En el marco de la apasionada discusión sobre el proyecto de ley que pretende despenalizar el aborto bajo 3 causales y, las desafortunadas afirmaciones por parte de sus detractores, el Diputado José Manuel Edwards (RN) propuso un
argumento interesante que la vale la pena verlo y escucharlo con atención.
Si creemos en la defensa racional de los intereses, que dicho sea de paso no acepta discriminaciones arbitrarias de tipo sexo, raza o especie, entonces podemos, sin culpa, quitarle la vida a un ser humano en formación y atender los intereses existentes y legítimos de una mujer que se ve en la dramática situación de solicitar que se le practique un aborto
Sin interesarnos por sus dichos en particular, su discurso es acertado: pone en entredicho la insalvable incoherencia moral entre quienes defienden la vida de un feto, es decir, un humano en formación, y quienes creen legitima la explotación animal, analogía que, a todas luces, no tiene juicio ético que la soporte. Los animales ganan (¡y por mucho!).
Veamos. ¿Se puede defender la vida de un no nato y, al mismo tiempo, justificar la utilización indiscriminada de animales para fines humanos?
La cuestión que nos ocupa no es otra que una comparación de intereses y su valor relativo, en particular, los intereses »del que está por nacer», que se verían vulnerados de ejecutarse un aborto, y los »dudosos» intereses de los animales que la actividad humana afecta a diario.
Ahora bien, para hablar de la existencia de un interés (o un indicio de este) y por contrapartida, ser afectado, es necesario, al menos, poseer la capacidad de sufrir y/o gozar, pues son estas propiedades las que informan al cerebro acerca de aquellas cosas que deseamos (tenemos interés por perseguir) o despreciamos. No obstante, hasta las 20 semanas de gestación aproximadamente, aún no existen capacidades sensoriales (que se adquieren con la primera conexión entre la médula espinal y el tálamo, en la base del cerebro) que permitan hablar de algún indicio de interés. Sin embargo, otro argumento más sofisticado, es que en realidad se estaría frustrando sus intereses futuros, pero para hablar de interés futuro se necesita tener una noción de interés en el presente inmediato (deseos, objetivos, etc), lo que ya no exige solamente de capacidades sensoriales, es decir, no basta con tener movimientos reflejos o reacciones a ciertos estímulos adversos del medio, sino además, capacidades cognitivas complejas para desarrollar el pensamiento abstracto que, por cierto, el nasciturus no adquiere hasta cuando deja de serlo, o sea, después de nacido.
Los animales, por su parte, son explotados sistemáticamente por razones tan difusas y banales como la cultura o el gusto, en pleno uso de sus facultades sensitivas y cognitivas, muchos de ellos, con capacidad de pensamiento abstracto comprobado por la etología cognitiva.
La conclusión es clara, si creemos en la defensa racional de los intereses, que dicho sea de paso no acepta discriminaciones arbitrarias de tipo sexo, raza o especie, entonces podemos, sin culpa, quitarle la vida a un ser humano en formación y, atender los intereses existentes y legítimos de una mujer que se ve en la dramática situación de solicitar que se le practique un aborto; pero no es legítimo, en ningún caso, lesionar los intereses de un individuo con pleno uso de sus capacidades sensitivas y mentales y, por cierto, me refiero a los animales.
El diputado Edwards tiene razón, hay un atropello a la razón, pero es él quien va al volante.
Comentarios
18 de marzo
Duda: si el limite arbitrario que trazas es el de capacidades cognitivas, que nos impide «abortar» a un recién nacido??? Ciertamente no las tiene. O a un recién nacido Down, o con otra enfermedad??
Ninguna, cierto??
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19 de marzo
No, no he trazado ningún límite. Simplemente afirmo que un criterio relevante para tener consideraciones morales es la de sufrir, solo aquellos que pueden sufrir, pueden ser, en algún sentido, afectados negativamente y, por tanto, merecen nuestra consideración. Un niño down o con alguna enfermedad similar sí cumple con estos requisitos.
19 de marzo
Un feto es un ser humano, un embrión es un ser humano. Una celula fecundada, es un ser humano. Ahora, cualquier mente o mejor, cualquier persona medianamente sensible entiende que en ciertas circunstancias el desarrollo de un embrión o de un feto puede poner en peligro la vida de la madre, y también del niño, hay embarazos inviables, embarazos con problemas graves (no hay que ser médico para saberlo), y estos embarazos pueden acabar con la vida de la mujer y del niño. Además hay embarazos producto de la violación, y en esos casos, uno podrá estar más o menos de acuerdo pero la mujer sufre un gran sufrimiento psicológico, el hijo sufrirá el estigma y resulta especialmente violento obligar a una mujer a continuar el proceso. Yo no estoy a favor del aborto, estoy a favor de que las mujeres decidan sobre su propio cuerpo. Porque uno no lleva un embarazo, aun cuando haya otro ser humano dentro del cuerpo de la mujer, es la mujer la que lo soporta. Pero, ojo: es un ser humano; la responsabilidad de tomar una decisión recae sobre la mujer y sobre la pareja. Esa decisión puede ser mejor o peor: ningún dogma nos libra del riesgo de tomar buenas o malas decisiones. También quienes están contra el aborto a todo evento caen en ese recurso porque se salvan del peso de tener que usar su CRITERIO. Y el criterio y nuestra conciencia es la que tiene que decidir, siempre pensando en el bien. Y nosotros sabemos cuál es el bien, dentro de nosotros lo sabemos.
