La visita de Bachelet a La Araucanía ha instalado el debate sobre cuál es la verdadera labor de un mandatario, si la de hacer política o salvaguardar los intereses de un solo sector. Pareciera que nos malacostumbramos por años a creer que el ejercicio público era algo más relacionado con el llamado “trabajo en terreno” que con tener una perspectiva clara de lo que es un país y cómo deben solucionarse los problemas. Y es que un malentendido pragmatismo está dejando de lado la importancia de un ejercicio político que tenga conciencia histórica y entienda que todo tiene su contexto, que todo tiene sus razones y por lo mismo la manera de apuntar hacia un conflicto es tomándolas en serio.
Hay quienes en este país no creen en ello. Al contrario, tienen instalada en su cabeza la idea de que lo que sucede en el sur de Chile es un tema del aquí y el ahora. Es decir: tienden a pensar que la solución de algo siempre pasa por tildar actos y situaciones como simple vandalismo, para así no tomar en cuenta el pasado tras lo que sucede. Eso no les importa. Prefieren llamar a las autoridades para que éstas les solucionen el problema. Su propiedad privada e ideológica debe estar por sobre cualquier tema en el que se encuentre sumido el lugar en el que decidieron vivir.El Estado debe velar por todo integrante de estas tierras y sentarse a mirar lo sucedido en todas sus dimensiones para así poder llegar a cierta claridad sobre lo que debe hacerse a futuro.
No mirar hacia el lado y entender el pasado, es solamente querer ignorarlo por conveniencia propia. Por lo mismo, los medios le llaman “conflicto mapuche” a algo que realmente radica en la nula disposición de un Chile que se metió en la cabeza que la procedencia solamente tenía importancia una vez que ésta era árida. Lo demás son estorbos gritones, llantos estériles para los oídos, ya que nos negamos a comprender qué es lo que sucede.
Como buenos patrones de fundo, quienes alegan con cartelitos la presencia de la presidenta, están pidiendo a gritos que les solucionen los problemas solamente a ellos. Todo esto sin entender que son parte de un problema y por lo mismo deberían, como miembros de un lugar, ayudar a que se pueda encaminar. Es la poca conciencia de lo que se vive más allá de sus tierras. La obstinada fascinación por darse cuenta de lo que sucede solamente cuando les pasa algo a ellos, la petulante necesidad de instalar que los derechos humanos solamente son vulnerados cuando sus grandes casas son quemadas por quienes creen estar reivindicando una causa, cuando sólo están colaborando a que ésta se ensucie.
La historia no se resuelve poniendo más seguridad ni pidiéndole a una mandataria que actúe como superhéroe. Los problemas de larga data pueden encauzarse solamente si es que se tiene un real interés por comprender lo que sucede más allá de nuestras narices. Las conversaciones en la política son urgentes para saber que el Estado no puede actuar de guardián de ciertos intereses y ciertas personas que se sienten con más autoridad que otros para pedir que los escuchen. El Estado debe velar por todo integrante de estas tierras y sentarse a mirar lo sucedido en todas sus dimensiones para así poder llegar a cierta claridad sobre lo que debe hacerse a futuro.
Creer que el ejercicio público se asemeja a ser guardia de seguridad es un gran error. Quienes hacen política tienen una responsabilidad más grande, la que consiste en hacer posible la cohabitación entre quienes muestran sus diferencias y no resguardar a unos por sobre otros, alejándolos de la realidad que viven y deben afrontar.
Comentarios
30 de diciembre
Francisco, yo vivo aquí en la novena region desde que naci al igual que toda mi familia, soy Mapuche y a mucho orgullo. La gran mayoría de los que aquí vivimos tenemos claro el contexto histórico, existe una deuda con el pueblo Mapuche que es innegable, la historia no se borra, no es un tema de fondo es un tema de formas, hemos condenado toda la vida La Pacificación de la Araucanía y todas las aberraciones sufridas por nuestros ancestros, por lo mismo, no tenemos derecho a hacer lo mismo para recuperar las tierras que nos fueron despojadas (guardando claramente las diferencias y las distancias) Este conflicto no solo tiene que ver con recuperar tierras sino con recuperar y reconocer la identidad de un Pueblo. No es justo que unos pocos mapuches y no mapuches usen una causa tan justa para sembrar el terror en una región. Peor aún sembrando el miedo al interior de las comunidades que no estan de acuerdo con el actuar de estos grupos. Quemar siembras, casas de inquilinos, maquinarias, camiones, bosques no solo afecta a los dueños sino también a los trabajadores, pretender que nadie se queje es absurdo, que se retire la fuerza pública también, el estado tiene una responsabilidad en el origen y una obligacion en la solución, por eso pedian visita de Bachelet, la region hoy es tierra de nadie, los incendios en el verano son rutina, todo esto es invisible para para el resto del país y cualquiera opina con autoridad de un tema que desconoce en el desarrollo diario.
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30 de diciembre
Yo no tengo ningún interés en ninguna de las partes en conflicto. Veo que cualquier propuesta se estudia siempre y cuando contemple una absurda devolución de tierras.Y mi también me parece que un gobierno no puede estar para salvaguardar los intereses de un solo sector.
Si en el futuro llega alguien a reclamar su casa porque algún dueño anterior se la usurpó a un ancestro de él seguiré pensando que el cuento del contexto y conciencia histórica que argumenta es un show para personas bastante limitadas. Y como parece que usted entregaría su propiedad yo le aconsejaría se la entregue a una de las miles de familias descendientes de mapuches o de cualquier otra raza que han trabajado toda su vida sin haber logrado tener tierras propias, en lugar de regalárselas a un grupo de mapuches con derechos a cometer actos vandálicos que otros no tienen y por el sólo mérito de tener ancestros como si eso les hubiese costado mucho trabajo.
Saludos
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