En los últimos dias en nuestra querida comuna de Ñuñoa, están sucediendo muchas cosas, algunas nimias y otras relevantes que afectarán la calidad de vida de todas y todos los usuarios y residentes de nuestra comuna.
Un ejemplo de un suceso nimio es la renuncia del edil Sabat, que buscó por todos los medios evitar el “bochorno” de renunciar ante el concejo municipal, encontrando la única causal que le permitía renunciar por secretaría: enfermedad. Consecuentemente a este hecho, hubo otro: que los concejales se enfrentasen en una disputa tírrica de quién debiese administrar la comuna, por el periodo restante del renunciado alcalde.El nuevo edil Zarhi debiese posponer las modificación del PLADECO y PRC hasta que realice Cabildos o alguna otra forma de participación activa, inclusiva y vinculante que recoja la opinión de los vecinos y vecinas a los cuales pretende afectar su vida por varios lustros.
Pero todos esas escaramuzas son banales comparadas con los temas realmente importantes: la modificación de los instrumentos de planificación de los gobiernos locales: El Plan de Desarrollo Comunal PLADECO y el Plan Regulador Comunal PRC, en donde la expresión de los vecinos y vecinas es mínima y en ningún caso vinculante. Hoy, desde la alcaldía ñuñoina se está trabajando en la modificación de dichos instrumentos, los cuales afectarán la comuna y su habitat en los próximos 20 años.
En Ñuñoa estamos con un gobierno local subrogante, sin respaldo del concejo municipal, ya que obtuvo solo dos votos de diez posibles (solo convocó a un concejal más y él voto por sí mismo) , el nuevo edil Zarhi debiese posponer las modificación del PLADECO y PRC hasta que realice Cabildos o alguna otra forma de participación activa, inclusiva y vinculante que recoja la opinión de los vecinos y vecinas a los cuales pretende afectar su vida por varios lustros.
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