La actual crisis de confianza en la clase política es la más importante y profunda que nos haya tocado presenciar. ¿En qué momento la política chilena perdió el rumbo?, ¿Cómo salimos de este pantano que no nos deja avanzar?
Hay que recordar cómo surge el actual sistema de partidos. Veníamos saliendo de la dictadura y la democracia era el sueño cumplido, al fin podríamos decidir a quién queríamos en el poder y cómo queríamos que fuera el Chile del futuro… “Chile, la alegría ya viene” era el slogan del momento.La corrupción y las malas prácticas son transversales a toda la clase política. No se salva ni la Derecha, ni la Izquierda, ni Longueira, ni MEO, ni Velasco. La pregunta es: ¿Cómo salimos de esta crisis?
Para la primera elección democrática de 1989 se armaron dos grandes coaliciones: “Democracia y Progreso” (UDI-RN) y la “Concertación de Partidos por la Democracia” (DC, PS, PPD, PRSD). Derecha e Izquierda enfrentadas, Hernán Büchi y Patricio Aylwin luchando por el ser primer presidente electo democráticamente tras la dictadura.
Desde esa primera votación han pasado casi 30 años, los más acelerados de los que tengamos memoria. Tres décadas en las que en Chile todo cambió… Todo, excepto nuestra clase política.
En los partidos tradicionales se siguen haciendo las cosas como hace 30 años, sin mirar que todo su entorno cambio. Las encuestas llevan años mostrando que la gente ya no confía en ellos, que no se sienten representados, pero ellos sólo han hechos cambios estéticos como cambiar el nombre de la coalición o su logo.
Hasta las malas prácticas se justifican diciendo que “siempre se ha hecho así”, sin siquiera cuestionarse el tremendo conflicto ético que es recibir dinero de empresas que tienen intereses creados. La política al servicio de los empresarios.
La actual crisis de confianza que afecta a los políticos chilenos surge de la antigua forma de hacer política en un entorno de ciudadanos informados, empoderados, hiperconectados e indignados. Ciudadanos a los que los conceptos de Derecha e Izquierda les quedan cortos, les parecen añejos y que no resuelven sus actuales problemas. Ciudadanos que declaran abiertamente desde hace varios años “no estar ni ahí con la política” y su máximo acto de rebeldía es no ir a votar.
La única forma de salir de la actual crisis es la renovación, pero una renovación total de los políticos y de los ciudadanos. Lo dijo Humberto Maturana: “Cuando se rompen las confianzas, no se puede retomar la historia, se debe construir una nueva».
Es urgente la renovación política en todos sus ámbitos: formas de actuar transparentes, éticas y comprometidas sólo con los ciudadanos que representa. Nuevos rostros en los partidos tradicionales y nuevos partidos que entreguen nuevas ideas de hacer políticas… ni de derecha ni de izquierda, partidos al centro que lleven al país hacia adelante.
Es urgente también la renovación de los ciudadanos. Debemos retomar el rol en la política. Votar informado y consiente de que la política afecta todos y cada uno de los aspectos de su vida: la salud, la educación, las pensiones, los impuestos, las condiciones laborales… todo se decide en la política… Y a los políticos los elegimos nosotros.
Como dijo Giorgio Jackson: “Hoy parte de la rebeldía es ir a votar. Incluso, votar en blanco, pero ir y participar”.
Comentarios