Ya cuando Donald Trump ha sido proclamado Presidente Electo de los Estados Unidos, deja una estela desoladora y preocupante en prácticamente todo el mundo.
Si bien, abundarán análisis de cómo un populista fascistoide llega al poder de forma democrática en el país más poderoso y con las supuestas instituciones democráticas más sólidas, lo realmente preocupante es que millones de personas, sobre todo obreros blancos, se convencieron con un discurso ambiguo, violento, farandulero, xenófobo, racista, conspirativo (señala que el cambio climático es un mito inventado por los chinos…), histérico e inestable, solo por decir algunas cosas.Un populista fascista llega a gobernar en el país que sirvió de lumbrera a gran parte del mundo occidental en cuanto a instituciones democráticas se refiere, con la economía más poderosa del mundo, y el ejército más poderoso del mundo, y fue votado por la gente.
La rabia con el «establishment» político parece ser ya a esta altura un fenómeno global post crisis financiera del año 2008, así lo demuestra el ascenso de candidatos populistas como Duterte en Filipinas que en su lucha contra los drogas ha asesinado extrajudicialmente ya a cerca de 3000 personas supuestas consumidoras o traficantes de droga, y de forma sorprendente, su popularidad no deja de subir llegando a niveles impresionantes del 91% de aprobación.
También, los ascensos de los fascistas como Le Pen en Francia, y otros partidos europeos con discursos variantes, pero similares al discurso de odio imperante en la campaña de Donald Trump y al supuesto enemigo indeterminado que asola al país, en este caso los inmigrantes.
Al parecer, posterior a la segunda Guerra Mundial, vivimos una especie de «tranquilidad» internacional basada principalmente en las atrocidades cometidas en aquel periodo, pero por alguna razón la gente ha olvidado que los Mussolini y los Hitler no son villanos de Marvel, sino que seres humanos como cualquier otro que pudieron cometer todas las atrocidades anteriormente señaladas porque millones de personas los siguieron y en algunos casos los votaron. Esas mismas personas guardaron silencio, cooperaron y celebraron en muchas casos, de forma eufórica, las crímenes contra la humanidad cometidos.
Y la verdad, si bien no pienso que Trump sea Hitler, llegó al poder con un discurso claramente de odio, de culpar a los inmigrantes hasta porque llueve o no llueve (enemigo indeterminado), ambos generando la sensación de que todo el mundo se aprovecha de su país, y con teorías conspirativas con el cambio climático en el caso de Trump, y el esoterismo Ario de Hitler, por ejemplo.
Algunos podrán señalar que al contrario, que la elección de Trump es un claro ejemplo de que el sistema democrático liberal norteamericano funciona, que votó la mayoría y punto, pero durante los últimos años del Siglo XX la democracia no se limita netamente al 50+1, sino que se cultivaron una serie de valores como las instituciones del Estado de Derecho, respeto a la minoría, inclusión, tolerancia, respeto a los Derechos Humanos por distintos sectores políticos que participaron de esa construcción y ahora parece estar en el inicio de un peligro inminente.
La columna de el Premio Nobel de Economía Paul Krugman en el New York Times no puede ser más evidente y desoladora. De partida, se titula «Estados Unidos, nuestro país desconocido» donde hace el alcance a que la noche de ayer fue una de revelaciones terribles y que gran parte de la población norteamericana, que se pensaba más abierta, aún vive con los «ideales» del patriarcado tradicional y la jerarquía étnica.
Sin duda, que la elección de Trump marca el inicio (o quizás nos cegamos a ver el inicio con los avisos en Europa y en otros países) de una crisis democrática en el mundo, donde todos los valores antes mencionados, que descansan en la sangre y el dolor de millones de personas, se ven duramente amenazados.
Un populista fascista llega a gobernar en el país que sirvió de lumbrera a gran parte del mundo occidental en cuanto a instituciones democráticas se refiere, con la economía más poderosa del mundo, y el ejército más poderoso del mundo, y fue votado por la gente. Parece una distopía, pero es la realidad, la realidad del ascenso de los excéntricos que pensábamos desplazados por el avance de la razón.
Comentarios
12 de noviembre
Este artículo demuestra como se ha enquistado el adoctrinamiento político intitucionalmrnte en nuestra educación alimentando ignorancia en nuestros jóvenes. Tenemos un estudiante de letras que mensiona una y otra vez la palabra fasista demostrando no tener la menor idea de su significado.
El fascismo nace en Italia asociado a un concepto de estado todopoderoso y militarizado que controla la población con violencia en una economía estatal. obviamente es mucho más semejante a un Estado socialista que a todo lo que pueda salir de la boca de trump
Saludos
0
12 de noviembre
Este artículo demuestra como se ha enquistado el adoctrinamiento político intitucionalmrnte en nuestra educación alimentando ignorancia en nuestros jóvenes. Tenemos un estudiante de letras que mensiona una y otra vez la palabra fasista demostrando no tener la menor idea de su significado.
El fascismo nace en Italia asociado a un concepto de estado todopoderoso y militarizado que controla la población con violencia en una economía estatal. obviamente es mucho más semejante a un Estado socialista que a todo lo que pueda salir de la boca de Donald trumo
Saludos
0
13 de noviembre
Comparto con Ricardo Martinez que se usa la palabra fascismo en exceso, se ningunea una y otra vez al gringo pobre, medio desesperado que quiere algo mejor para su país, y que de paso no se deja hipnotizar por las bien pagadas figuritas de Hollywood, ni por los millonarios cantantes de rock, y que si entran con sus cantos de sirena en la mente medio aturdida del joven universitario de las costas norteamericanas, acostumbrado a una vida de excesos, y que entre otros, ha degustado los bocadillos de Noam Chomsky y compañía. Probablemente Trump sea un populista, pero ya hay tantos por todos lados, Maduro por lo que sabe no es un tecnócrata, ni un moderado de centro. El comunismo es tan extraño, ahora apoya al stablishment ¿quien lo entiende?.
+1