Ver: La retórica del “capitalismo ilustrado” I: de Bannon-Trump es inviable
La retórica del “capitalismo ilustrado” II: De Bannon al capitalismo libertario de Ayn Rand
La guerra entre el capitalismo judeocristiano y el “fascismo islamista”
La guerra contra el fascismo islamista yihadista es “total y se está metastatizando tan rápido que los gobiernos ya no pueden controlarla”, y erradicará todo lo que se ha construido durante los últimos dos mil o dos mil quinientos años. El Estado Islámico de Siria y el Levante quiere apoderarse de Bagdad, se propaga por el África Subsahariana, y arrastrará al grupo Boko Haram de Nigeria y a otros para que se unan a él en una “guerra global”. En todas estas acciones han hecho un sofisticado uso de las “herramientas del capitalismo como Twitter, Facebook, están en condiciones de acceder a armas de destrucción masiva y utilizar modernos métodos de financiamiento como el crodsourcing (micromecenazgo).
«La retórica del capitalismo ilustrado de Bannon está condenada al fracaso.»
Este conflicto correspondería al inicio de una cuarta etapa fundacional de la historia de los Estados Unidos, precedida de la Revolución Americana, la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial y la etapa que se inicia con esta Guerra. La generación combatiente fundó no sólo el orden económico y político más estable en la historia del país, sino que aseguró la preeminencia de Estados Unidos en el orden mundial. Los baby boomers, hijos de los combatientes, en cambio, lo arruinaron (Strauss & Howe, 1997).
Para poder enfrentar “el conflicto global que recién se inicia” debemos preguntarnos por la creación de la riqueza y su distribución, “¿Cuál es el propósito de la habilidad que la divina providencia me ha dado para ser realmente un creador de trabajos y riqueza”? Es una obligación hacernos estas preguntas que responden al corazón de los ideales judeocristianos socavados por los “vicio del secularismo” y unirnos con otros países para controlar su metástasis. La explicación se encuentra en la secularización, comenzada en Woodstock, y en la corrupción moral que ésta desencadenó. Al hacer a Dios a un lado se perdieron, también, los valores judeocristianos y la ética protestante, que recompensa el trabajo honrado. El capitalismo, en consecuencia, perdió su pureza y fue sustituido por la especulación y la búsqueda del mayor rendimiento a cambio del menor esfuerzo.
Razones para comprender la caída de Bannon
Una razón estructural de largo plazo tiene que ver con su errónea teoría del capitalismo ilustrado y visión de la viabilidad de su retorno. Puede aceptarse que la retórica crítica del crony capitalism de Bannon coincida con los juicios más severos de Wallerstein y Calhoun sobre la “financialización” de la economía capitalista y la monopolización del mercado por parte de las grandes corporaciones que se han apoderado del Estado, también muy destacada por Stiglitz. Pero estos autores no avalan el diagnóstico sobre sus efectos distributivos durante la Pax Americana y el doble supuesto de su independencia del Estado y la vigencia de la libre empresa schumpetariana emprendedora. La distribución de la riqueza durante la Pax Americana se explicaría por las relaciones de intercambio desigual entre el centro, la periferia y semiperiferia de la economía-mundo capitalista. Entonces la idea de estos autores en nada coincide con la de Bannon.
Además, los principales actores que forman el equipo de Trump difícilmente pueden definirse como íconos del capitalismo ilustrado representativos de la ética protestante y el espíritu del capitalismo. Al contrario, muchos de ellos son también conspicuos negociantes transnacionales de la elite globalizada, partícipes de industrias extractivas contaminantes, servicios privados en salud y educación altamente lucrativos que la clase media, la clase media emergente y la clase trabajadora, a quienes Bannon dice representar, no podrán pagar. Por ejemplo, el secretario de Estado Rex Tillerson, fue ex jefe de la petrolera ExxonMobil, y negoció un acuerdo energético multimillonario con Rusia; Steve Mnuchin, secretario del Tesoro, ex funcionario de Goldman Sachs, ex gestor de un fondo de alto riesgo, productor de películas de Hollywood y director financiero de la campaña de Trump, se benefició de la crisis de las hipotecas basuras cuando compró IndyMac, una de las grandes compañías de hipotecas de Estados Unidos; Wilbur Ross, secretario de Comercio, inversor multimillonario, conocido como “el rey de las suspensiones de pagos” por comprar empresas en problemas con potencial, reestructurarlas y venderlas, además de haber trabajado como banquero en Rothschild; y Betsy DeVos, secretaria de Educación, multimillonaria partidaria de la privatización de las escuelas públicas y dura opositora de los sindicatos de profesores.
