Hace ya casi 5 años que estalló uno de los movimientos con más arraigo y fuerza que ha conocido la historia reciente de Chile: la unión de estudiantes secundarios y universitarios. Una acción colectiva que desde el año 2011 hasta fines del 2012 tuvo su máximo esplendor, logrando manifestaciones de distinta índole a lo largo del país. Puso en tela de juicio la estructura educacional, desde la enseñanza básica hasta la universitaria, particularmente esta última. Una interpelación a las autoridades políticas tradicionales, dícese de las coaliciones gobernantes en el país, por mantener un modelo educativo donde imperan las leyes del mercado, al igual que en otros sectores sociales.
La reflexión que deseamos plantear es ¿qué se puede extraer de esta lucha estudiantil que se tomó la atención de todo un país? Hay quienes sostienen que el movimiento más que logros empíricos y de aunar las voluntades de miles de jóvenes y familias luchando por algo tan elemental como el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad, fue un hecho histórico simbólico donde el tema de la educación se instaló en la agenda mediática y política. Es cierto, es un hecho objetivo. Añadiendo ideas al debate, vamos a decir que también el movimiento sirvió como plataforma para lograr que Revolución Democrática y el Movimiento Autonomista llegaran al Congreso, con Giorgio Jackson y Gabriel Boric respectivamente. Si lo vemos en perspectiva, desde los años 90, no se veía que otras fuerzas distintas a la Concertación y a la Alianza lograsen un cupo en el Parlamento.Hay quienes sostienen que el movimiento más que logros empíricos y de aunar las voluntades de miles de jóvenes y familias luchando por algo tan elemental como el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad, fue un hecho histórico simbólico donde el tema de la educación se instaló en la agenda mediática y política.
Otro elemento a tener en consideración son los alcances legislativos que estos jóvenes diputados, junto a Camila Vallejo y otros diputados/as afines a ellos, lograran impulsar leyes relacionadas con el discurso del movimiento estudiantil. Solo por mencionar algunas: a) Ley de Inclusión Escolar, b) Nueva Carrera Docente: Gratuidad (vía ley de presupuestos), c) Ley de Formación Ciudadana, d) Ley de Educación Superior, e) Desmunicipalización de Colegios y Fortalecimiento de la Educación Pública. Sin la presión del movimiento y de los nuevos diputados, el gobierno de turno jamás habría hecho el énfasis en cómo poder mejorar la educación.
Un tercer factor es lo que ha ocurrido en las elecciones municipales recientes de este año: si bien la abstención fue la tónica del día 23 de octubre, que era lo que se esperaba, Revolución Democrática junto al Movimiento Autonomista se presentaron para competir, con alcaldes y concejales. La gran victoria y sorpresa fue que ganó la alcaldía de la Comuna de Valparaíso el abogado Jorge Sharp, quien milita en el movimiento de Boric y apoyado por RD junto a otras organizaciones. Sabemos que la Concertación perdió alcaldes en comunas emblemáticas y que la Alianza recuperó poder municipal, pero el logro en Valparaíso fue una gran proeza. Se demostró que sí se puede hacer política distinta, lejos de los poderes económicos y políticos de siempre, con voluntad y organización de la gente.
Lo anterior puede ser leído como un intento de proyección a futuro de crear lo que mediáticamente algunos dirigentes políticos, como el mismo Jackson o Boric, han llamado el Frente Amplio, que sería una suerte de bloque político con el objetivo de transformarse en el mediano y largo plazo en alternativa política real a las colaciones hegemónicas en Chile. Todo depende del trabajo que Sharp y su equipo, junto con las fuerzas políticas que lo apoyaron, realicen en Valparaíso, con un trabajo de campo con la gente y para la gente, de manera tal de estrechar vínculos y alianzas futuras. Puede ser la semilla de una “revolución silenciosa” como calificó el período británico “The Guardian” la elección del flamante nuevo edil del puerto chileno.
Comentarios
12 de noviembre
No estoy de acuerdo. El nuevo alcalde electo de Valparaíso ocultó muy bien su izquierdismo extremo durante la camapaña, en cambio en comunas emblemáticas como Santiago el candidato elegido para alcalde usaba como slogan de campaña la frase “colegio tomado, colegio desalojado”.
El resultado de las municipales y todos los estudio previos indican una tendencia contraria a la que dice le articulo.
Saludos
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13 de noviembre
Estimado, ¿qué estás entendiendo por «izquierda extrema»?
13 de noviembre
Es la izquierda mas turbia, la que tiene el discurso mas añejo y odioso, con las mismas frases hechas desde los años 60 basurea contra la institucionalidad vigente, rechazan todo lo que tenga que ver con el modelo de desarrollo al igual que robots con cero capacidad de discernimiento para proponer algo alternativo, siempre buscan cauces no institucionales para manifestarse politicamente, tienen una arrogancia ciega que les impide dialogar demasiado o en definitiva tener un mayor conocimiento de lo que hablan.
El discurso de Boris se nota irresponsable, conflictivo y que no construye nada si lo compara con uno de Lagos o del Panzer.
Saludos