La campaña que impulsamos para terminar con esta impunidad no nace de encontrarnos “confundidos y cegados” por el dolor que nos ocasiona la pérdida de nuestra amada hija, sino que por la sorpresa de descubrir que en Chile es gratis matar conduciendo ebrio.
En su columna “Tolerancia cero y justicia: a propósito de la ley Emilia”, Francisco Alvarado Sandoval, secretario general de la Asociación Defensores Públicos de Chile hace una crítica al proyecto de ley “Emilia”, presentado hace pocos días atrás por los diputados Gutierrez y Aguiló, motivado por el accidente en que perdió la vida nuestra pequeña hija de 9 meses, Emilia, y causado, según sus palabras, “supuestamente, por un sujeto que conducía en estado de ebriedad”. El señor Alvarado señala que éste adolece de múltiples defectos, entre los cuales menciona:
– Que responde a una “situación puntual” que produjo impacto público.
– Qué es un deseo de las víctimas, los padres de Emilia, quienes naturalmente se encuentran “confundidos y cegados” por el dolor e impotencia de la pérdida de su pequeña hija.
Además señala que “Un legislador, al hacer las leyes que regularán con justicia a la población en general, debe permanecer sereno y con la mente fría, ajeno a las pasiones que atribulan a una víctima. De lo contrario, la ley penal no castigará al culpable con la pena justa sino que con aquella que aplaque el dolor de la víctima, cometiéndose muchas injusticias en su aplicación.”
Respecto a lo señalado por Francisco Alvarado creemos importante precisar que el fatídico choque ocurrido el domingo 20 de enero y causado por un conductor en evidente estado de ebriedad no es “una situación puntual”, muy a nuestro pesar, porque no queremos que nadie más tenga que pasar por lo que vivimos allí. Según cifras publicadas por la Conaset, entre enero y septiembre de 2012, hubo 2.643 accidentes de tránsito cuya causa se encuentra en el estado de ebriedad del conductor, causando la muerte a 116 personas y dejando a 2.745 lesionados.
¿Cuántos casos más deben haber, para que según su criterio, no sea una situación puntual?
Lamentablemente, muchos de esos muertos y heridos no causaron el impacto público que generó la muerte de Emilia, y sus familias o ellos mismos en el caso de los lesionados han tenido que convivir con la total impunidad que hoy beneficia a sus victimarios.
La campaña que impulsamos para terminar con esta impunidad no nace de encontrarnos “confundidos y cegados” por el dolor que nos ocasiona la pérdida de nuestra amada hija, sino que por la sorpresa de descubrir que en Chile es gratis matar conduciendo ebrio. Como señaló hace pocos días otra víctima de éste tipo de sucesos, Duilio de Lapeyra, que sobrevivió al choque de un conductor ebrio contra un grupo de maratonistas que participaban en la Teletón, hoy es más conveniente matar a una persona atropellándola con un auto que utilizando una pistola, dada la total impunidad.
La pena de presidio entre 3 años y un día y 5 años que establece nuestro código penal raramente se aplica, y se termina normalmente conmutando por beneficios carcelarios que dejan al asesino con algún beneficio penitenciario, como la firma ante gendarmería u otro. Peor aún: gracias a la recientemente promulgada ley 20.603, este tipo de crímenes se borran de los antecedentes personales pasados 5 años, es decir, el asesino de Emilia podrá volver a matar a alguien conduciendo en estado de ebriedad en 5 años más, y volverá a contar con la atenuante de intachable conducta anterior.
Adicionalmente, hemos conocido otros casos, como el de Andrés Mariñanco Marín, cuyo homicida lo atropelló, causándole la muerte y se arrancó, presentándose a la justicia 4 días después. Con ello evitó que se pudiera medir su eventual estado de embriaguez al momento del accidente, disminuyendo automáticamente las sanciones a las que se enfrentaba. Sí, lamentablemente si matas conduciendo curado y te arrancas evitando la alcoholemia, con la ley actual sales ganando.
En definitiva, lo que nos mueve es la convicción de que hoy la ley penal no castiga al culpable con la pena justa, convicción a la que también han llegado una serie de parlamentarios que han planteado su apoyo a que salga una ley que corrija esta situación, y que se ha traducido en dos proyectos de ley que serán discutidos a partir de marzo en el Congreso (de los cuales el señor Alvarado sólo hace referencia al primero) y que estamos seguros serán mejorados y complementados en dicha discusión parlamentaria.
No somos juristas, por lo mismo no pretendemos tener la razón sobre el tema, y solo proponemos humildemente que se discuta, porque evidentemente existe un vacío que no logró ser solucionado por la Ley de Tolerancia Cero, que sí fue un aporte.
