El momento en que María Música arroja un vaso de agua a la Ministra de Educación. Los saqueos post terremoto. La violencia que inunda las calles el día del joven combatiente. ¿Qué tienen en común estas manifestaciones disruptivas? Son todas síntomas del desconocimiento que jóvenes y adultos chilenos tienen de los fundamentos de nuestra democracia representativa y del Estado de Derecho, así como su desvalorización de la política, todo ello producto de un retroceso de la dimensión pública ya de larga data en Chile.
Ese escenario reclama una reflexión sistemática y, por cierto, acciones concretas para revertir la situación.
La mayoría de nuestros conciudadanos ignoran los valores y principios que inspiran nuestro sistema político, desconocen las bases del derecho que les da forma, y todavía persiste una gran desconfianza por las instituciones republicanas. Además, las manifestaciones del autoritarismo no han dejado de ser un factor permanente en nuestra vida política, constituyendo una de nuestras características sociales más recurrentes y más negativas.
No obstante, la ciudadanía en Chile ha sido capaz muchas veces de levantar la vista por sobre sus actividades cotidianas y sus preocupaciones particulares, para involucrarse en los asuntos públicos y para participar en la búsqueda del perfeccionamiento del sistema político. Es lo que hoy se requiere.
Se hace preciso contribuir desde lo académico y lo político al fortalecimiento de la democracia y del derecho en nuestro país, convencidos como estamos de que la ignorancia, el peso del autoritarismo, y el aparente desinterés de los chilenos por la cosa pública, son las principales fuerzas contrarias al respeto de los derechos de las personas y a que exista un compromiso serio y estable con la democracia.
La apatía puede ser, en muchos casos, producto de una construcción defensiva contra la manipulación y el cinismo, más que una actitud profunda y permanente.
Bajo esta tesis, hay una invitación a reflexionar colectivamente sobre nuestro sistema político, la democracia, sus fundamentos y virtudes. Es parte del esfuerzo que junto a Sofía Correa hemos hecho en el libro Ciudadanos en democracia. Fundamentos del sistema político chileno.
Se trata, finalmente, de comprender el trasfondo de nuestra vida política, la representatividad y el Estado de Derecho. De comprender cuáles son las amenazas que atentan contra nuestra convivencia democrática, como la intolerancia, la discriminación, la violencia, el narcotráfico, la corrupción, la pobreza, la concentración de la riqueza, de la propiedad y de los medios de comunicación. Y de visualizar, particularmente, qué peligro representa, también, la apatía política.
Porque es sólo a través del conocimiento y la conciencia que podemos pedir que todas las personas, especialmente las más jóvenes, instauren como valor ancla en sus acciones el respeto por otros y por sí mismos como ciudadanos iguales y libres. Es esa vía, la de la inclusión y la tolerancia, la que permite a un país crecer y a una República hacerse más generosa.
El libro Ciudadanos en democracia. Fundamentos del sistema político chileno se presentará el día 27 de mayo 2010 en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile a las 18:30 horas.
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Comentarios
27 de mayo
La apatía es un cáncer que puede matar cualquier sistema democrático. Y la apatía que se expresa en el creciente número de jóvenes que no se inscriben para votar es un buen indicador de lo que decimos. Por eso entonces, hallo importante para romper la apatía que el votar haga la diferencia. Y cuando el 60% es igual al 40%, votar no hace la diferencia. Cuando el 60% saca un diputado y el 40% el otro, no se hace la diferencia. Por eso, es indispensable derrotar el sistema binominal. Lástima que el Presidente Piñera sobre eso no dijera nada.
+1
31 de mayo
Si viene cierto los argumentos y datos que usted entrega son vàlidos tampoco podemos desconocer o no reconocer que esta apatìa es un producto que nuestro sistema polìtico ha producido como una fàbrica de desconciertos ,desencantos,desinformaciòn , promesas incumplidas y un sin fin de otros factores que han hecho, a ciencia cierta, reaccionar a los ciudadanos y manifestarse frente a estos hechos.
La gente no quiere el 60,40,50, o lo que sea, la gente quiere creer y sentirse representado por nuestros polìticos , que ellos actùen bajo sus principios democràticos y que eso llegue de alguna forma como beneficio directo pero no de unos pocos si no de todos por igual.