Trabajan sin contratos de trabajo, jornadas de hasta 12 horas diarias, con sueldos bajo el mínimo legal, sin seguros contra accidentes laborales, se alimentan de mala manera, viven en un hacinamiento brutal y duermen apilados, entre otras vulneraciones de derechos.
Solo por nombrar dos casos, los más emblemáticos tal vez, la cárcel masculina de Limache y el centro penitenciario de Copiapó poseen un 360% de hacinamiento… 3,6 reos ocupan una cama, un puesto para comer y disputan un puesto de trabajo o de estudio. Claro, se vislumbra también, como disminuye la capacidad de gendarmes de realizar su labor íntegramente con tal sobrepoblación de reos.Liberemos condicionalmente a los reos y apuntemos como sociedad a una reinserción más temprana de estos a la sociedad, que demostrado está, tiene mejores frutos que “secarlos en la cárcel”.
Son reos, pero jamás han dejado de ser humanos ni persona sujeta de derechos. Por ende, el Estado de Chile está, a todas luces, violando día a día los derechos humanos de miles de personas en las cárceles del país. ¡¿Podemos mantenernos indiferentes ante esta atrocidad por el hecho de que sean reos?!
Revuelo e indignación causó la liberación de más de 700 reos en Valparaíso y de un número del mismo orden en la Región Metropolitana, tras las aceptaciones de las solicitudes por parte de la Comisión de Libertad Condicional que se reúne a analizar estos casos dos veces por año. Algunos medios de comunicación haciendo uso de sus libertad de expresión, publicaron una caza de brujas con nombres y detalles de varios reos que, solo días después de haber sido liberados ya habían reincidido, todo esto aumentando un pánico y descontento social ya declarado con estas liberaciones.
Hubiese bastado un político valiente que abarque este tema con más seriedad para elevar el debate, pero es más fácil el populismo de querer encarcelar duramente a todo condenado, que enfrentar criticas infundadas.
Ahora, hablemos en serio; la libertad condicional no los exime de la pena, sino que es una forma distinta de cumplirla. Los reos que obtienen la libertad condicional es porque han cumplido requisitos formales objetivos: haber cumplido la mitad de la pena (dos tercios de ellas en delitos de mayor gravedad), conducta intachable en el recinto, haber aprendido un oficio y asistir con regularidad a la escuela del recinto. Además, para mantenerla no debe salir de la ciudad en la que fije residencia, debe asistir con regularidad a la escuela nocturna, trabajar en los talleres penitenciarios si no encontrase trabajo y presentarse una vez a la semana en la prefectura de carabineros con los certificados de asistencia a talleres y escuelas. De no cumplir los requisitos anteriores y/o de ser condenado por un nuevo delito, el condenado será reingresado nuevamente al penal. No hay “chipe libre” en la libertad condicional.
No hay estudio alguno que demuestre empíricamente que la liberación más temprana de quienes han sido condenados a una pena privatoria de libertad aumente la delincuencia. Por el contrario, según la fundación Paz Ciudadana en un estudio que abarcó a los reos egresados en el año 2007, el 57% de los reos que cumplen su pena completa reinciden, versus un 26% de los que reciben libertad condicional lo hacen. Datos en la misma línea muestran el Informe de Gendarmería sobre los egresados del año 2010, que señalan que un 13,5% de los reos que obtuvieron libertad condicional, fueron reingresados a un recinto penal a contraparte de un 39% de los que cumplieron su condena en forma íntegra.
Con estos informes de reincidencia sobre la mesa, la “agenda corta anti delincuencia”, del ex – ministro Burgos, pretende subir a 2/3 de la condena cumplida el requisito para poder obtener la libertad condicional. ¿Qué sentido tiene?, al menos fundado y hablando de seguridad pública, ninguno.
Liberemos condicionalmente a los reos y apuntemos como sociedad a una reinserción más temprana de estos a la sociedad, que demostrado está, tiene mejores frutos que “secarlos en la cárcel”.
Si apostamos por la humanidad, cambiemos las condiciones en que están los reos, o, al menos, si no cambiamos esta realidad y los condenamos a las penas del infierno, no seamos hipócritas como sociedad en exigirles el mejor de los comportamientos una vez que cumplen con su condena.
