Tomás Mosciatti siempre parece estar protegido por la verdad. Cuando entrevista a un personaje de la política, este abogado devenido en periodista lo hace de manera punzante, con ceño fruncido y sintiéndose un justiciero independiente y agudo que busca esclarecer los oscuros rincones del ejercicio público.
Sus preguntas son rápidas e inquisitivas. No deja que el entrevistado responda porque él parece ya saber la respuesta y la verdad que hay tras ella. Lo importante es mostrarse ante las cámaras o micrófonos como quien puede desenmascarar al poder de un Estado poco activo y corrupto que necesita ser emplazado constantemente.
Sus editoriales en la página de Radio Bío Bío, su medio, no muestran piedad alguna con quienes intenten pasarse de listos, ya que el único que puede hacerlo es él y su familia; un grupo de empresarios que ha disfrazado su labor comercial de periodismo puro y duro, mirando con ojo clínico cualquier injusticia que no suceda en los pasillos de su empresa.
Tal vez esté diciendo algo políticamente incorrecto, pero me parece bastante placentero ver cómo se incomodan quienes han molestado por años con la bandera de lo que consideran que es “el bien” o “lo correcto”.
Hace bastante tiempo que se vienen conociendo problemas entre los Mosciatti y sus empleados. Hay todo tipo de historias en torno a las políticas laborales de la radio que comandan, como también a la forma en que se desarrolla el ambiente al interior de esta. Pero, en esta ocasión, la noticia es que una ex voz de Bío Bío, Rayén Araya, acusa directamente a Tomás y sus hermanos de todo tipo de irregularidades y malos tratos. Es decir, hoy el acusador está siendo acusado, lo que nos da a entender que, si es que esto se comprueba, entre los puros las impurezas se vuelven más espesas y contundentes.
Tal vez esté diciendo algo políticamente incorrecto, pero me parece bastante placentero ver cómo se incomodan quienes han molestado por años con la bandera de lo que consideran que es “el bien” o “lo correcto”. Sobre hoy en día, porque la vereda de la bondad y la justicia está plagada de quienes quieren atribuirse su representación. Todos quieren ser los dueños del dedo acusador más grande y notorio, para así, de paso, reafirmar su condición de buenas personas y buenos ciudadanos.
Tomás Mosciatti ha lucrado bastante con eso. Ha mirado a todo lo que esté relacionado con la política como un terreno gris, dudando de cualquier certeza para así instalarse como la gran voz de una ciudadanía que él cree que lo respalda. Y lo ha hecho desde una tribuna que nadie le entregó. O mejor dicho sí: una herencia familiar. Si no fuera por dicha herencia no se sabe dónde estaría, ni quién sería.
Por esto es que cabe preguntarse: ¿las acusaciones de Mosciatti al Estado y a sus prácticas estos últimos años son desde la perspectiva de todo medio en democracia o desde la de un empresario que las condena ideológicamente? Sería bueno saberlo y tratar de entender que, obviamente, las formas muchas veces dicen más del fondo de lo que uno cree. Y por eso, aparte de esperar en donde terminan judicialmente las acusaciones de Araya, también resulta importante ver cómo se comporta la empresa familiar en días en que un colega vuelve a presidir el gobierno.
Porque en nombre de la independencia pueden hacerse muchas barbaridades con tal de mantener la libertad que esta proporciona. Por lo que hoy el vigilante será el vigilado, el observado desde cerca por quienes alguna vez temieron ser mencionados por él. Ahora sabrá qué se siente.
Comentarios
01 de marzo
Meo en una entrevista con Tomás Mociatti, en campaña presidencial, respondió ante la insistencia de este sobre la situación legal del primero en cuestión de platas con empresa Brasileña, que estaba en juicio, que Radio Biobio no tenía piso moral porque había sido sentenciada por transgredir la Ley de Libre Competencia. Lo que significa que impidió de forma abusiva el ingreso al mercado de medios.
En este caso de Rayen Araya, sin embargo, como siempre, hay que esperar que los tribunales den su sentencia, no ser tendencioso y tratar de ser ponderado y justo.