Otra razón tiene que ver con el funcionamiento del sistema político de los Estados Unidos que regula el equilibrio entre los distintos poderes del Estado permitiendo a los opositores de las políticas presidenciales hacer efectivo su rechazo. Un buen caso es la oposición a las primeras órdenes administrativas sobre migración impulsadas por Bannon y resistidas por muchas cortes, fiscales y organizaciones civiles. El otro caso muy importante es la remoción de Bannon del comité más decisivo del Consejo Nacional de Seguridad, esto es, el encargado de la seguridad nacional promovido por el general H. R. McMaster, el consejero de seguridad del Presidente que asumió este puesto después de la salida de Michael Flynn acusado de no esclarecer adecuadamente al vicepresidente Mike Pence sus relaciones con miembros del gobierno Ruso. McMaster alegó que la remoción era necesaria para limpiar la Situation Room de los consejeros políticos. La Situation Room goza del poder para tomar decisiones sobre la guerra.
A Trump le interesa más conservar su poder que llevar a cabo la revolución “leninista” de Bannon
La remoción de Bannon coincide exactamente con el inicio del bombardeo de posiciones del régimen de Bashar Al Assad en Siria por parte de los Estados Unidos. Este ataque además de significar un drástico cambio en el discurso de Trump previo a su elección (dijo que el enemigo no era Bashar Al Assad, sino ISIS), provocó un quiebre con Rusia, que aparecía como un potencial aliado en el conflicto. El ataque puntual de Estados Unidos en contra de las fuerzas del régimen de Bashar Al Assad tensiona el panorama político regional, en el que actúan prominentemente además de Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudí, Irak, Irán, Turquía, los peshmergas kurdos, además de otros actores que potencialmente podrían verse involucrados como Israel o Hezbolá.
Sea cual sea la decisión que se adopte, lo cierto es que ellas serán tomadas por figuras claves de la inteligencia y del ejército. La remoción de Bannon fue celebrada por demócratas y republicanos que participan en el Comité de Inteligencia del Congreso y el consejero de seguridad del expresidente Bush. Al mismo tiempo, Jared Kushner, esposo de la hija del presidente cobra mayor importancia como consejero senior En el ámbito de la seguridad hay que considerar también que los mismos republicanos están divididos en cuanto al recorte del presupuesto diplomático y aumento del gasto militar. Ciento treinta ex-generales han rechazado la propuesta de disminuir el presupuesto diplomático en el mismo sentido. Otro caso que habría provocado la aparente caída de la importancia de Bannon es la lentitud de las negociaciones para reformar el programa de salud de Obama adquiriendo ahora gran relevancia el vicepresidente Pence y el director del presupuesto (ABC International, 2017; The New York Times, 2017). No es extraño suponer que los rechazos a las acciones y declaraciones del Presidente, instigadas por Bannon tengan mucho que ver con la formación de una oposición dentro del mismo Partido Republicano de la que son miembros importantes el mismo expresidente George W. Busch y el senador John McCain.
En el ámbito de la política exterior la resistencia al proteccionismo también ha recibido un rechazo manifiesto en la región por los países de la Alianza del Pacífico y a nivel global por China, transformada ahora en un verdadero líder en la defensa del libre comercio. La resistencia de las organizaciones civiles tampoco es un obstáculo que pueda ignorarse. Es posible, como dice Ed Kilgore, ya citado, que Bannon termine como el propio Thomas Cromwell, con su cabeza clavada en una estaca porque también a Trump le interesa más conservar su poder que llevar a cabo la revolución “leninista” de Bannon contra el crony capitalism de la economía de casino y los fastuosos negocios inmobiliarios que conoce tan bien y a los que 150 bancos le han otorgado su generosa ayuda (Singer, 2016).
Más allá de la retórica, el movimiento populista de centroderecha, mejor dicho de ultraderecha, de Bannon que dice luchar contra el crony capitalism está luchando contra el propio Trump y los miembros más conspicuos de su equipo. Por eso la retórica del capitalismo ilustrado de Bannon está condenada al fracaso.
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