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Bullying Editorial II: Ciclistas y Veredas, y otros

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(Carta dirigida a un hipotético Director o Editor de un periódico)

Señor Director:
 
Espero que entienda que la labor de un editor al mando de una sección de cartas es  tan importante como la de un diario de masiva circulación nacional y visibilidad electrónica. Implica necesariamente mantener una actitud mesurada, ecuánime e imparcial hacia los temas que afectan al país.

De lo contrario ocurrirá, por ejemplo, lo que sospechaba que iba a pasar después de ver, en cierto medio de prensa, más de siete cartas en menos de 10 días en contra de los ciclistas y su uso de las veredas y absolutamente ninguna carta en réplica a dicha crítica o en defensa de los ciclistas. La ciudadanía comenzará a creer que existe un gravísimo problema, que la ciudad está llena de ciclistas que roban celulares, atropellan a la gente y con una actitud barbárica arriba de las dos ruedas. Cosa que de ningún modo coincide con la realidad, pero cuando siete cartas en menos de dos semanas aparecen vociferando estas situaciones, sin una réplica o defensa, dan esa impresión equivocada.

Señor Director, espero que comprenda y acepte que este mismo criterio se aplica a una serie de situaciones. No puede publicar diez cartas del ejecutivo de turno defendiendo un proyecto industrial o energético sin un número comparable de cartas de ambientalistas, opositores, líderes sociales, políticos, o simplemente ciudadanos, que se oponen a dichos proyectos. No puede tampoco abusar de su privilegiada posición para publicar cartas que caen en la desinformación, en la descalificación o simplemente en la mentira, como cuando alguien dice que su proyecto o producto posee ciertos atributos que no son tales, sin publicar algún estudio técnico o reportaje con fundamentos, que compruebe dicha información. Negarse a esta paridad de criterios y de cobertura es simplemente una manipulación de la desinformación, un matonaje editorial, por el cual se da forma y se moldea a la opinión pública.

¿Por qué un Director se niega a publicar al menos un par de cartas de algún defensor del ciclismo? Seguramente se encontrará con la otra cara de la moneda: una actividad sana, necesaria, que ayuda a descongestionar la ciudad y a disminuir la contaminación. Seguramente se encontrará con el hecho de que Providencia no es Ámsterdam ni Estocolmo, de que numerosos ciclistas sufren atropellos y accidentes mortales, que no se comparan en gravedad ni frecuencia al ocasional choque entre un peatón y un ciclista por alguna vereda de la céntrica comuna capitalina. Se encontrará con airados reclamos de ciclistas que comentan la evidente falta de ciclovías y la falta de idoneidad de las calles de Santiago (llenas de basura, vidrios, “eventos”, pistas exclusivas para taxis y microbuses que circulan a altas velocidades, superficies a veces pedregadas o poco aptas) para utilizarlas para circular sobre bicicletas, obligando a los ciclistas a usar la vereda en contadas ocasiones. Se encontrará, tal vez, con cartas de ciclistas reclamando el uso de las escasas ciclovías como estacionamiento por parte de los choferes o como veredas por los peatones. Se encontrará con que peatones a veces también asaltan y roban celulares a los residentes de alguna comuna, y no por eso reclamamos que las veredas dejen de ser usadas por los peatones. Se encontrará con que a los ciclistas los insultan, muchas veces sin justificación alguna, les roban sus bicicletas, no tienen dónde estacionarlas.

Espero que los Señores Directores recapaciten y rectifiquen en su conducta, y que lo mismo hagan otros tantos editores que gustan de menospreciar (o casi descalificar) a estudiantes, ambientalistas, deudores habitacionales, universitarios, partidistas políticos, y variopintos personajes. Lo mismo se aplica para editores que gustan de imponer verdades con frases del tipo “Chile necesita esto u otro, o de lo contrario no alcanzaremos del desarrollo”, como si se tratasen de verdades escritas en piedra o de fórmulas mágicas que no pueden ser siquiera cuestionadas o que exigen nuestra más absoluta idolatría.

En fin, Señor Director, haga bien su trabajo y no caiga en prácticas que amenazan con tergiversar la opinión pública, la información, y las opiniones ciudadanas.

———–

Foto: Caminando sus bicis – Claudio Olivares Medina / Licencia CC
 

TAGS: #Bicicleta Ciclistas

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07 de abril

1) Concuerdo con el autor con la falta de mesura editorial al crear un sesgo entre cartas referidas a un tema y como todos, he sido testigo de estos sesgos a la hora de revisar la seccion de cartas al director de los principales diarios del país.

2) Concuerdo también con la poca idoneidad de las calles para el uso de la bicicleta y con el mal uso que se les da a las ciclovias.

