La Asamblea Constituyente que queremos realizar en Chile va construir una sociedad en la que propiedad privada, estatal y mixta van a continuar existiendo, de eso no cabe duda.
Más allá de la ilegitimidad de la Constitución de 1980, la posibilidad de avanzar hacia el momento en que se lleve a cabo un Asamblea Constituyente que nos permita a las chilenas y chilenos elaborar una Nueva Constitución que dé respuesta a las demandas ciudadanas más sentidas, es también una oportunidad para darnos una institucionalidad y normativa que dé respuesta a las demandas de las agendas internacionales acordadas en torno a Cambio Climático (1992), Superación de la Pobreza y Objetivos del Milenio (2000) y en tantas materias más que Chile ha suscrito pero que la normativa vigente a nivel nacional no nos permite cumplir.
En encuentros internacionales como el de Rio + 20 de Naciones Unidas de junio del año pasado o los Congresos de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, que es la organización mundial de las Municipalidades con más de 300 mil ciudades asociadas, se ha concluido que el mundo sustentable, solidario e inclusivo al que se aspira sólo podrá ser construido por sociedades cuyas comunidades participen tanto en el diagnóstico de las prioridades de la comunidad, como en la planificación, implementación y control social de las soluciones.
Existe consenso que la Participación Ciudadana posee cualidades imprescindibles.
En primer lugar, permite que las personas que viven en un mismo territorio se conozcan, convivan e intercambien culturalmente, generando cohesión social, solidaridad e identidad. Una sociedad que comienza a dialogar desde los territorios que habita supera el individualismo exacerbado y la soledad que este conlleva.
En segundo lugar, el diálogo entre vecinos en asambleas que abordan las problemáticas territoriales o temáticas, permite la elaboración de diagnósticos participativos en que la comunidad puede acordar el orden de prioridades de los diferentes temas que les afecta, de tal manera que poniendo este orden por escrito se pueden construir lenguajes comunes que permiten a la comunidad dialogar con las autoridades municipales, regionales o nacionales. Además les permite construir los mandatos de la base para sus dirigentas o dirigentes de tal manera que se vaya corrigiendo la democracia representativa por procesos previos de democracia participativa que le dan sentido y pertinencia a la gestión de los representantes.
En tercer lugar, los procesos de participación permiten la cogestión entre comunidad y representantes políticos creando pertinencia, eficiencia y sinergia, lo que experiencias como los Presupuestos Participativos o la Planificación Estratégica Solidaria de Porto Alegre han demostrado.
En cuarto lugar, la construcción de lenguajes comunes que permite la Participación Ciudadana genera la posibilidad de que tanto comunidad como representantes municipales tengan los insumos necesarios para coordinar con autoridades regionales o nacionales intervenciones pertinentes e integradas de los niveles superiores del Estado.
Y otra cualidad, entre muchas más que posee la Participación Ciudadana, es que permite el acuerdo o la mediación entre grupos para tomar decisiones legitimadas por la subjetividad social y por lo mismo, fundamentos para creación de Leyes y una Institucionalidad que dé respuesta a las verdaderas necesidades de la gente.
A nadie le cabe duda que, una familia vive mejor, si sus integrantes dialogan, participan y son capaces de ponerse de acuerdo para enfrentar los problemas que se pueden originar en el seno de su hogar.
De la misma manera una Asamblea Constituyente no es más que la sana práctica de dialogar y acordar entre todas y todos, el mejor país que queremos incluyendo a pobres, ricos y capas medias.
Quizás, unos no van a tener todas las prerrogativas que les da hoy, a un pequeño grupo de la sociedad la constitución de 1980, pero sin atentar contra los derechos de la Comunidad, ellos tampoco van a perder la posibilidad de seguir emprendiendo y mantener sus logros.
La Asamblea Constituyente que queremos realizar en Chile va construir una sociedad en la que propiedad privada, estatal y mixta van a continuar existiendo, de eso no cabe duda.
Así que, a desdemonizar a la Asamblea Constituyente, pues ella es la gran oportunidad para que todos los pueblos que habitan Chile podamos acordar las reglas del juego que nos permiten coexistir en Paz y de manera sustentable.
Por Claudio Sule Fernández.
Director del Plan Estratégico de la Asociación de Municipalidades Ciudad Sur.
Comentarios
03 de junio
Disculpe, pero no son los pueblos que «habitan Chile». Son pueblos aparte, con otras normas y precisamente no habitan en Chile. Si no entendemos esto, y dejamos a los pueblos dominados a nuestra subordinación de imaginario, es complicado darle forma a un avance más eficiente a la transformación.
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07 de junio
De acuerdo, necesitamos una nueva constitución, creo que hay consenso, pero una constitución nueva, con todos los temas y preocupaciones nuevas que indicas, debe ser un trabajo de muuucho debate, estudios, consensos, visión de futuro, reflexión, análisis, inclusión, etc. Ahora como evitas que grupos perfectamente organizados, coordinados y con ideas claras pero excluyentes no se tomen por asalto la asamblea constituyente, y tu, yo y cualquier hijo de vecino no pueda hacer nada. Tendrás un nuevo golpe de estado realizados por esos grupos, eso es lo que desean, hacerse del estado, y no para administrarlo mejor, al final no se irán nunca y no los podrás sacar votando no.
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