Este 13 de diciembre, se acaba de aprobar en su último trámite constitucional el proyecto Ley del Defensor de los Derechos de la Niñez, un veedor de derechos humanos que solo actúa ante hechos de connotación pública.
– Es un avance pero no cuenta con presupuesto y solo funcionará en Santiago avanzando poco a poco hacia regiones.
En el papel se ve esperanzador pero seremos nosotros: el quinto poder (la ciudadanía) quienes debemos velar porque este realice su trabajo y lo realice bien.
– Es un órgano cuya dedicación exclusiva es la defensa, promoción y difusión de los derechos humanos de TODOS los niños en Chile.
– Tendrá facultad para interponer querellas en ciertos delitos.
– Podrá aplicar recurso de amparo y recurso de protección.
– Es un intermediario entre los niños y el Estado como facilitador.
– Visitará los centros privativos de libertad y residencias, incluye medios de transporte de instituciones publicas o privadas dentro del Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
– Sera colaborador del INDH, presentara informe anual de los DD.HH. en la materia.
– Incluye principios como interés superior del niño, autonomía progresiva, derecho/deber preferente de los padres a educar a sus hijos (este último debe conversar con otro proyecto Ley que está siendo visto: Sistema de Garantías de la Niñez).
– Respecto de su composición será designado por el senado, para esto debe ser oído el COSOC del INDH, académicos de destacada trayectoria y organizaciones de la sociedad civil.
– Tendrá una duración de 5 años en su cargo sin reelección.
Algunos alcances:
La jueza Mónica Jeldres advirtió que «no se debe relativizar la protección de la infancia», cuando el Estado asigna recursos, cobertura y legislación en la Protección de la niñez.
El Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Católica de Valparaíso, Manuel Nuñez, indica que el hecho de que este organismo tenga oficina solo en Santiago, atenta contra el Interés Superior del Niño.
En el papel se ve esperanzador pero seremos nosotros: el quinto poder (la ciudadanía) quienes debemos velar porque este realice su trabajo y lo realice bien.
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