Desde la ciudadanía está creciendo cada vez más la convicción de que Chile puede llegar a tener 100% de energía renovable para el 2050. Chile deberá entregar su plan de acción climática en diciembre y los niveles de ambición son muy poco ambiciosos si lo comparamos con la realidad nacional e internacional.
Para entender el por qué de esta situación es que deberemos revisar algunos antecedentes de la causa, por ejemplo, las fuentes de Energía Renovables No Convencionales (ERNC) en Chile generan hoy el 10,3% de la energía eléctrica del país según el último informe del Centro de Despacho Económico de Carga (CEDEC). La potencia instalada al 31 de julio, según el informe del Centro Nacional para la Innovación y Fomento de las Energías Sustentables (CIFES), es de 2.170MW (o sea ese 10,3%); y los proyectos que se encuentra en construcción tienen un total de 2.378MW que se sumarían en el corto plazo.El nivel de ambición de la propuesta reside en contar con una tasa de reducción anual de 1,4% de GEI por los próximos 23 años, muy por debajo del grupo de países OCDE.
Por otro lado, el cumplimiento legal establecido en las leyes 20.257 y 20698, que establecen que la generación de electricidad debe prevenir de al menos un 20% de ERNC al año 2025, se encuentra al mes de junio en un 244% por sobre lo exigido; o sea, se podría dar cumplimento a sus objetivos mucho antes de lo que el marco legal exige. Además, en Chile la producción de energía acumulada en los últimos 12 meses proviene en un 48,6% de energía renovable.
No obstante, aún las propuestas de políticas de gobierno no parecen reconocer la relevancia y penetración de este sector, o no generan los mensajes o señales de mercado necesarios para avanzar hacia una matriz descentralizada y descarbonizada necesaria en el contexto del cambio climático global.
Sin embargo, así no lo ha entendido el propio mercado eléctrico ni el mundo privado; además del avance concreto y sostenible del las ERNC, empresas como Enel, de la mano de su filial Enel Green Power, estará desarrollando varios proyectos minihidros, y su filial Endesa no hará inversiones en el mercado debido a que no encuentra espacio en un «mercado maduro y altamente competitivo». Pero lo más significativo es la decisión de no invertir más en centrales a carbón, con la eliminación de sus planes de desarrollo de la Central Punta Alcalde.
Los mineros por su parte, los grandes protagonista del desarrollo eléctrico de las próximas décadas, ya han entendido que el desarrollo de las ERNC es un buen negocio para ellos y no sólo en Chile, si no que en la región, el 13 de agosto, El Mercurio informó que «la consultora Ernst & Young estimó recientemente que las minas en América Latina -una región que produce cobre, hierro, petróleo y carbón- invertirán más de US$ 1.000 millones en proyectos de energía renovable hasta 2022, frente a US$ 37 millones en 2013». Un ejemplo, Codelco ya ha reducido en un 80% el consumo de diesel en la mina Gabriela Mistral mediante ERNC.
Este avance concreto desde el mundo privado choca con lo poco ambicioso que el gobierno ha demostrado ser en su propuesta de reducción de gases de efecto invernadero (GEI), la cual debe presentar en Paris, en diciembre de 2015, ante la Conferencia Marco Sobre Cambio Climático.
Los escenarios desarrollados por el Proyecto MAPS-Chile, que son la hoja de ruta del gobierno para avanzar hacia la reducción de las emisiones de GEI y asegurar el suministro de energía no se condicen con lo necesario para evitar los desastres sociambientales y económicos del Cambio Climático, ni se relacionan con lo establecido por la comunidad científica para evitar el aumento de la temperatura global por sobre los 2ºC. El nivel de ambición de la propuesta reside en contar con una tasa de reducción anual de 1,4% de GEI por los próximos 23 años, muy por debajo del grupo de países OCDE.
Además, dicho esfuerzo está condicionado a la ayuda internacional, pero los hechos demuestran que no se necesita dicha ayuda para avanzar. Entonces, ¿por qué el gobierno no es más ambiciosos en su acción climática, para lograr el 100% de energía renovables al 2050? Para la sociedad civil está claro que esto es perfectamente posible, este es el año para definir una meta que deje un legado, cualquier otra propuesta es más de lo mismo.
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