Luego de la aprobación del matrimonio igualitario en Argentina ¿Se detuvieron los casos de discriminación hacia personas de la Diversidad Sexual? Lamentablemente la respuesta es no, de hecho el pasado 2016 los casos de ataques con motivación “homofóbica” aumentaron un 20%.
En año de elecciones presidenciales y parlamentarias se debe exigir de las principales organizaciones de Diversidad Sexual responsabilidad en las distintas demandas que se plantean a las futuras autoridades y tomadores de decisiones.
España, por su parte, aprobó en 2005 el anhelado matrimonio igualitario pero no ha podido disminuir los ataques a personas de la diversidad sexual, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de España (FELGTB) señala que en 2014 se registraron 1.285 delitos de odio de los cuales 513 fueron por motivo de la orientación sexual de la víctima, es decir el 39,9%. Del mismo modo el FELGTB en 2015 indicó que el 57% de las personas de sexualidad diversa han sido alguna vez insultadas por su orientación sexual o su identidad de género. Estos ataques verbales no siempre se quedan ahí, sino que en muchas ocasiones acaban en violencia física. Según el informe de la FELGTB, cuatro de cada diez personas han sido agredidas, pero de todos ellos solo el 10% denuncia.
Siendo esta, parte, de la experiencia comparada ¿Por qué las principales organizaciones de diversidad sexual en Chile mantienen la demanda de matrimonio igualitario como principal, y aparentemente única, bandera de lucha?
La discriminación en Chile ha demostrado ser un problema persistente en diversos estudios, así el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en su Encuesta Nacional de 2013 arrojó que un 55% de la población considera que a lesbianas y homosexuales no se les respetan sus derechos humanos.
Esta misma encuesta refleja que sobre el ochenta por ciento (80%) de las personas encuestadas declara haberse sentido discriminada en once de las doce categorías sospechosas de discriminación consultadas.
Por su parte la “Primera (y única) Consulta Ciudadana sobre la Discriminación en Chile” del Ministerio Secretaría General de Gobierno del año 2013 estableció que el 31% de las personas que respondieron la consulta declara que sí ha discriminado arbitrariamente a alguien, mientras que el 52% de los consultados indicó que sí se ha sentido discriminado/a arbitrariamente.
Quienes reconocieron haber discriminado mencionan que los principales motivos fueron apariencia personal (46%), ideología u opinión política (28%), nacionalidad (25%), orientación sexual (22%) y raza o etnia (21%).
Ante este escenario el acceso a nuevos derechos civiles por parte de las personas de la diversidad sexual debe ser mirado en contexto, el acceso a éstos (Matrimonio igualitario, Convivencia civil, adopción, etc.) genera una mayor visibilidad la que, en contrapartida, torna a estas personas en nuevos objetivos de ataques. Así lo han concluido organizaciones en España que incluso han acuñado el término de “localizable”, el cual hace alusión a las personas de la diversidad sexual que, luego de acceder al matrimonio igualitario se han tornado localizables para ataques de grupos homofóbicos, principalmente de ultra derecha.
De este modo se hace urgente que la agenda de las organizaciones de diversidad sexual continúe en el avance hacia el matrimonio igualitario, pero no sin antes avanzar en la exigencia al Estado de políticas públicas que aseguren el respeto y garantía del derecho a la no discriminación.
Mal podemos celebrar el envío del proyecto de matrimonio igualitario por parte del actual gobierno, cuando éste no ha avanzado ni un ápice en la mejora de la ley antidiscriminación (Compromiso de gobierno). La mal llamada ley Zamudio ha demostrado, hasta la fecha, ser ineficiente para prevenir la discriminación y la ocurrencia de nuevos casos de asesinatos a personas homosexuales, lesbianas y trans.
En año de elecciones presidenciales y parlamentarias se debe exigir de las principales organizaciones de Diversidad Sexual responsabilidad en las distintas demandas que se plantean a las futuras autoridades y tomadores de decisiones.
Dado los índices de discriminación en nuestro país, considerando además la existencia de otros grupos altamente discriminados como personas en situación de discapacidad, personas migrantes, descendientes indígenas y un largo etcétera, se hace urgente que las organizaciones de diversidad sexual comprendan que exigir matrimonio igualitario sin avanzar en temas de no discriminación es hacer “localizables” a quienes accedan a este derecho y, por ende, cómplices de los ataques de una sociedad discriminadora.
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