Con mucho interés he seguido los acontecimientos de Cataluña.
Sin entrar en lo profundo, quisiera hacer un comentario sobre la respuesta del gobierno de Rajoy.
Ella es un verdadero monumento a la torpeza política.
Un político, para transformarse en gobernante exitoso, debe mostrar una alta cuota de prudencia en su accionar. No puede reaccionar en forma impulsiva, sin meditar, sin consultar otras opiniones.
Es sabido que, antes del referéndum, los independentistas no tenían mayoría. Si el plebiscito se hubiera dejado ocurrir tranquilamente, habría habido menor participación de ciudadanos y el resultado habría sido inferior al 50% en favor de la secesión.
La torpeza de Rajoy dio por resultado lo que los dirigentes catalanes jamás habrían logrado:
- Una participación masiva de votantes.
- Un triunfo del SI de sobre el 90%
Ahora sí que el problema es grave. La población catalana asaltada por la policía a golpe de porras, cientos de heridos y millones de indignados. Su reacción, por cierto, no puede sorprender a nadie
Resulta ahora difícil imaginarse un escenario de negociación prudente y productiva.
Me pregunto: ¿Ese señor Rajoy, tiene algún tipo de talento para la política? ¿Habrá leído alguna vez historia universal?
Un político, para transformarse en gobernante exitoso, debe mostrar una alta cuota de prudencia en su accionar. No puede reaccionar en forma impulsiva, sin meditar, sin consultar otras opiniones. Debe, sobre todo, imaginar cuáles serán las reacciones de sus gobernados ante sus medidas. Si ello no está presente en el accionar político, se producirá necesariamente lo que aquí ocurrió.
En boca de un mesonero madrileño. Estos tíos se han encabronao.
Salir ahora de la situación creada es dificilísimo. Los españoles, en esto son muy volátiles. No tienen sangre de horchata, sus reacciones son espontáneas y no siempre cautas.
¿Y eso no se pudo prevenir?
Les deseo, a españoles y catalanes por igual, que en conjunto encuentren una salida.
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