Desde inicios de este año el país ha vivido (y continúa en ello) un complejo y profundo proceso de protesta ciudadana, que comenzó en abril 2015 con una primera gran movilización en la Plaza de la Constitución, cuando la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) reveló ante el país la trama de un poderoso, millonario y extendido fraude aduanero a través de una asociación ilícita de funcionarios públicos organizados en «La Línea», denominada así porque gran parte de las «transacciones» fraudulentas -que implicaron grandes pérdidas para el Estado- se realizaban de preferencia por vía telefónica. Tales funcionarios obtenían importantes «ingresos alternativos» que se repartían incrementando sus fortunas.La decisión reciente del TSE en Guatemala de inhabilitar a 16 Diputados electos, es una señal conmovedora de parte de una sociedad que quiere liberarse del peso de la corrupción. Como señala Agustín Squella, en su reciente artículo en la Revista Mensaje, el tema no es la democracia sino la calidad de nuestra democracia; no es la política, sino la calidad de nuestros políticos.
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