3) Sin embargo, como peatón, no estoy de acuerdo con lo mencionado respecto a que los ciclistas usan la vereda en «contadas» ocasiones. Esto no es así, y en varias ocasiones he tenido que hacerle el quite a ciclistas que se desplazan por las veredas a gran velocidad y con una prepotencia propia de los dueños de 4×4.

07 de abril

Soy editora y soy ciclista. Como editora, creo que la pega bien hecha pasa por permitir que quienes tienen algo que decir, lo digan, por más que a uno, editorial o personalmete, le acomode que se opinen otras cosas. En el fondo, a uno le acomodaría que la realidad fuera más ordenada, o más parecida a sus opiniones, pero el trabajo de cualquier iniciativa que se debe a la gente es darle, precisamente, cabida y voz a quien tenga algo que decir.

Como ciclista, confieso que me subo a la vereda. No siempre. Sólo cuando no tengo rutas alternativas, cuando ir por la calle representa verdaderamente un riesgo, cuando no hay ciclovías o cuando el espacio en la calzada es demasiado reducido. En esas ocasiones, personalmente, circulo a velocidad muy moderada. En esas ocasiones, además, la mayoría de los peatones son solidarios y, sin dejar de circular, facilitan el flujo de las bicis. Porque entienden que un ciclista va en la ciudad con muchas cosas en contra; que el cuerpo arriba de una bicicleta es frágil, por más casco que le pongamos; porque comprenden que los taxistas nos gritan que nos encaramemos a la vereda, echándonos el vehículo encima y que muchos peatones nos dicen que nos vayamos por la calle.

Es cierto que muchos ciclistas sobrepasan a peatones a velocidades alarmantes, que conducen temerariamente o que no consideran su propia seguridad ni la ajena. Esto mismo sucede con automovilistas y con peatones, en cualquier caso. Finalmente, todo estriba en aprender a compartir la ciudad, a facilitar el acceso de los otros y no bloquearlo, a comprender que somos muchos y muy vulnerables, especialmente peatones y ciclistas; a comprender que debería haber espacios específicos para cada uno, pero que mientras no los haya, lo único que nos queda es la solidaridad o la guerra.

Yo elijo pedalear en paz. y veo cotidianamente peatones que circulan por las mismas veredas que yo en paz. Las calles de Santiago -al menos las que yo veo- no son una trinchera. Hay espacio para todos. Pero no debería haber tanto espacio para quienes, teniendo poder editorial, lo usan en pro del alarmismo y del no entendimiento. Así, solo se pinta una ciudad intolerante, que no se permite lo que por esencia corresponde a una ciudad: los flujos dinámicos y el encuentro.

07 de abril

De acuerdo contigo Ximena… lo mas principal es aprender a vivir la ciudad en paz, con respeto mutuo y siempre teniendo en mente la interdependencia que existe entre todos los ciudadanos y por ende lo clave que resulta no pasar a llevar al otro, no usar la prepotencia o el mal-trato como vehículo para moverse en sociedad. Y menos aun, jugar con el poder editorial para deformar visiones…

07 de abril

Acá hay dos temas mezclados que desfavorecen la discusión y me referí a ambos.

En cuanto a las cartas y el editor: efectivamente hay un cierto descriterio en cuanto a publicar tantas cartas aludiendo a un mismo tema y desde un mismo foco, no sólo porque genera entropía sino también porque reduce la calidad del debate a nivel público.

No obstante, hay un detalle que me liga con el segundo tema: la promoción del ciclismo como modo de vida, cultura, etc, también depende de los propios ciclistas, y no tanto de las editoriales. Y entonces surge la pregunta que el autor no se hace: ¿Por qué tantas carta al director contra los ciclistas?

No es el diario en cuestión el que genera el contenido contra los ciclistas, sino los lectores o quienes escriben. Pero ¿Por qué?

Me parece que así como hay conductores de auto responsables y otros que son unos energúmenos criminales…los ciclistas tampoco escapan a esta dualidad.

Y acá el argumento de las proporciones entre el auto y la bicicleta para poner a ciclistas como meras víctimas, no valen tanto ¿Por qué? Porque un ciclista, de unos 80 kilos, a 45 o 50 km por una vereda, creyendo que corre una carrera, perfectamente puede matar a un niño de dos años que sale del jardín de su casa…Y así, he visto a muchos, hombres y mujeres –sin mencionar que van sin casco-.

