Si aprueban Castilla, es señal de que el Gobierno está dando prioridad a los grandes proyectos aunque sean contaminantes. Bien por HidroAysén y Energía Austral.
Si rechazan Barrancones, menos energía para Chile, por lo cual se hacen más imperiosos los grandes proyectos porque faltaría electricidad. Bien por HidroAysén y Energía Austral.
Si se corta la luz en el Sistema Interconectado Central, es señal de que falta energía. Bien por HidroAysén y Energía Austral.
Si no se corta la luz en el Sistema Interconectado Central, es señal de que las empresas eléctricas son confiables. Bien por HidroAysén y Energía Austral.
Si el ministro de Minería y Energía viaja a Europa a ver posibilidades de energía nuclear, está claro que quieren desarrollar todo tipo de proyectos, aunque generen rechazo en la población. Bien por HidroAysén y Energía Austral.
Luego de más de cinco años en que el país ha conocido los pro y los contra de los proyectos de represas en la Patagonia chilena, al igual que en la región de Aysén, se nota que en cada coyuntura cada actor trata de llevar agua a su propio molino.
Es el caso de quienes quieren que a todo evento se construyan los cinco embalses de Endesa y Colbún en los ríos sureños del Baker y Pascua, y del que Xstrata pretende en el río Cuervo. Ellos dicen hoy que si la emergencia nuclear en Japón hace dudar de este tipo de centrales en Chile, menos energía para Chile, y el análisis es lo mismo que con Castilla. Bien por HidroAysén y Energía Austral.
Pero quienes así se expresan, parecieran no entender el verdadero mensaje que nos está dando el planeta con lo ocurrido al otro lado del océano Pacífico. Parecieran no comprender que la lección va mucho más allá de termoeléctricas más, nucleares menos, represas por aquí, proyectos de alto impacto por allá.
Porque el problema de fondo es la majadería de apostar por opciones energéticas que implican altos riesgos para los ecosistemas y la seguridad e incluso vida de las personas. Las megaobras que sirven esencialmente a quienes se enriquecen con el negocio de su construcción y operación, que particularmente no son los obreros que en ellas trabajan y que seguirán siendo obreros. Esas grandes construcciones pretenden alzarse como ingenios humanos que están por sobre la naturaleza, más aún en territorios que han demostrado que es aquélla la que define qué, cómo y cuándo.
¿Le suena el volcán Chaitén, al lado del cual quería Transelec pasar su línea de alta tensión? ¿Le suena el Lago Cachet 2 y sus vaciamientos con 200 millones de metros cúbicos que bajan cada cierto tiempo por el Colonia y el Baker, justo donde HidroAysén pretende construir la central Baker 2? ¿Le suena el fiordo Aysén y la falla Liquiñe-Ofqui donde Energía Austral proyectó construir la represa Cuervo, con el muro encima de la falla?
En el caso de la energía nuclear, el dilema también es ético. Como dijo hace poco un Hernán Sandoval, ¿es ético o justo endosarle durante veinticuatro mil años, a más de 600 generaciones de humanos, el cuidado de los residuos nucleares que se producirán para nuestro supuesto beneficio actual? Y traigo el argumento a la Patagonia… ¿es ético o justo traspasarle a las generaciones futuras de ayseninos un territorio tan hermoso como el de las cuencas de esta tierra intervenido a la escala que proponen estas empresas, con embalses, basureros, campamentos, torres eléctricas? ¿Es justo acaso traspasar a las generaciones futuras de ayseninos el temor de que en cualquier momento millones de metros cúbicos de agua caigan sobre sus bienes y sobre sus vidas por el negocio de unos pocos? ¿Es justo con Caleta Tortel, que ya se vio complicada cuando subió el caudal del Baker a un peligroso nivel por el vaciamiento del Cachet 2?
Porque si hay algo que está claro, es que las represas no son demontables. Se instalan ahí para siempre. Es decir, la decisión es irreversible, como recodara la semana pasada la ex ministra de Medio Ambiente Ana Lya Uriarte.
De eso se trata la sustentabilidad. De no hipotecar el futuro de nuestros hijos por supuestas necesidades del hoy, y digo supuestas porque alternativas verdaderamente limpias, seguras, chilenas y democráticas (sí, el control de la energía también tiene que ver con la democracia) sí existen. Porque que actores interesados omitan tales estudios y potencialidades no quiere decir que no sean parte de la realidad. Es un simple “no hagas al otro, ese otro del mañana, lo que no quieres que hoy te hagan a ti”.
¿Es tan difícil esto de entender?
Comentarios
25 de marzo
Me parece que poner al mismo nivel del debate la energía nuclear con una central hidroeléctrica es muestra de lo frivolizada que ha sido esta discusión. La energía hidroeléctrica es renovable, limpia y no contamina en sus procesos productivos. Salvo que asumamos que hay que eliminar cualquier intervención humana sobre la naturaleza y dejar de comer, caminar, vivir, etc.
Lo de hidroaysén no son megacentrales, son centrales que embalsan poca cantidad de agua porque los ríos tienen lagos naturales que regulan el lujo y generan alta presión.
El mayor impacto es, de todas formas, visual y asociado especialmente al tendido eléctrico, problema que tiene cualquier forma de generación de energía, aunque cualquier persona que conozca el mapa de Chile sabe que no pasará por las Torres del Paine, como alguna vez mostraban los carteles de Patagonia sin Represas.
Y mientras el ecologismo frívolo paraliza este tipo de proyectos, nos vamos llenando de centrales a carbón por todos lados, contaminando (estas sí), pueblos y localidades. Es la misma lógica que impidió que el gasoducto Chile Argentina pasara por el fundo de los Astorga en el Cajón, pero que lo llevó a pasar junto a donde vive la mayoría de la gente. Es la misma lógica que impide que los chilenos y chilenas que viven en Aysén y Palena no tengan camino para ir al norte, porque un latifundista gringo (¿se acuerdan de las 80 HRB?) echó a todos los que vivían allí y decidió constituir su parque personal. La ecología como línea de pensamiento ha sido un tremendo aporte a la comprensión de los procesos evolutivos del ser humano y su entorno. Ha sido capaz de instalar una preocupación por el cuidado ambiental que es a todas luces positiva. Pero cuando se frivoliza al punto de que se pone al mismo nivel de peligro una central nuclear con una represa, termina por obstaculizar el desarrollo del ser humano.
Saludos
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