En una noticia anunciada con más platillos que bombos, la Concertación parece haber zanjado la discusión entre sus presidentes de partido, exhibiendo su diálogo con el Partido Comunista y el Senador Alejandro Navarro.
Los ires y venires del Senador Navarro no merecen mayor comentario. No pudo levantar su organización política y hoy vuelve con la cola entre las piernas a la Concertación para mantener su cupo senatorial.
¿De verdad la Concertación cree que suma algo con su regreso? Cuando él era socialista muchos querían que se fuera. La Concertación sigue errando en su estrategia de crecimiento y de reinserción social.
La nueva política del Partido Comunista, consumada tras su último Congreso partidario, es un asunto más delicado. Antes de proponerse construir un partido de nuevo tipo para los tiempos que corren o un parlamento de nuevo tipo ahora que participa de él, busca construir un gobierno de “nuevo tipo” con la Concertación.
Con un partido estancado hace décadas y estrenando parlamentarios por primera vez desde hace 37 años, su conclusión congresal es bastante curiosa.
Esta movida del PC y la Concertación es otra demostración de la desorientación que vive nuestra clase política. La Concertación, guiada únicamente por sus cálculos electorales, malinterpreta los resultados de su pacto con el PC. El pacto no funcionó. No aumentó la votación parlamentaria nacional, -todo lo contrario-, y donde se eligió diputados comunistas no se dobló. No hubo ningún doblaje. Se perdieron diputados. ¿Esto no les dice nada?
Lo poco que sumaron por su izquierda lo perdieron con un múltiplo de tres por su ala conservadora. Un pacto que resta… ¡Bravo los artistas! El apoyo del PC a Frei en la segunda vuelta estaba garantizado a priori. La Concertación perdió diputados y perdió votación presidencial por quítame allá estas pajas… La Concertación tiene que devolver sus analistas electorales a la enseñanza básica.
El PC obtuvo tres diputados. Muy bien. No obstante es legítimo interrogarse con relación a lo que puede hacer con ellos aparte de sentarlos en el Congreso. ¿De qué sirvieron veinte años de resistencia al sistema para luego contribuir a consolidarlo cuando éste sufre su peor crisis? ¿Cómo ser oposición efectiva a Piñera si eso les obliga a denunciar las mismas políticas que aplicaba con celo la Concertación? Cobre, salud, educación, Institucionalidad, medio ambiente, distribución del ingreso… ¿Qué puede criticarle el PC a Piñera que no signifique denunciar a sus flamantes aliados de la Concertación? Osvaldo Andrade, el flamante presidente del Partido Socialista, acaba de dar la mejor muestra de aquello con su espaldarazo a los trabajadores públicos.
A mí me gusta el concepto de las cosas de “nuevo tipo”. Habría que ver si los tres diputados comunistas merecen el apelativo. En Chile se necesitan muchas cosas de “nuevo tipo”. Partiendo por la Constitución. Se requiere una democracia que reemplace la pinochetista. También se requiere un gobierno de “nuevo tipo”. Veinte años de Concertación y nueve meses de gobierno piñerista lo demuestran.
No hay programas políticos que la Concertación no haya traicionado. Los acuerdos políticos PC-Concertación son insuficientes y no ofrecen ninguna garantía. Los mismos actores de siempre no bastan. Se requiere algo más que una cirugía estética del sistema. Se requiere, de verdad, un gobierno de “nuevo tipo”.
Para obtenerlo el PC tiene que leer la Biblia: ese versículo que cuenta que no se le pueden pedir peras al olmo.
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Foto: Raiden 32 / Licencia CC
Comentarios
06 de enero
Bueno entonces hay que partir por cambiar la constitución y el binominal ¿que esperamos?.
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