Nunca olvidaré cuando en Ñuñoa, saliendo del jardín de mi hijo, una ciclista me atropelló y me lanzó al piso…por suerte, pesó 75 kilos y no 10 kilos como en ese momento pesaba mi hijo…Tampoco que una vez, una ciclista, también en una vereda de Ñuñoa, le echó la bicicleta encima a una mujer que iba con un bebe en un coche…pidiéndole que la deje pasar, aún cuando la vereda era amplia –quizás no quería ensuciar con tierra la ruedas-.

Tanto la bicicleta como el auto, no son el problema, el problema son sus usuarios.

Saludos

07 de abril

Estimado Jorge:
Respecto a tu primer concepto, sobre lo de los lectores que son los que escriben, te cuento que, a propósito de la primera de las cartas en contra de los ciclistas y su uso de las veredas, comencé a escribir réplicas al medio en cuestión. Hice lo mismo durante siete días seguidos. Incluso cambié la carta réplica para incorporar respuestas a nuevos conceptos que aparecían en contra de los ciclistas. Pero aún así, no era publicada, así como ninguna otra defendiendo la postura de los ciclistas. Una burda manipulación editorial. Así que no es que los ciclistas no escriban para responder. Es el editor el que genera los contenidos en este caso, no los usuarios. Más bien, el editor (o director, como se quiera llamar) el que puede llegar a distorsionar completamente la realidad y crear la ilusión de una verdadera crisis en las veredas de Providencia.

07 de abril

Estimado Pablo, creo haber sido claro en decir: «efectivamente hay un cierto descriterio en cuanto a publicar tantas cartas aludiendo a un mismo tema y desde un mismo foco, no sólo porque genera entropía sino también porque reduce la calidad del debate a nivel público».

Cuando digo que son los lectores los que generan ese contenido, refiero a que son personas ajenas al diario las que envían cartas quejándose de los ciclistas. El editor, incide en que esas quejas tengan más cabida -lo que llamas manipulación editorial- pero no genera las quejas contenidas en las cartas. Seamos claros en eso.

Y a eso apunto ¿Te has preguntado por qué hay quejas o quiénes son los que se quejan?

Yo no sé si hay crisis en las veredas de Providencia, pero me parece interesante ver que la gente se dé el trabajo de enviar cartas para plantear quejas contra los ciclistas ¿No te genera ruido eso?

¿Sus planteamientos no tenían ninguna validez?

08 de abril

Te entendí, estimado. Pero proponer como concepto el hecho de que la gente se dé el trabajo de enviar cartas para plantear quejas contra los ciclistas es sólo la mitad de la película. La gente también seguramente se da el trabajo para plantear defensa de los ciclistas, pero NO Se publican. Se da entonces la distorsión de «mm, interesante, hay muchos lectores planteand este tema», cuando la realidad es mucho más compleja y claramente no se está dando el espacio a los ciclistas para contribuir.
El mejor ejemplo de esa distorsión está en tu propio comentario. Preguntar porqué hay quejas o quiénes son los que se quejan nace de una sola postura publicada. Cómo podrías preguntarte porqué hay quejas de ciclistas si ni siquiera aparecen en la sección editorial, a diferencia de más de nueve cartas de protesta de peatones? Y ya mencioné que me di el trabajo de enviar cartas todos los días, sin éxito (pese a ver mis cartas respecto a otros temas publicadas en el mismo medio, con anterioridad).
No son los ciudadanos los que generan los contenidos de los medios de prensa, sino un solo ciudadano que es editor del medio en cuestión. Eso queda más que claro. No es, como tú mencionas, que «el editor incide en que esas quejas (cartas) tengan más cabida»; sencillamente poda o censura los demás contenidos que no son de su agrado o interés.
Gracias por tus aportes, y a los demás comentaristas!

08 de abril

Estimado, yo no propongo un concepto, constato que efectivamente hay varias cartas quejándose sobre los ciclistas.

Y ojo, a partir de eso no deduzco que los ciclistas estén mal o que no haya mucha gente que apoya andar en bicicleta (donde me incluyo), sino que existe gente que plantea quejas, que no obstante, pareces no considerar de ningún modo. No es una distorsión, es considerar un hecho.

Por eso, también fui muy claro en decir que la defensa al ciclismo se hace en las calles, en las veredas, no necesariamente en editoriales. Eso pareces no entenderlo.

Otra cosa es que tu defensa del ciclismo se base en enviar cartas, sin promover un ciclismo más responsable, para que otros no manden cartas de queja.

Error, tienes una visión limitada, el editor selecciona contenidos generados por otros, para darle contenido a su medio. Olvidas que esos que escriben también emiten opinión en otros espacios, en sus círculos, en sus hogares, trabajos, reuniones sociales, etc.

Insisto, al igual que el editor, pareces no considerar la contraparte en el tema, en este caso, las quejas de los que caminan…

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