Hay un segundo drama en torno los mineros atrapados en la mina San José. Es el nuestro, el drama de los que estamos atrapados en vivir la realidad bajo la óptica de un reality.
Pocos casos han atraído tanto la atención colectiva como el de los trabajadores de la mina San José. Ni la emocionante participación chilena en el mundial, ni siquiera la destrucción masiva del terremoto de febrero, con sus infinitas tragedias, han conseguido concitar tanto el interés y la emoción de los chilenos y unirlos en un mismo sentimiento colectivo.
La razón es muy particular. En este caso como en ningún otro, se han dado los elementos propios de un reality y los canales de televisión, secundados por todos los medios del país, nos han ofrecido el más dramático y adictivo de ellos.
Gracias a las emisiones en directo de los canales, la tensión dramática se ha mantenido al máximo día tras día desde el primer momento. ¿Estarán vivos o no? ¿Son 34 o 33? ¿Se podrá entrar por la rampa y las chimeneas o no? ¿Llegarán las sondas o no? ¿Cuándo llegarán? ¿Habrán soportado las condiciones terribles del encierro? ¿Podrán salir por una chimenea de 63 centímetros de diámetro?
Siempre hay una pregunta en el aire y tenemos que esperar hasta los próximos programas para saber su respuesta. Ha habido avances, frustraciones, éxitos parciales y el espectacular triunfo de descubrirlos con vida.
Afuera, los protagonistas se afanan en cumplir sus papeles, desde el Presidente para abajo. ¿Quién es el héroe? ¿Quién es el villano? ¿Quiénes son las víctimas?
La televisión encuentra cientos de motivos con que llenar de emoción sus matinales, sus vespertinos y sus noticieros. Hay desde la pequeña historia humana de los familiares hasta la historia política de servicios públicos deficientes, o personajes muy diversos, desde el generoso vendedor de mote con huesillos que llega a regalar su producto hasta los fríos dueños de la mina que eluden su responsabilidad.
¿Alguno de nosotros pudo evitar sentirse emocionalmente atrapado en esta recargada historia? ¿Alguien puede evitar tomar partido? ¿Alguien puede evitar simpatizar con la emoción del Ministro que se quiebra al dar una mala noticia? ¿Alguien no se emocionó cuando llegaron los mensajes del fondo o cuando los escuchamos cantar la canción nacional?
¡Eso es reality! El reality perfecto que se alargará todavía cuatro meses, manteniéndonos en vilo hasta su resolución final. Después la televisión tendrá tema para otros tantos meses entrevistando, profundizando, remoliendo en el drama y en nuestras emociones.
Esto tendrá consecuencias, ojalá todas positivas. Habrá nuevas políticas públicas; los dueños de minas y empresarios en general tendrán que poner más preocupación en la seguridad de sus faenas; el Ministro Golborne será un personaje de proyecciones insospechadas; los mineros disfrutarán de una renovada legitimidad y simpatía generalizadas; los chilenos descubriremos una vez más que ante las tragedias somos capaces de unirnos y que después de todo el ser humano está primero.
¿Será que el reinado sin contrapeso de la emoción se instaló descaradamente en nuestras vidas? ¿Será que el reality se volvió más real que la realidad?
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Comentarios
28 de agosto
Eugenio: muy interesante y cierto lo comentado. Ya parece extremo el tratamiento de la noticia. Se pierde su real dimensión ingresando en el terreno de la realización o confección de una realidad que definitivamente no guarda relación ni respeto con lo vivido. Felicitaciones por el artículo.
Vicente Valjalo
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28 de agosto
Me acordé de esta reflexión cuando hoy, poco antes de las 12 pm, la Subsecretaria de Carabineros, Carol Bown, compartió en Twitter este mensaje: «El minero «vocero» del video tiene la misma misma voz que Nabih Chadud…».
Lamentablemente, al poco rato borró ese mensaje, supongo porque se dio cuenta que comparar a uno de los 33 mineros atrapados con un chico-reality develaba de forma demasiado evidente la estrategia comunicacional de la que somos destinatarios por estos días.
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28 de agosto
La Tercera de hoy publica que el Presidente Piñera pidió sacar a los mineros el 17 de Septiembre. Es decir, se está tratando de pautear el drama real con las reglas dramáticas de un reality, ¿Será el sello de la nueva forma de gobernar? Dar golpes mediáticos de efecto para hacer saltar las encuestas y manejar la agenda política. Punta de Choros huele mucho a eso, esperemos por los siguientes capítulos.
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29 de agosto
Eugenio y Enzo
En Chile TODO puede ser verdad pero eso, no es nuevo.
Que alguien considere esto como maniobra de este Gobierno y que aquello no sucedía en otros Gobiernos previos, es al menos insultar nuestra inteligencia.
Es sabido el episodio del Hospital de Curepto en donde los genios de las imágenes y comunicaciones dejaron de lado la ética para hacer pasar a la Presidenta por un fiasco indeseable.
La tentación de ver mas errores o desaciertos en el rival lleva a exageraciones.
No tengo dudas de que el Gobierno en la medida que puede, sacará algún dividendo de la apuesta por rescate que jugo cuando todos (me incluyo) habíamos pensado que estaban muertos los 33.
Que en ello, logre atraer a todos los medios y ponga la música para que ellos bailen al compás no es creíble. Los Medios gozan de sana autonomía y nos ponen a la vista «basura televisiva o radial» sin asco.
Chile 2010 es un proceso en desarrollo donde aun no encuentra la oposición un lugar claro y eficiente desde donde debatir. Cada uno anda para su santo y eso juega a favor del que manda.
Por mientras el Gobierno vive días cómodos dándole pan, circo y magnanimidad al pueblo.
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29 de agosto
Jorge, coincido con prácticamente todo lo que dices.
Desde que la política descubrió la capacidad seductora de los medios de comunicación de masas, no hay gobierno que no la haya usado o intentado usar en su favor. Lo que no impide que la ciudadanía ejerza o intente ejercer su legítimo derecho a la crítica (tal como ocurrió con el «cureptazo» y otros episodios de similar factura durante los gobiernos de la Concertación).
De lo que me alegro es que haya la posibilidad de ese ejercicio y que cada vez sea más frecuente ver como simples ciudadanos son capaces de interpelar a las autoridades cuando enfrentan este tipo de situaciones.
Pero el tema de fondo es la que plantea Eugenio a la pasada: si más allá del reality, habrá consecuencias positivas.
29 de agosto
Debemos reconocer la calidad de «show» que ha plasmado la TV y por ese mismo sentido darle crédito por captar la atención del pueblo en temas relevantes no puede ser desmerecido. A pesar de todo esto, siento que por más pauteado que esté, los señores políticos presentes han marcado un antes y después en sus propias vidas, nunca lo planearon, pero todos quienes estuvieron allí, lo pueden confirmar.
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