sobre todo, por la elección de Piñera, ello demostró que el Chile real piensa, reflexiona, y está dispuesto a probar fórmulas dentro del marco democrático aún cuando se equivoque, como entonces y como ahora, esa gente está evaluando la gestión de este gobierno y su lectura no es buena.
No sé exactamente qué es lo que pretende el gobierno, pero hay al menos una regla clara en todo esto, dejando fuera el cobre que esta cada día más mal, como el estado sólo gasta, no produce recursos, si quiere darle más a unos, debe quitarle más a otros, pasa lo mismo en derechos, si das más derechos a unos sobre otros, crearás anticuerpos, en fin, el tema es complejo y se requiere gente inteligente, pienso que la otrora concertación los tenía, ahora se ven más escasos.
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