Pareciera que el ser humano está empeñado en suicidarse y la historia está demostrando que no aprendemos de nuestros errores y horrores y seguimos repitiéndolos. Varias civilizaciones se vinieron abajo por sobreexplotar sus recursos y por la sobrepoblación. La ventaja que había antes es que no importaba, el daño y destrucción eran solo locales y siempre había humanos en algún otro lugar, pero hoy la situación es diferente, el efecto humano ya no es local y ataca todo el planeta, poniendo en serio riesgo nuestra existencia como especie y no hay humanos en ningún otro sitio.
Destruimos el medio ambiente por un afán netamente económico, donde la avaricia y la codicia son instintos tan fuertes que superan ampliamente el instinto natural de supervivencia. Chile perdió 50 años para hacer algo y aminorar los efectos del Cambio Climático ¿correrá el riesgo perder otros 50 años?Pasar tanto tiempo y desde muy niños mirando una pantalla, sin el estímulo de ver profundidades ni de calcular distancias, más la falta de estar al aire libre expuestos a la luz natural, está resultando que el ojo no se desarrolla normalmente y la miopía ya es habitual en nuestros niños y jóvenes.
Contaminamos el aire que respiramos, recientes descubrimientos muestran que las partículas de metal que salen del tubo de escape de los automóviles, al ser tan diminutas, pueden introducirse por la nariz y viajar hasta nuestro cerebro. Los investigadores comentaban: «Cuando estudiamos el tejido vimos las partículas distribuidas entre las células y cuando hicimos una extracción de la magnetita había millones de partículas, millones en un solo gramo de tejido cerebral», «Esas son millones de oportunidades para causar daños».
Las nuevas tecnologías han aportado mucho en nuestro desarrollo, pero tal como el doble filo de la “Espada de Damocles”, tienen un efecto negativo en nuestra juventud, que es la primera 100% tecnologizada y son los “conejillos de India”, ya que los resultados futuros de los nuevos hábitos en nuestro desarrollo intelectual son impredecibles. Hoy tenemos los Smombies y los Pokezombies, dos palabras que debemos incorporar en nuestro vocabulario y que definen a los jóvenes y no tan jóvenes que viven literalmente pegados a sus celulares, unos en un constantes chatear (otra palabra nueva) y otros buscando seres imaginarios. Al comunicarnos principalmente con mensajes de texto, está surgiendo el problema de la incomprensión, por no interactuar habitualmente frente a frente con otra persona y estamos perdiendo la capacidad de interpretar el “lenguaje no-verbal” y la noción de que se quiere decir en realidad.
Sin ser tarotista ni astrólogo, podemos hacer algunas predicciones basadas en hechos actuales, por ejemplo; es posible anticipar que tendremos un quiebre en la esperanza de vida, la que hasta ahora siempre fue en aumento, probablemente disminuirá en el futuro próximo. La razón serían el cambio de hábitos de vida, hoy somos sedentarios y si sumamos el tipo de alimentación, da como resultado que la obesidad ya es una pandemia y que enfermedades como la diabetes va en continuo aumento y apareciendo a edades más tempranas, e indudablemente las enfermedades cardiovasculares van de la mano y también crecerán.
Muchos padres entregan desde muy pequeños, una pantalla plana para que los hijos se entretengan y así ellos descansar, pero a esas edades el niño necesita estímulos reales, no basta ver una cosa redonda como una pelota o un cubo o algo que aparenta ser áspero, el niño necesita tocar y sentir las cosas, de otra forma nuestro cerebro no tendrá los estímulos necesarios para un desarrollo normal. Pasar tanto tiempo y desde muy niños mirando una pantalla, sin el estímulo de ver profundidades ni de calcular distancias, más la falta de estar al aire libre expuestos a la luz natural, está resultando que el ojo no se desarrolla normalmente y la miopía ya es habitual en nuestros niños y jóvenes. Otro posible efecto, es que al estar constantemente conectado, cause la pérdida de creatividad y de habilidades psicomotoras, por ejemplo; hoy los niños son torpes a la hora de jugar a la pelota.
La pregunta es ¿Por qué estos nuevos hábitos nos afectan de forma tan dañina? La respuesta viene desde la evolución, durante millones de años nuestra especie vivió en espacios abiertos, y siempre en movimiento. Nos adaptamos para caminar de forma erguida, resultando en que somos el único simio con glúteos distribuidos de una manera que permite este tipo de locomoción.
El desarrollo tecnológico es vertiginoso, muchos de los avances de hoy, hace 50 años eran cosas de la ciencia ficción. En cambio la Evolución natural no puede avanzar a la misma velocidad y nuestro cuerpo no se ha adaptado a tanta transformación en el estilo de vida, para ello requeriría algunos cientos de años. Razón por la cual nuestro cuerpo se deteriora y enferma, al no hacer lo que estuvo acostumbrado por millones de años y que modelo nuestros genes.
La única solución posible parte por tomar conciencia de cómo trabaja nuestro cuerpo, luego adquirir la costumbre de hacer deporte con regularidad y dejar la dependencia de estar constantemente conectado a nuestro celular y si quieres conversar con alguien, volvamos a la antigua costumbre de hacerlo personalmente.
Carl Sagan decía: «Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología en la que nadie sabe nada de estos temas. Esto constituye una fórmula segura para el desastre.»
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