Creemos que la buena política suma a la revisión crítica de los hechos la propuesta seria y fundada. El actual alcalde de Ñuñoa, Pedro Sabat, anuncia que deja anticipadamente su cargo por complicadas razones de salud. Inmediatamente entonces comienza un carrusel de apariciones en los medios de comunicación. El personaje resulta al perecer tan simpático que un medio lo trata de “carismático”.
Pero, ¿llevamos a cabo en Chile la política comunal de acuerdo a lo que unas oficinas de prensa cualifican por su simpatía, o de acuerdo al sentir de l@s vecin@s y el empoderamiento de sus organizaciones? Sabat es tan poco popular en la comuna de Ñuñoa que hace 2 años que ya no sería alcalde: solamente le ganó a la oposición de centro-izquierda (des)unida por exactamente 30 votos. Dividida desafortunadamente por unas fuerzas históricas -lo decía Recaberren hace 100 años- que han repetido tantas veces la imposibilidad de concretar los acuerdos para un actuar coordinados, en un clima de mutuas confianzas. Aquella vez se mantuvo un segundo y un tercer candidato: hubiera bastado que uno solo de ellos se integrara a la candidata más fuerte de oposición, para que la tragicomedia que estamos obligados a digerir hoy día en Ñuñoa simplemente nunca hubiera podido darse.Es la manera ciega de hacer política que funda su propio desprestigio, que se derrumba en la corruptela donde se alimenta, y lo único que hace crecer es la pérdida de legitimidad de quienes tendrían como función conducir nuestras instituciones hacia el bien común.
Sabat sale porque tiene un cáncer. Y quienes actuamos con decencia en la política entendemos que eso es grave y merece nuestra consideración. En su propio partido no le muestran el mismo respeto: dos concejales de RN comienzan a peleare públicamente por el sillón. Guido Benavides se dice el elegido; Andrés Zarhi dice que por algo sacó más votos que Benavides. Es decir, juegan con la democracia representativa y el voto popular a la sombra de una bendición por parte del caudillo. Esta es la Ñuñoa que nos hereda Sabat. Pueden confirmarlo con un análisis de sus cuentas públicas de la gestión municipal: más de diez mil millones gastados en el proyecto de Clínica Ñuñoa; el «elefante blanco» no atiende un solo paciente, sigue en construcción, y en la comuna seguimos solo con dos consultorios (CESFAM), la misma posta y el mismo laboratorio.
El ambiente huele como sórdido. De muy mal gusto. Es la manera ciega de hacer política que funda su propio desprestigio, que se derrumba en la corruptela donde se alimenta, y lo único que hace crecer es la pérdida de legitimidad de quienes tendrían como función conducir nuestras instituciones hacia el bien común. Para hacer nuestra vida simplemente un mejor vivir. Pedro Sabat primero renunciaba el martes 1º de septiembre. Luego ya no. Ahora ni siquiera sabemos si hay o no renuncia. El personaje sabe manejarse cuando se trata de farandulizar con la representación popular. ¿Con qué actuación aparecerá ahora? Ya no podemos pensar simplemente en su enfermedad; estamos obligados a ser más responsables con la política comunal.
Porque Sabat tiene alternativa. Es decir, ya están los votos, y hay que dar un paso más. Entonces las organizaciones sociales y políticas de oposición en Ñuñoa crean un referente ciudadano que se llama 1, 2, 3 por Ñuñoa. Primero, por un programa consensuado en la línea de democratizar la administración comunal, fomentar la participación vinculante de las organizaciones de base comunal, trasparentar las cuentas, establecer la probidad como un eje del servicio público en el Municipio.
Luego, por unas primarias ciudadanas abiertas y vinculantes, donde todas las fuerzas sociales y políticas de la comuna puedan participar. Que el candidato común de todas estas fuerzas así elegido se presente en función del programa acordado para las elecciones municipales 2016. Será aquel que creemos y votamos como el mejor para llevarlo adelante. Finalmente, por un candidato único que permita vencer en las elecciones para que en Ñuñoa el gobierno local responda a las mayorías. Además el referente ciudadano 1, 2, 3 por Ñuñoa se proyecta al futuro, entre otras formas, como una “contraloría ciudadana” del programa y del alcalde.
Programa, primarias, candidato: la organización 1, 2, 3 por Ñuñoa lleva tiempo trabajando para crear confianza dentro de la multiplicidad que congrega a quienes queremos que ni Sabat, ni un delegado de Sabat, ni la derecha clientelista, secretista, amiguista, la derecha que ha entregado vastos sectores y hermosos barrios comunales a la codicia arrasadora y prepotente de la inmobiliarias, siga nuevamente otro período desde 2016 hasta 2020. Lo más importante es simplemente esto: Sabat se puede ir de la Municipalidad de Ñuñoa porque ya existe una alternativa a su nombre y a todo lo que representa.
Comentarios