La publicación en el diario El País de tres documentos de la embajada de Estados Unidos en Santiago que se refieren a Sebastián Piñera parecieran haber descolocado a La Moneda. El hecho de que hace un tiempo el Canciller Moreno recibiera explicaciones del tercer hombre del Departamento de Estado indicaba que la cosa podía venir mal para el oficialismo. Si bien puede no haber sido una advertencia de lo que vendría, tampoco era plausible interpretarlo como una disculpa por las menciones a Bachelet publicadas hasta entonces.
Pese a lo anterior, el gobierno se muestra sorprendido y ha puesto en la primera línea del control de crisis a la vocera de Gobierno, Ena von Baer, sacando al Canciller de la discusión. Esta estrategia indica que el tratamiento del tema se asume como un asunto doméstico y no propiamente de política exterior, aún considerando que las afirmaciones de la Embajada plantean algunos cuestionamientos a la figura de Piñera. Un ejemplo de ello es el párrafo que describe el comportamiento del mandatario como “un astuto hombre de negocios, Piñera busca cualquier ventaja posible en los negocios o en los tratos políticos, a menudo muy cerca de los límites de la ética o la ilegalidad”.
La pormenorizada descripción que hace la Embajada estadounidense de la vida empresarial de Piñera no elude aspectos muy controversiales de ésta, como es su gestión en el Banco de Talca, episodio que compara al comportamiento de la banca estadounidense en la crisis subprime. La referencia no es menor porque en ese contexto Obama no dudó en cailicar duramente a los empresarios que provocaron la crisis. Sin embargo, La Moneda puede asumir que todos estos hechos son conocidos y es evidente que no afectaron la decisión de los votantes. Lo interesante es que este episodio pone en la mesa dos elementos nuevos:
El primero es que Piñera insistió que las críticas a sus negocios eran un tema político impulsado por la Concertación, lo mismo que sus conflictos de interés, pero las revelaciones de WikiLeaks demuestran que las críticas trascienden y ponen en cuestión la figura del actual Presidente. Pero La Moneda no puede reaccionar porque su margen de acción es muy limitado. De ahí surge la segunda consecuencia. A raíz de la alta multa que tuvo que pagar Lan Chile en Estados Unidos, por colusión con otras compañías aéreas para subir los precios del transporte de carga, no existen argumentos para que Piñera salga al paso de lo expresado por la diplomacia americana. Esto contrasta con la estrategia peruana de descalificar a la diplomacia estadounidense al salir publicados los WikiLeaks sobre Alan García y explica, en cierto modo, la cautela del Canciller Moreno y la rapidez con que asumió la explicación de Arturo Valenzuela referente a que esto no representaba el pensamiento del Departamento de Estado. En realidad habría que decir que esto no representa la política del Departamento de Estado, pero hay convicciones y juicios íntimos dificiles de soslayar.
Uno de los cables, fechado el 17 de marzo de 2008, es particularmente sugestivo porque reproduce las opiniones del entonces postulante a La Moneda frente al embajador de Estados Unidos. En éste hay a lo menos cuatro elementos complejos:
– La frase en la que califica a Bachelet de “buena mujer, pero mala Presidente” no solo contrasta con la alta popularidad de la mandataria a esas alturas de su gobierno, sino que es de un desprecio y “ninguneo” que dice algo de quien califica.
– Su posición antichavista que lo lleva a criticar la postura más conciliadora de Bachelet y a plantear que le transmitiría al Presidente Correa de Ecuador la importancia de colaborar en la lucha contra el terrorismo. Esto último en clara alusión a la presencia de las FARC en Ecuador. La frase aparece entre comillas en el cable, por lo que correspondería a una cita textual: "Yes, the issue of sovereignty is important, but so also is combatting terror."
– Es interesante que Piñera adoptara un compromiso tan alto con el gobierno de Uribe y se mostrara tan decidido a tomar una posición que claramente entorpece la buena relación que Chile ha mantenido con Ecuador. La postura de Piñera vendría a justificar la violación a la soberanía ecuatoriana en la operación que acabó con la vida del líder de las Farc, Raúl Reyes. Esto podría explicar en parte las grandes dificultades que ha habido para que Correa declare a favor de la posición chilena en la cuestión limítrofe con Perú.
– Piñera establece la necesidad de emprender los proyectos hidroeléctricos en la Patagonia, bajo el expediente que Chile necesita duplicar su generación eléctrica en los próximos diez años. También declara que es partidario de satisfacer algunas demandas ambientalistas como la no afectación de áreas escénicas, medidas que podrían encarecer un diez por ciento el proyecto pero que mantienen su rentabilidad. Es decir, el actual mandatario tiene una posición asumida respecto a hidroaysén y su compromiso ambiental queda supeditado a la rentabilidad del negocio.
– La frase más difundida de este cable en particular es aquella de “uno no destruye las pirámides porque se hubieran perdido vidas al construirlas", en referencia a la mantención del modelo económico heredado de Pinochet. La aseveración pone en cuestión la posición de Piñera con el tema de los Derechos Humanos, lo que es definido por la embajada estadounidense como “el talón de Aquiles de la derecha”.
En fin, un cierre de año dificil, que muestra las complicaciones del gobierno y los fantasmas que siguen persiguiendo al nuevo inquilino de La Moneda. Empleando una de las tantas frases de Piñera: "uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras"….habría que añadir que también se es esclavo de los actos.
Foto: Wikileaks el que manejaba los hilos – mermadon / Licencia CC
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