Comentarios
21 de junio
Interesante uso de las matemáticas del ingeniero, no se me había ocurrido. De hecho deberiamos dejar libres a todos los asesinos que cumplen apenas 3 dias de prisión porque eso no aumenta la tasa de asesinatos, o sea asesinarán a la misma cantidad de gente al mes que al dejarlos libres después de 20 años de condena. ¡¡¡Eso se llama un verdadero aporte a la sociedad!!!
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21 de junio
A veces creemos que la racionalidad es un antídoto contra los males de las creencias, pero no es así, cuando se cree en algo es muy difícil usar siquiera el sentido común. Un delincuente no es un “reo”, eso es una figura legal, un delincuente es alguien que hizo daño a otros, a veces mucho daño, a veces cortó una vida, es decir envió a un ser humano a ninguna parte, a una eternidad sin fin ni conciencia, a la nada, entonces ¿qué debemos hacer?, ¿ no parece lógico que deba pagar por lo que hizo?, así lo esperan los afectados, los deudos, la sociedad entera, ese es el principio de la justicia, cuando nuestras creencias sobrepasan nuestra racionalidad sobre lo que es justo, lo ponemos en duda, o lo obviamos porque no nos toca, en ese camino nos espera la impunidad, el imperio de la maldad, la triste cosecha de muerte. Lo que debemos hacer como sociedad es generar un nuevo sistema carcelario (disciplina, buenos sueldos, vestimenta de internos, comidas), instalaciones y equipamientos de primer nivel, personal calificado y entrenado, amén de nuevos programas de rehabilitación y enseñanza. Este es un problema que ya no da para más y debemos enfrentar y solucionar, la maldad se está asociando o cautivando a ciertas ideología y mentes idealistas terminará abriendo las puertas de las cárceles.
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22 de junio
Tiene toda la razón, tener las cárceles llenas y pretender que con esto se va a sanear la sociedad es irracional, ya lo dijo Confucio hace más de 2000 años. En otras palabras el gran sabio chino dijo que cuando el pueblo no tenía lo suficiente como para vivir con dignidad aparecían en su seno todos los vicios y maldades, justamente lo que estamos viendo e estos tiempos en gran parte del mundo. Agregó Confucio que el gobernante que trataba estas conductas, indeseables por cierto, con represión, la policía y las cárceles de hoy, le estaba tendiendo una trampa a su propio pueblo.
¡Cavernarios, la delincuencia no puede ser derrotada! Debe evitarse que aparezca y esto solamente se logra con justicia, es decir con dar a cada cual lo que se merece.
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22 de junio
Citas de “Los cuatro libros clásicos de Confucio” I
Los que gozan siempre de lo suficiente para mantenerse, disfrutan de paz interior. Quienes se ven sumidos en la miseria pierden esta paz interior y no hay maldad de la que no sean capaces: violarán las leyes, pervertirán las costumbres, eliminarán de su corazón todo buen sentimiento, se entregarán a todos los vicios. Si se espera que el pueblo llegue a esta situación para reprimirle con castigos, no se hace más que prepararle una trampa. Un príncipe lleno de virtud y bondad no puede preparar trampas a su propio pueblo.
No voy a comentar el pensamiento del gran sabio chino, solo voy a decir que además de la delincuencia común, la que según Confucio nace de la miseria, existen otras clases de delincuencia, las cuales se me ocurren son hijas de la codicia, estas serían las “de cuello blanco” cuando sus miembros pertenecen a la clase social alta y la llamada de “cuello azul” en el Perú y que es propia de la clase media, entendiendo como clase media a aquella que sin ser rica no pasa por apreturas económicas, en ningún caso nuestra clase media de 300 o 400 mil pesos mensuales.
Entiendo que las delincuencias de cuello blanco y cuello azul causan mucho más daño a la sociedad que la delincuencia común, pero por diversas razones sus crímenes pasan casi desapercibidos.
Escribí este breve artículo para decirle a nuestros gobernantes y clase política que en el país hay por lo menos un ciudadano que les responsabiliza directamente a
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