Es evidente que Emilia, Andrés, Rayün, Jonathan, y tantos otros fueron las víctimas, y me parece peyorativo de su parte que indique que ese dolor que llevamos sus parientes nos ciega. Evidentemente cargo dolor, ¿pero quién no en esta situación? Le pregunto, ¿ese dolor me invalida para pedir que se estudie este tipo de casos? El dolor no anula nuestra dimensión racional como seres humanos; si fuera así, entonces ninguna víctima podría articular su deseo de justicia.
Comprendo su espíritu crítico, pero no me parecen justos sus comentarios. Queremos una sociedad más responsable, la que lograremos a través de la educación, pero también haciendo que cada cual se haga responsable de sus acciones y reciba la sanción que le corresponda: una pena justa, acorde al daño que hizo a la sociedad.
——–
Fuente de fotografía
Comentarios
07 de febrero
Espero que este señor Francisco Alvarado no tenga algún cargo de responsabilidad.
Es un riesgo grave.
+2
07 de febrero
Respuesta contundente. Somos muchos los que nos dimos cuenta hace rato que las víctimas por asesinos borrachos frente al volante dejaron de ser casos puntuales. El señor Francisco Alvarado debe vivir claramente en otra dimensión.
+5
07 de febrero
Totalmente de acuerdo con lo señalado, y más aún con y desde el tenor en que se suscribe.
Paulina Acevedo, Comunicadora en DDHH
+1
07 de febrero
Comparto totalmente lo expresado en la carta y espero que en Marzo los señores parlamentarios tengan a bien apoyar esta iniciativa
+1
07 de febrero
No puedo creer que esto esta pasando en Chile. A quien hay que recurrir para que nos apoye, para que vea la realidad de lo que esta sucediendo. Que esperan, si las cifras hablan por si solas. El poder judicial esta en manos de descastados.
0
07 de febrero
Los seudo defensores de los derechos de otros delincuentes , siempre asumen la inocencia de ese personaje. Para ellos , la muerte de un ser humano producida por un criminal desquiciado por el alcohol, no es delito , es casualidad ( y qué hacía esa niña allí y a esa hora ????) . Si las leyes son permisivas , los jueces son permisivos y la sociedad también lo es , entonces las leyes poca aplicabilidad tienen. Como dice Ud. atropellar y matar no te sale condena ni por » curao «. La mano firme y dura , es la única solución para estos delitos , la impunidad es la burla a la sociedad.
+1
08 de febrero
Comparto en absoluto los dichos de Carolina. El dolor no aplaca el natural deseo de justicia, menos aun lo ennegrece.
Sociedades que promueven la impunidad son la raíz de males peores.
Saludos cordiales.
+1
08 de febrero
El impacto de la muerte de la pequeñita Emilia vino porque el padre, aprovechando la tribuna de la television, dio un discurso acertadisimo sobre la situacion de los que manejan borrachos. Y ese discurso nos interpreto a muchos que estamos hartos de la liviandad con la que se toma el manejar borracho en este pais, de la que todos somos testigos porque todos vemos como asesinos que han manejado borracho y a exceso de velocidad siguen manejando, siguen libres y no han compensando en nada a las victimas.
Aqui no es una situacion puntual. Aqui estamos muchos contra esta impunidad porque si hicieramos un catastro, casi todos los chilenos hemos sido victimas de un conductor borracho. El borracho que me choco el auto, el borracho que destrozo mi casa, el borracho que atropello a mi pariente, el borracho que mato a mi pariente… Todos los dias en las noticias aparece «conductor borracho…» seguido de algun desastre que ha provocado. Y sale libre, y se vuelve a emborrachar y vuelve a tener un accidente. Esa es la realidad.
No necesitamos ser juristas para saber que en este pais esta prohibido manejar si se bebe alcohol. Y no necesitamos ser juristas para exigir que el que lo haga reciba una sancion durisima y que le duela, que le duela tanto que la neuronita que tiene aprenda que no debe manejar si bebe alcohol.
+2
10 de febrero
Pienso que nuestra tarea como sociedad civil es crear consciencia sobre los muchos vacíos y errores garrafales que aún persisten en una serie de leyes y decretos que regulan nuestra diaria convivencia de una manera que en general es percibida como injusta y excesivamente garantista con el infractor de la ley, lo que agrava el dolor y sensación de desamparo de las víctimas.
La tarea de redactar leyes relevantes y ajustadas a la Constitución recae exclusivamente en el Poder Legislativo, por lo que nadie pretende que se haga caso omiso del gravísimo problema de la sobrepoblación penal ni del principio de proporcionalidad.
Sólo esperamos que nuestros legisladores acojan este llamado a presentar y discutir un proyecto de ley efectivo que de una vez por todas cambie la impunidad actual incorporando las medidas disuasivas necesarias – ya sea carcelarias o alternativas – como para crear un cambio de consciencia real y no uno meramente cosmético.
Se lo debemos a la Emilita y a los muchos otros que han sufrido por la falta de un disuasor eficaz, que es lo que potencia la reincidencia e impunidad.
+1
11 de febrero
Excelente respuesta.
0