-1
06 de marzo
justamente, quien le dio tribuna a este señor?, con sus opiniones cree que se las sabe todas!!, Tomas, Nibaldo y los otros familiares son una casta de desclasados, inclusive son desclasados con su propia etnia, no respetan su idiosincrasia y son perros falderos del imperio yanqui, ya desde su forma de vestir hasta las opiniones sesgadas y determinantes como las de Trumps.
-8
07 de marzo
Todos tenemos disfraces y máscaras, y participamos en esta parodia, en todo caso la obra es de terror.
+2
13 de julio
…y cuál sería TU aporte al desarrollo y a la comunidad vs lo que han hecho la familia Mosciatti?
31 de julio
Llegó la democracia, y se plantó en forma descarada la corrupción, que existía poco en lo privado pero no en lo público.
Nos impusieron un sistema procesal penal, que es muy caro para el país, y muy malo en su efectividad.
Tenemos una Contraloría General de la República, que pese a tener muy definida su misión, no cumple su rol.
Un parlamento, que es un verdadero circo, y que peor aún, es cero aporte.
Instituciones que fueron infiltradas por lo político y que hoy son una vergüenza, entre otras tantas calamidades que nos afectan en lo público ( Ej. Sename, Carabineros, Gendarmería, etc).
Nadie, es perfecto ni tiene una empresa perfecta. Puede haber denuncias de uno o dos empleados. Quizás en este caso, se les cuestiona con criterio de sindicato y no en forma objetiva.
Después de todo lo dicho. Simpáticos o no. Es muy necesario que estén los Mosciatti.
+6
11 de marzo
No he visto comentarios de él (Tomás) que sean cuestionables, al menos desde la vereda de la razonabilidad, tampoco he visto ni he sabido de esta acusación de Rayen Araya, que me parecería si fuera cierto, por decirlo menos, reprochable.
Lo que si me pareció interesante, es tu ultima frase querido escritor, y es que «…el observado desde cerca por quienes alguna vez temieron ser mencionados por él. Ahora sabrá qué se siente.», da la impresión de una postura bastante parcialista… vengativa. El hecho de utilizar su propio medio para realizar entrevistas y emplazamientos con preguntas y comentarios muy pertinentes a mi parecer y de nula aplicación por los demás medios, es una clara muestra de la libertad de expresión y no como tu lo llamas, un aprovechamiento del espacio del cual es dueño.
Finalmente, no le creo la postura «ética» del escrito, mas bien, se da a notar un dejo de despecho.
+4
26 de septiembre
22 de febrero
El dueño de un bus de turismo puede ir con su maquina donde quiera. El chofer que lo maneje solo puede cumplir con los recorridos cpntratados por la empresa. Gente insidiosa hay en todos lados.
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01 de abril
Siempre he considerado que el destacar los defectos y peculiaridades de las personas, su estilo personal, sus rasgos físicos , o en el peor de los casos sus limitaciones, todo aquello me parece bajo y ruin; mas aun si lo hacemos desde una tribuna y respaldados en nuestra condición de personas que tienen relevancia e influencia.
Entiendo que ello sirve de alguna forma para alcanzar una notoriedad que no ha sido posible por los méritos propios, basta solamente comparar el numero de lectores que ha alcanza el Sr Moscciatti en cada una de sus intervenciones, de cada una de las denuncias publicas que efectúa responsablemente y sin que los aludidos ni siquiera se atrevan a replicar o a desmentir. no es necesario referirse a alguno de ellos en particular. Tal vez un valiente empeño seria emplear un esfuerzo notable en explicar o sostener las conductas de aquellos que lesionan el interés y fe publicas razones que, quizás los comunes mortales no hayamos advertido.
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03 de octubre
Es increíble lo resentido que acabo de leer, me da a entender que el escritor defiende una postura clara. Mas aún…. lo que dice en la ultima frase:
«Porque en nombre de la independencia pueden hacerse muchas barbaridades con tal de mantener la libertad que esta proporciona».
Señor escritor, que tiene su postura ideológica clara; explíquenos sobre su «La libertad proporcionada».
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