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19 de marzo
Recurrir a la «razón» para, mediante un dogma, salvarnos o eludir la necesidad de usar nuestro criterio, es equivalente a actuar como un robot: «no aborto porque no se puede matar a un ser humano», o bien «hay que abortar porque el feto no es un ser humano». Ambas posturas me parecen roboticas y aberrantes, un ser humano no se guía por manuales, se guía por su conciencia y su necesidad o intención de hacer el bien. Cuando uno es persona tiene que pensar y actuar por el corazón: no por la razón, que es una guía. Yo no creo en la razón. Jean Jacques Rousseau dijo que la razón no hacía que la gente sea buena, lo que hace la razón es darte herramientas, es una herramienta. Pero no es el fin ni es aquello por lo que se define a una persona. La razón nos permite pensar: pero es uno quien toma la decisión, en base a lo que piensa. No somos nuestros pensamientos: pensamos. Cuando se trata asuntos humanos, somos nosotros quienes tomamos las decisiones: y no podemos culpar a nuestras ideas. Favor tomarlo en cuenta, si es posible.
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19 de marzo
No estoy recomendando a nadie que se practique un aborto, solo analizo racionalmente sobre la moralidad que supone la conducta. A mi parecer, al margen de la especie (es decir, poco importa que sea un humano), si el feto no es capaz de sentir, es decir, si no tiene la capacidad de sufrir, ni tampoco de ser consciente de sus existencia no hay razones fuertes para decir que lo estamos »afectando en sus interese». Quienes si tienen intereses y si se ven afectadas son las mujeres forzadas a ser madres. Comparto que las mujeres, y solo ellas, sean quienes deben decidir sobre el destino de la criatura.
20 de marzo
En el fondo de este asunto tan lleno de espuma, hay crimen, hay múltiples maneras de ocultarlo a partir de suplantar la realidad con eufemismos, la misma palabra «aborto», es una de ellas, también lo es definir » humano» a partir de cierto marco de condiciones, y entre ellas la más sorprendente , intentar entender que hay «etapas» en las cuales no se percibe el dolor, por lo tanto no se «es», es asombroso, como si ello no fuera un proceso continuo.
El eufemismo nos atrapa la realidad de muchas maneras y nos entrega una caricatura, así, un soldado muerto es una «baja», un asalto brutal es «un portonazo»‘ . Que alguien nazca o no debería depender siempre de procesos naturales hasta donde el sano juicio, el sentido común y hasta las condiciones médicas tecnológicas lo permitan, privilegiando la vida. Cuando el dilema de perder una vida para ganar otra sea insoslayable, me parece que deberían primar los derechos de la madre. Hay que entender que esa misma madre, y ese padre desencadenaron un proceso natural del que son responsables a perpetuidad, y ese es el problema de fondo.
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20 de marzo
No utilizo eufemismos. Aborto es el concepto apropiado para ese tipo de operación que implica quitarle la vida a un humano en formación (un eufemismo seria decir: interrupción voluntaria del embarazo). Segundo, no he definido ni pretendo hacerlo, el contenido de »humano» (la vieja discusión sobre si el feto es persona o humano tiene nula utilidad práctica, que alguien sea humano no quiere decir que su vida sea sacro santa). Lo que hice fue simplemente proponer un criterio razonable para establecer consideraciones morales, el cual es la capacidad de sentir en sentido amplio, por qué? porque solo aquellos que pueden experimentar sufrimiento pueden ser afectados negativamente. Por ejemplo, no se puede afectar negativamente a una piedra, porque la piedra no tiene experiencias subjetivas, del mismo modo, no se puede afectar negativamente a un feto que no ha adquirido la capacidad para sentir (al menos, hasta las 20 semanas aprox, y ojo que este dato lo aporta la ciencia, es un hecho, no una opinión). Por ultimo, no estoy de acuerdo con tu propuesta de problema de fondo, la cuestión es: sí hay intereses en conflicto y, si los hay, sopesarlos. Los intereses en conflicto son los de la madre (un individuo pleno) y un humano en formación (que no siente hasta las 20 semanas y que no es consciente de su existencia hasta después de nacido). En todo caso, mi artículo iba para los hipócritas que gritan al cielo por un feto,pero que tienen el descaro de comer carne sin vergüenza.
20 de marzo
Te felicito.
Conoces las hamburguesas echas con células embrionarias?
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